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Debe desaparecer la violencia de género: Germán Fajardo, aspirante a rector de la UNAM

No creo que la UNAM esté enferma, de ninguna manera, creo que la UNAM está sana y lo podemos ver.

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Debe desaparecer la violencia de género: Germán Fajardo, aspirante a rector de la UNAM

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) está preparada para un nuevo rector, médico por supuesto, asegura Germán Fajardo Dolci, director de la Facultad de Medicina, quien aspira participar en el proceso de designación en la Rectoría que lo convertiría en el cuarto médico consecutivo en ese cargo.

En entrevista con El Sol de México niega pertenecer a algún grupo de poder universitario y busca, entre otras cosas, erradicar la violencia de género y la inseguridad en todos los campus y escuelas de la UNAM.

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Germán Fajardo es otorrinolaringólogo de profesión, profesor de asignatura. Fue subsecretario de salud, comisionado en la pandemia de influenza en México. 

Esta semana presentará su candidatura ante la Junta de Gobierno de la UNAM y en la conversación delinea su propuesta de trabajo para el periodo 2023-2027 en la que prevalecerá y fortalecerá la calidad de la institución y en lo inamovible ubica la autonomía, la laicidad y la gratuidad.

-¿Por qué es usted la mejor alternativa para dirigir a la UNAM?

Primero hacer la invitación a los universitarios a que participen en el proceso, donde la Junta de Gobierno escuche lo que se necesita en la universidad. Segundo, que una persona con una visión científica, humanista y social puede llevar la universidad a buen puerto.

-Sería el cuarto médico que busca encabezar el liderazgo de la universidad nacional de manera consecutiva, ¿busca que el grupo permanezca al frente de la institución?

No diría que es la permanencia de un grupo porque nunca ha estado constituido como tal, tengo una comunicación desde hace muchos años con el actual rector (Enrique Graue).

No es un grupo como tal, (Juan Ramón de la Fuente, José Narro y Enrique Graue) compartimos la profesión y tengo una admiración por cada uno de ellos, por su trabajo, dedicación, empeño y resultados al frente de la Universidad, no como bloque o grupo. Ellos han dicho como exrectores que no se van a meter en el proceso de sucesión y estoy seguro de que así lo harán.

-¿Es usted un médico que busca encabezar el liderazgo de la universidad nacional y permanezca ese grupo al frente de la institución?

No diría que es la permanencia de un grupo porque nunca ha estado constituido como tal… No es un grupo como tal, compartimos la profesión y tengo admiración por cada uno de ellos, por su trabajo, dedicación, empeño y resultados al frente de la universidad, no como bloque o grupo. Ellos han dicho como exrectores que no se van a meter en el proceso de sucesión y estoy seguro que así lo harán.

-¿Usted pediría que no se metan?

En general, lo sano es que los ex en cualquier ámbito, incluidos los exrectores, todos conocen el proceso y el procedimiento de designación y serán, como han sido hasta ahora, muy respetuosos.

-¿Por qué un médico está otra vez en la Rectoría de la UNAM?

Creo que no es un médico más, es la presencia de una profesión, que es muy respetada, que es muy querida por los ciudadanos, por los mexicanos y un mundo muy valorado, más aún por la pandemia y desde antes.

Dentro de la formación que tenemos como médicos esta es una profesión científica, una formación con una dimensión social muy importante y con una dimensión humanista. Estas características las tienen varios rectores de esta máxima casa de estudios y fueron electos por miembros de la Junta.

Aquí recuerdo al doctor (Salvador) Zubirán, al doctor (Ignacio) Chávez, al doctor (Guillermo) Soberón, al doctor (Octavio) Rivero y más acá recientemente al doctor (Juan Ramón) De la Fuente, (José) Narro y en la actualidad Enrique Graue.

-Como médico ¿cuál es la condición o diagnóstico de la UNAM? Hay quien señala que está en terapia intensiva, y otros, que necesita oxígeno, ¿es así?

No creo que la UNAM esté enferma, de ninguna manera, creo que la UNAM está sana y lo podemos ver. No solo el campus en CU, en las prepasCCHsFES y las ENES, ahí van a encontrar miles de alumnos y miles de profesores que están produciendo en conocimiento, motivando a los muchachos, enseñando, transmitiendo habilidades, destrezas y competencia.

Los investigadores están en sus áreas, en los laboratorios, produciendo y formando recursos humanos. Yo veo una universidad sana, una universidad trabajando, una universidad pujante, una universidad fuerte.

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-¿Qué requiere la Universidad en los próximos años?

