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Se debe apoyar a las universidades públicas porque la UNAM no puede con toda la demanda: Leonardo Lomelí

Leonardo Lomelí Vanegas señala que “sería deseable que se crearán nuevas instituciones”.

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Se debe apoyar a las universidades públicas porque la UNAM no puede con toda la demanda: Leonardo Lomelí

“Es muy importante apoyar a las demás universidades públicas porque es evidente que la universidad no puede hacer frente a toda la demanda de educación superior que existe en el país”, dijo Leonardo Lomelí Vanegas, secretario general y aspirante a rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En entrevista con El Sol de México, Lomelí Vanegas señala que “sería deseable que se crearán nuevas instituciones” de educación superior y, de ser designado rector, continuará con la creación y consolidación de las Escuelas Nacionales Estudios Superiores (ENES) en los estados donde encuentren apoyo.

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Afirma que como economista tiene ventajas para ser el próximo rector, entre ellas está el ocupar el segundo cargo administrativo más importante en la Rectoría en los últimos ocho años, lo que le permite conocer “cuáles son los puntos rojos que habrá que atender en los próximos años”.

-¿Cómo va el proceso de sucesión?

Varios de los candidatos, yo mismo hemos tenido la oportunidad de presentar nuestros programas ante las comunidades que nos han invitado. Es un ejercicio importante. No se trata de ir a apoyar a una persona porque es un gremio o porque me cae bien o sino porque se conoce la propuesta y se considera que es la más adecuada para la universidad.

Creo que es un ejercicio que está cumpliendo con el propósito precisamente de ampliar la participación. El exrector Pablo González Casanova decía que se le podía dar un sentido de más democrático y participativo a la propia Ley Orgánica, ampliando los canales de participación de la comunidad y es justo lo que está haciendo la Junta de Gobierno.

-¿Qué tan importante es este proceso de sucesión en la UNAM?

Es un proceso de sucesión que se da en un contexto que genera expectativa cuando hay un cambio de rector, cuando hay un cambio de rector cuando ya no se puede reelegir el que está.

Suele haber más participación y se inscriben más candidatos y, sobre todo, pues se plantean discusiones de más largo plazo. Se hace un balance sobre los problemas de la Universidad, un balance sobre el contexto nacional e internacional y eso lleva a un intercambio importante de ideas que enriquecen la vida de la Universidad.

-¿Cuál es el diagnóstico que tiene usted de la universidad desde su cargo de secretario general?

Es una posición que permite tener una visión de conjunto, aunque algo que se descubre también aquí es que nunca se termina de conocer a la universidad, realmente la universidad es muy grande, es una comunidad muy plural y todas sus escuelas, facultades, los planteles el bachillerato tiene sus historias, sus propias problemáticas incluso sus sistemas de investigación y ese amplio universo que es la coordinación de difusión cultural.

Sí, se tiene una visión de conjunto de la institución, y nuestro gran compromiso es fortalecer la docencia, aprovechar las lecciones que nos dejó la pandemia, poder utilizar los recursos de la educación a distancia para llegar a públicos más amplios, sin perder de vista que la tecnología no suple la buena didáctica.

-¿Dónde quedan otros temas que también son sensibles a la universidad en docencia e investigación?

En el tema de los profesores de asignatura hay quienes vienen a dar clase a la universidad una o dos horas, pero hay un sector que tiene como principal actividad la docencia y aspira a tener más horas y eventualmente a convertirse en personal de tiempo completo.

Para ese segmento tenemos que encontrar la manera de darle caminos para desarrollar una carrera académica, también su estabilidad laboral y, por supuesto, revisar sus condiciones salariales y de trabajo….

Ahí está la posibilidad de platicar con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para llevar a cabo una revisión del salario base porque hasta ahora la recuperación salarial se ha dado a través de los estímulos que son dispersos, pero no contribuye a que tengan certeza, incluso crear la figura de profesor de medio tiempo.

En la investigación hemos tenido un descenso del gasto federal en ciencia y tecnología que viene del gobierno anterior, desde 2016, y que se usan para financiar proyectos de investigación.

La universidad asumió la responsabilidad de apoyar más proyectos, para que no se frene el avance de la ciencia en nuestro país y ahí la UNAM genera la cuarta parte de la investigación si la medimos a través de los artículos que se publican en revistas arbitradas, además de que estamos a cargo del sismológico y el resguardo de la biblioteca y hemerotecas nacionales, entre otras.

