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Mulegé: El segundo municipio más grande de México

En Mulegé cabrían más de dos veces Querétaro, más de 5 Colima y Aguascalientes.

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Mulegé: El segundo municipio más grande de México

El municipio de Mulegé es el más extenso de Baja California Sur y el segundo más extenso de México con una superficie de 32 mil 009.9 kilómetros cuadrados (km/2), de acuerdo con datos del INEGI.

Solo detrás de San Quintín, Baja California que tiene una superficie 32 mil 953 km/2, Mulegé es más extenso que varios estados de México como Guanajuato (30,608 km/2), Nayarit, Tabasco, Estado de México, Hidalgo, Querétaro, Colima, Aguascalientes, Morelos, Tlaxcala y Ciudad de México.

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De hecho, en Mulegé cabrían más de dos veces Querétaro, más de 5 Colima y Aguascalientes, más de 6 Morelos, más de 7 Tlaxcala, y más de 20 veces la Ciudad de México.

Mulegé, que en lengua cochimí significa “Barranca Grande la Boca Blanca”, ocupa el 43.3% del territorio de Baja California Sur. Con cabecera municipal es Santa Rosalía tiene 7 delegaciones municipales, 26 subdelegaciones municipales y 453 localidades.

Mulegé se ubica entre los paralelos 26° 24’ y 28° 01’ de latitud norte; los meridianos 111° 33’ y 115° 14’ de longitud oeste; altitud entre 1 y mil 900 m.

Colinda al norte con el estado de Baja California;, al este con el Golfo de California (Mar de Cortés), al sur con los municipios de Loreto, Comondú y al oeste con el Océano Pacifico.

De acuerdo con datos del gobierno del estado de 2020, Mulegé es el segundo municipio con menos habitantes de Baja California Sur, después de Loreto. Representa el 8.4 por ciento de la población estatal.

De acuerdo con el censo de 2020 este municipio contaba con 67,727 habitantes a mediados de ese año, 35,112 (51.8 por ciento) hombres y 32,615 (48.2 por ciento) mujeres. Su densidad es de 2.1 habitantes por km/2.

Luego de mostrar un crecimiento demográfico anual de 2.5 pro ciento entre 2000-2010, y de 0.5 por ciento entre 2010- 2015, Mulegé recuperó su tasa al 1.2 pro ciento (2015-2020). A pesar de este incremento, sigue siendo el municipio con menor ritmo de crecimiento poblacional en el estado.

Además, es el segundo municipio con mayor proporción de población no nativa. Del total de sus residentes, el 30.1 por ciento nació en otra entidad o país, inferior al 39.6 por ciento promedio estatal. En 2010 esta categoría fue de 36.7 por ciento y en 2000 de 28.3 por ciento.

En cuanto a la población migrante, los estados de origen más representativos son: Baja California (19.4 por ciento), Oaxaca (14.5 por ciento), Sinaloa (14.0 por ciento), Guerrero (10.6 por ciento), y Veracruz (9.2 por ciento). Los migrantes originarios de otros países sumaron el 0.5 por ciento de la población total.

Destacan por su población, tanto localidades de mayor tradición como Santa Rosalía, Guerrero Negro, Bahía Tortugas, San Ignacio, como aquellas surgidos a raíz de la actividad agrícola como Villa Alberto Alvarado Arámburo, San Francisco, El Silencio, entre otros.

En términos de población, Santa Rosalía y Guerrero Negro son las localidades más grandes, rebasando ésta última a la cabecera municipal a partir de 2005. Entre ambas representan el 42.5 por ciento de los habitantes del municipio.

Es el municipio que presenta la tasa más alta de población de habla indígena: 5.8 por ciento de la población de 3 años y más (3 mil 267). El promedio estatal fue de 1.5 por ciento. Esto se explica por los flujos migratorios de jornaleros agrícolas que constantemente alimentan a la zona agrícola del Valle de Vizcaíno.

No obstante, atendiendo a la autoadscripción, el 15.6 por ciento de la población total se considera indígena, y el 0.9 por cinto se considera en parte; el 10.6 por ciento se considera afrodescendiente, y el 0.4 por ciento solo en parte.

De un total de 18 mil 307 hogares, el 24.9 por ciento tiene jefatura femenina (en 2010 fue el 18.8 por ciento). A nivel estatal es el municipio con menor porcentaje, inferior al 27.7 por ciento del promedio estatal.

Las posibilidades en este municipio son las relativas al ecoturismo. Destaca la observación de la ballena gris en los dos santuarios balleneros: la Laguna de San Ignacio y el Complejo Lagunar Ojo de Liebre, así como observación de aves marinas y de fauna silvestre, como el berrendo peninsular.

Por su parte, en el segmento de turismo cultural, la ciudad de Santa Rosalía conserva aún rasgos de historia y arquitectura del siglo XIX.

La infraestructura hotelera en el municipio (2020) consta de 85 hoteles, y mil 333 habitaciones, que muestra un incremento visible en los últimos años, ya que en 2010 eran 927 las habitaciones disponibles.

El turismo náutico es otra de las posibilidades del sector. El puerto de Santa Rosalía ha sido receptor de cruceros ecoturísticos. De igual forma, existen 20 espacios disponibles en marinas turísticas en ese puerto.

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Las pinturas rupestres de la Sierra de San Francisco, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, representan una propuesta única de turismo cultural.

En Mulegé se encuentra la Reserva de la Biósfera El Vizcaíno, la más grande del país (2 millones 493 mil 091 has). Dicha reserva es representativa del patrimonio natural y cultural sudcaliforniano, ya que en su territorio se encuentra el centro de recuperación del berrendo peninsular, la zona de protección del borrego cimarrón, así como las pinturas rupestres de la Sierra de San Francisco.

La Reserva de la Biósfera del Complejo Lagunar Ojo de Liebre (60 mil 343 ha), alberga el santuario ballenero que permite la reproducción de la ballena gris, así como zona de aves marinas.

El municipio tiene islas que pertenecen al Área de Protección de Flora y Fauna Islas del Golfo de California, al igual que otros municipios, así como los estados de Baja California, Sonora y Sinaloa. Así como también forma parte de la Reserva de la Biósfera Islas del Pacífico de la Península de Baja California, decretada en 2016.

En este municipio destaca la presencia de oasis que contrastan con la vegetación semidesértica, como aquellas zonas de vegetación exuberante asociadas a fuentes de agua, destacando las zonas de San Ignacio y Mulegé.

Raymundo León | El Sudcaliforniano

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