Tenemos una institución fuerte, que tenemos que preservar, pero también lo que tenemos que mantener, modificar y reformar, actualizar. En un tercer rubro de lo que tenemos que innovar, lo que tenemos que hacer; y, un cuarto rubro, lo que tenemos que eliminar y desaparecer de nuestra comunidad.

¿Qué tenemos que mantener, qué tenemos que motivar y mantener? El orgullo de ser universitarios y el prestigio de nuestra universidad… Luego diría cosas que son inamovibles, básicas como es la autonomía, la laicidad, la gratuidad, entre otras.

De las que tenemos que modificar y actualizar es la mayor presencia de la mujer en todos los espacios…

-¿Qué hay que desaparecer?

Desaparecer la violencia de género en esta universidad, una institución tan importante, la más importante en el país y en América Latina, es imposible no imaginar y pensar en eliminar la violencia de género. También la posibilidad de eliminar todo tipo de inseguridad al interior de las instalaciones, no solo en CU donde nos encontramos, sino de las instalaciones en general de la universidad, en todo el país.

Son temas que tenemos que hacer un esfuerzo muy relevante no solo desde la oficina del rector sino toda la comunidad. Lo mismo, desaparecer la arbitrariedad, que en algunos casos puedan existir, y el autoritarismo, son dos temas que debemos combatir.

-¿Puede dar un ejemplo de ello?

Digamos los profesores que exceden alguna tarea o alguna cuestión que les encarguen a los alumnos, o también de alguna autoridad que se exceda en sus funciones. Aquí lo crucial es que los alumnos y alumnas, todos tengamos conciencia de esta situación y tengamos la confianza para poder denunciarlo, para poder revisar lo que está sucediendo.

-¿Si usted es designado rector qué es lo primero que haría?

El 19 de noviembre van a triunfar los pumas, el 20 es festivo y el martes debe ser el inicio. Tenemos que ser capaces, de tener y crear una nueva cultura al interior de la universidad… Crear conciencia y emprender acciones para tener profesionistas con una base de ciudadanía, de respeto, que escucha y está abierto al diálogo. Todas estas competencias transversales.

-¿Dónde quedarían las reformas que se demandan en la universidad desde hace muchos años: la forma de gobierno y las condiciones de los profesores de asignatura?, ¿cómo le denomina a eso?

Primero son temas que se pueden hablar y se pueden discutir. El tema de la Junta de Gobierno y la forma de cómo se eligen a las autoridades universitarias creo que no es buen momento para discutirlo cuando está el proceso. Creo que una vez que termine el proceso de sucesión se puede dialogar, platicar.

Es muy problemático cambiar la llanta mientras el auto está andando. También creo que no hay que componer lo que no está descompuesto. Si bien algunas voces dicen que hay que modificarlo, creo que ha funcionado bien durante muchos años. Mi opinión creo que es de la mayoría, que el proceso funciona y funciona bien.

En relación con los profesores de asignatura es un tema muy sensible para mí, soy profesor de asignatura, orgullosamente profesor de asignatura y así tuve la oportunidad de llegar a esta dirección y así será para llegar a la Rectoría.

La idea del profesor de asignatura es que alguien con la expertis en un área pertenezca dos horas a cuatro horas a la semana a compartir su conocimiento, entiendo que no es la idea que el profesor viva de esas dos o cuatro horas. En cambio, el profesor de preparatoria o en CCH que no es tiempo completo y dedica 24 horas a la semana y no tiene la plaza de medio tiempo o tiempo completo, sí hay que revisar.

-Las fuerzas políticas en el país están por definir sus candidaturas a la Presidencia de la República y hasta ahora se perfilan más mujeres, ¿cómo sería el diálogo con alguna de ellas?

El diálogo se da independientemente del género, no tiene nada que ver. Incluso diría que la universidad está preparada para una rectora, no tiene nada que ver sin ningún problema, hay muy buenos perfiles. La universidad está preparada para un nuevo rector, médico por supuesto, y para una rectora.

-En esta sucesión, ¿usted ve una disputa entre grupos? ¿Es momento de la izquierda universitaria?

No lo vería así. Los exrectores históricamente están más identificados con la izquierda que con la derecha, me costaría trabajo identificarlos con la derecha. Quizás hace muchos años con (Manuel) Gómez Morín.

No lo vería así de pertenecer a un sector, hay que pensar en la universidad y quienes nos debemos a los alumnos, con diálogo permanente, sin dogmas, con la pluralidad que ha tenido históricamente la universidad y sigue teniendo.

Nurit Martínez | El Sol de México

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