-De su propuesta de trabajo ¿cuál es el tema que más le preocupa?, ¿qué es urgente de atender?

Diría que son dos, la problemática del personal académico y procurar el bienestar de la comunidad estudiantil. Teníamos ya problemas de salud de adicciones y también problemas psicológicos desde antes de la pandemia, pero se agudizaron y nos habla de la necesidad de una política de atención integral.

En la UNAM tenemos un buen instrumento para, a partir de ahí, diseñar políticas más específicas y es el examen médico automatizado para saber cómo vienen.

-¿Las adicciones son un tema fuerte?

Son un tema como reflejo del país. Observamos un crecimiento en las últimas dos décadas, no está por encima de la media nacional, de hecho, se podría decir que está por debajo de la media nacional, pero esto no deja de ser preocupante.

-Otros aspirantes sugieren impulsar el programa de mochila segura y multiplicar la videovigilancia, ¿usted, está de acuerdo con eso?

Creo que sí hay que aumentar las cámaras en aquellos planteles que tienen lugares poco frecuentados y no es sólo por el consumo de sustancias, también es por prevenir otro tipo de incidentes como serían las agresiones de tipo sexual o los asaltos.

La mochila segura no la veo tan sencilla, por las características mismas en nuestros planteles que son muy grandes, pero sí creo que hay otras medidas de prevención con tutorías para los estudiantes… Sí hay que tomar medidas evidentemente para corregir esta situación, pero es más importante la prevención.

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-¿Cuál es la proporción de la comunidad que es consumidora de drogas y de alcohol?

Varía mucho de una entidad a otra.

-¿Es como para llegar a preocuparse, por lo que está ocurriendo y que afecta el desempeño académico de los jóvenes?

Diría que no, pero de todas formas no debemos de bajar la guardia.

-¿En lo que va de la actual administración cómo le fue a la universidad con el presupuesto?

No le fue tan bien, pero en el contexto del sistema educativo nacional tampoco nos ha ido mal. Se nos ha dado lo mismo más la inflación esperada, los años en los que la inflación ha sido superior a la esperada sí hay cierto rezago, pero si lo comparamos con otras instituciones educativas, creo que en general a la universidad no se le trató mal.

-En su propuesta de trabajo dice que la caída presupuestal ha sido de 3.7 por ciento, ¿es así?

-¿Qué significó para la universidad?

Hacer más con menos. Hemos seguido funcionando. El rector (Enrique) Graue instrumentó un plan de austeridad que permitió liberar recursos, pero nos preocupa cuando se trata de problemas que en el largo plazo pueden tener problemas de financiamiento, como fue el caso de las becas que este año se pudieron absorber con recursos propios. Pero también vamos a tener que poner más becas en el caso del posgrado (con la reforma en Conahcyt).

Esto hacia adelante genera ya una presión para la que no estamos preparados y nos lleva a insistir ante las autoridades correspondientes sobre la necesidad de mantener estos programas.

-¿La UNAM ha sido maltratada presupuestalmente en estos años?

No en el contexto del país.

-¿Tendría que ser mejor, por esa reducción real y en las becas?

Creo que se necesita más apoyo.

– A esos momentos difíciles se les suman las críticas del presidente Andrés Manuel López Obrador ¿cuál es su opinión?

Ha habido en ciertos momentos críticas en momentos muy puntuales del presidente, sin embargo, en el día a día la colaboración se mantiene con diversas áreas del gobierno federal. Tenemos una comunicación fluida y cotidiana con la Secretaría de Educación Pública, con el Conahcyt, sí hay diferencias en muchas ocasiones, pero tratamos de resolverlas a través del diálogo. Hay que evitar a como dé lugar a que haya problemas de comunicación entre nosotros. Creo que no nos hace bien y hay que buscar siempre el diálogo y explicar claramente nuestra razón y lo que hacemos para que se entienda bien cuáles son las necesidades de la universidad y por qué en ocasiones no estamos de acuerdo con lo que se plantea desde el gobierno. No se trata de oponerse por oponerse, sino de plantear alternativas a situaciones que claramente pueden afectar la docencia, la investigación o la difusión de la cultura.

Estaría abierto al diálogo y creo que ha funcionado en la mayoría de las ocasiones con la SEP y en este momento estamos en un diálogo con el Conahcyt para tratar de garantizar el mayor número posible de becas de posgrado para nuestros estudiantes.

-¿Es posible revertir esa decisión de retirar los apoyos a los jóvenes de posgrado?

Sí, ya hemos logrado avances importantes.

-¿No afectará?

Por lo menos no a la gran mayoría de los estudiantes y a aquellos que se pueden ver afectados estamos viendo qué mecanismos tenemos para compensarlos internamente.

-¿La universidad dejó de liderar el interés de la educación superior pública?

No, a través de diversas instancias la Universidad ha insistido sobre la importancia de aumentar los recursos que se le destinan no sólo a la universidad, sino a la educación en su conjunto, y en particular a la educación superior.

Es una de las principales palancas de desarrollo de los países y en efecto en el presupuesto que se presentó en el Proyecto Presupuesto, aunque a nosotros no nos va tan mal, a las universidades de los estados prácticamente no crecen, términos reales en su asignación respecto del año pasado. 

Es muy importante apoyar a las demás universidades públicas porque es evidente que la universidad no puede hacer frente a toda la demanda de educación superior que existe en el país.

Hemos hecho un esfuerzo importante por aumentar la matrícula ha aumentado más del 55 por ciento en los últimos 22 años, pero para atender a todos los jóvenes necesitamos que crezcan las demás instituciones de educación superior públicas, sería deseable que se crearán nuevas instituciones.

Nosotros estamos dispuestos a participar apoyando la creación de estas instituciones, la capacitación a profesores, ya lo hemos hecho en el pasado, cuando se creó la Universidad Autónoma Metropolitana.

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-Este gobierno impulsó una reforma para garantizar universalidad y gratuidad, ¿qué tanto afecta a la universidad?

A nosotros no nos afecta tanto, pero hay varias universidades públicas estatales que sí cobraban algo y para eso se creó un fondo de gratuidad para compensar a esas instituciones y este fondo no han recibido los recursos suficientes, hay que insistir en eso.

-En caso de que la Junta lo designara rector, ¿su gestión será de continuidad a un proyecto de más de 20 años?

Hay que continuar aquello que vale la pena consolidar, por ejemplo: la creación de las escuelas nacionales de estudios superiores, habrá que consolidarlasfortalecerlas, pero es momento de revisar algunas otras políticas como el Estatuto del Personal Académico que desde hace muchos años requiere una actualización y este es el momento de llevarla a cabo…

Ampliar la participación de la comunidad a través de los cuerpos colegiados como los Consejos Académicos en decisiones de planeación y evaluación. Una universidad tiene que decidir, qué vale la pena conservar y consolidar, pero también qué es lo que necesita cambiar para poder estar a tono con los cambios del país y del mundo.

-¿Ahí también se incorporan los temas de género?

Ha habido cambios importantes, pero en el largo plazo lo que requerimos es un cambio cultural y eso solo se da a través de la educación. Es muy importante que avancemos en incluir asignaturas con perspectiva de género en todos los planes de estudio, en todos los niveles educativos dar cursos al personal académico, el personal administrativo y los funcionarios para entender la problemática de género por la que atravesamos, segundo tener presente que la igualdad de género es un objetivo y la Universidad debe tener un compromiso permanente.

Solo logrando un cambio cultural realmente podremos erradicar la violencia de género. En el corto plazo será necesario fortalecer la capacidad de atención de la Defensoría de los Derechos Universitarios e Igualdad y Atención a la Violencia de Género, pero también llevar a cabo una campaña muy amplia entre la comunidad para que entiendan la importancia de la denuncia.

Sin la denuncia no se puede proceder y entonces se genera una idea es un círculo vicioso, si no hay denuncia, no se puede proceder, se genera la idea de que hay impunidad y se pierde la confianza en la institución. Necesitamos que denuncien, pero también necesitamos que las víctimas se sientan acompañadas y que nos tengan confianza.

-¿Y el Tribunal?

Aunque ha hecho un esfuerzo, valdrá la pena, en su momento, crear una instancia dentro del Tribunal exclusivamente dedicada a la atención de problemas de género.

-Hay quien quisiera ver un proselitismo más activo en la universidad, ¿ese debe ser el mecanismo?

Creo que no porque al final nuestra democracia es más bien de índole deliberativo. Reside en los cuerpos colegiados y privilegia la discusión, la reflexión académica a este tipo de campañas que son más propias de los procesos políticos de la elección de representantes a cargos de elección popular en el país. Creo que son procesos de naturaleza distinta.

Lo que debemos privilegiar es la discusión de los proyectos académicos de la Universidad.

-¿Esta es una sucesión de grupos, que se disputan la UNAM?

No lo creo, porque los grupos que existieron en el pasado se han ido diluyendo con el paso del tiempo. Tal vez sea un reflejo del individualismo de nuestra época, pero lo cierto es que existen fantasmas de grupos que existieron en los años 70, ochenta y desde los años 90 se comenzaron a desdibujar.

-Pero ¿hay algunos que permanecen?

Hay gremios que se acuerpan en este tipo de procesos.

-Una voz importante ante la Junta de Gobierno es la de exrectores y premios nacionales de ciencias ¿hay que escucharlos?

Sí tienen que escuchar a todos. La Junta lo que ha hecho es abrir espacios para escuchar a los cuerpos colegiados. Se ha propuesto ir al mayor número posible de entidades y propiciar que la comunidad se exprese. Sí nuestros exrectores, eméritos, pero también importa lo que tengan que decir las comunidades, los estudiantes, los profesores, los trabajadores. Hay que tener el mapa completo de las necesidades.

-¿Alguno de los exrectores le ha expresado su apoyo?

No directamente. Ellos son muy respetuosos de este tipo de procesos.

-¿La voz del presidente Andrés Manuel López Obrador, como universitario, tendría que escucharse en la Junta de Gobierno?

No deja de ser un egresadohay que analizar lo que dice y, en todo caso, se puede discrepar de ella. Yo no coincido en varios de sus juicios, pero hay que entender por lo menos sus preocupaciones y de ser necesario contestarle de una manera muy respetuosa.

De hecho, en alguna forma, lo hice cuando se dijo que la universidad se había derechizado y señalé que la universidad había hecho un esfuerzo muy importante por analizar el neoliberalismo desde que empezó en los años 80. Creo que hay que buscar una comunicación más fluida para para que no tengamos malos entendidos.

-¿Cómo calificaría la gestión del rector Enrique Graue?

Creo que fue un gran rector en tiempos complejos.

-Sobre la sucesión ¿usted es el favorito, el Delfín del rector Enrique Graue?

Al final en este proceso lo que es importante es ofrecerle a la Junta de Gobierno y a la comunidad universitaria varias opciones que representen la riqueza de la Universidad. 

Tengo una relación personal con el rector, pero también tengo mi propia trayectoria que viene de la Facultad de Economía y Filosofía, ahí fui profesor. Entonces tengo otra experiencia, en Economía hay una vida política más intensa, estoy acostumbrado a dialogar con grupos de tendencia muy opuestas y, por lo mismo, tengo mi propia visión.

La riqueza de este proceso es que hay universitarios de todas las áreas, que tenemos una visión distinta de la Universidad… Yo no creo ser el favorito, estoy seguro que el rector no tiene favoritos, está garantizado.

-¿Por las condiciones financieras la universidad necesita un economista como rector?

Yo creo que sí, tener un economista tiene muchas ventajas, yo además fui presidente de la Comisión de Presupuestos del Consejo Universitario durante los cinco años y ocho meses que duró mi gestión al frente de la dirección de la Facultad de Economía, entonces si conozco la evolución financiera de la institución.

Cuáles son sus principales problemas, cuáles son los puntos rojos que habrá que atender en los próximos años aún con un presupuesto adecuado…

En mi faceta de historiador entiendo cuál es la evolución de la universidad, cómo ha crecido. Una función del próximo rector o rectora es consolidar dos grandes subsistemas: el bachillerato y las facultades de estudios superiores.

-¿Se plantea crear nuevas facultades en el país?

Tenemos en la perspectiva que las que tenemos en Oaxaca permitirá evolucionar a Escuela Nacional Estudios Superiores y en otras entidades va a depender del tipo de apoyos que tengamos.

-Hay zonas y entidades que tienen una alta presión de demanda de los jóvenes, ¿ahí la universidad podría crecer?

Sí, podríamos evaluar otro estado. Uno de los criterios debe ser que la presencia de la universidad tenga un alto impacto social o porque el crecimiento demográfico aumenta, sería el caso de Chiapas o de Guerrero, pero también atender la zona metropolitana.

Habría la posibilidad de crear una nueva escuela en la zona metropolitana, sí pero dependería de la colaboración con los gobiernos de la Ciudad México o del Estado de México y el gobierno Federal. Al final se requiere de la participación de alcaldías o municipios.

Nurit Martínez | El Sol de México

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