:)

Política

Momento político: Raúl Contreras afirma que se necesita un abogado al frente de la UNAM

Recuerda que hace 40 años la institución tuvo en Jorge Carpizo a un rector abogado.

Published

on

Momento político: Raúl Contreras afirma que se necesita un abogado al frente de la UNAM

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) “necesita entrar en un proceso de actualización importante su legislación universitaria” para mantenerse fuerte, solo así la autonomía tendrá un escudo ante las intromisiones externas, asegura Raúl Contreras, director de la Facultad de Derecho y aspirante a rector de la Máxima Casa de Estudios.

En entrevista con El Sol de México, Contreras asegura que la institución requiere defender su autonomía, dado que existe una hipersensibilidad en la comunidad y la institución requiere reformas legales para las cuales se requiere un abogado.

Te puede interesar: La UNAM hace historia en San Miguel de Allende

Recuerda que hace 40 años la institución tuvo en Jorge Carpizo a un rector abogado y que es momento que el líder de la UNAM sea de esta profesión para enfrentar “los problemas de Estado de Derecho” en México, así como resolver problemas como inseguridad y violencia de género en la institución.

-¿El director de la Facultad de Derecho cubre el perfil para convertirse en rector de la Universidad Nacional?

Liderar una comunidad universitaria tan grande y tener el apoyo de esta comunidad es una cuestión importante. La Facultad de Derecho, según el Anuario Estadístico de la Universidad, tiene la carrera más solicitada de la sociedad mexicana con 17 mil alumnos y cerca de mil 500 profesores.

Es una facultad que ha trabajado de manera muy intensa estos siete años que he estado al frente. Estamos atendiendo a 40 por ciento más de alumnos que cuando entré. Con el presupuesto que debe ser uno por ciento del gasto de la universidad, atendemos a cinco por ciento de la población.

La Facultad de Derecho es la número 26 del mundo y la primera del mundo de habla hispana, la primera de Iberoamérica. Representar a esta comunidad son suficientes cartas credenciales.

¿En lo personal cuáles son sus atributos?

Tengo 51 años de ser universitario, fui líder estudiantil, presidente de mi generación del doctorado. De mis 34 años de profesor he sido 20 años consejero técnico de la Facultad. En los 470 años de haber sido fundada solamente cinco directores se han reelecto y yo soy el quinto, soy presidente de la Comisión de Legislación Universitaria en el Consejo Universitario.

De manera externa, tengo una larga trayectoria administrativa en Programación y Presupuesto, manejo de recursos humanos, grupos sociales, he tenido experiencia con dirigencias sindicales, en la Secretaría de Salud con Jesús Kumate y luego con Julio Frenk, entre otros.

¿Pertenece a un grupo?

Ni dentro ni fuera de la universidad, soy así como un agente libre. Nunca he trabajado con ninguna de las personalidades y nunca he formado parte de un grupo dentro de la Universidad.

¿La persona que llegue a la Rectoría debe ser político?

Se requiere tener aptitudes políticas desde luego, no la de carácter político partidista o electoral.

Se requiere para poder liderar, tener capacidad de mando, experiencia y el rector de la Universidad necesita tener siempre muy buena relación con el gobierno, buena coordinación, que no implique, desde luego, subordinación por que la UNAM es una es una institución del Estado mexicano al servicio de la sociedad mexicana que trasciende a los gobiernos.

La Universidad Nacional ha estado aquí y ha visto muchas alternancias políticas, mantiene su presencia y está al servicio de la sociedad mexicana, formando profesionistas, haciendo su labor social.

Eso hace que 80 por ciento de los estudiantes que entra a la universidad viene de los sectores menos favorecidos económicamente y aquí tienen la gran oportunidad de vencer sus condiciones adversas, no solamente salir de la pobreza.

¿Hace cuánto no hay un rector abogado?

Desde (Jorge) Carpizo. A mí me tocó siendo líder estudiantil en el posgrado hacer campaña para él en 1985. Digamos que desde los años 60 para acá él ha sido el único abogado.

¿Considera que es momento de un rector abogado?

Hubo muchos abogados, pero era la época de la antigua Ley Orgánica, cuando había muchos conflictos, precisamente por las elecciones y todas estas cosas.

¿Desde 1945 a la fecha sólo el doctor Carpizo?

Alfonso Caso cuando se aprueba la ley y luego Luis Garrido y párele de contar.

¿Ya es tiempo de un abogado en la Rectoría, si hablamos de los grupos universitarios?

Eso habrá que decirle a la Junta de Gobierno. Si me pregunta a mí le voy a decir que sí, depende de la valoración de la Junta, de cuál es el sentir de la comunidad.

Le puedo decir porque lo tengo plasmando en el programa de trabajo, la universidad necesita entrar en un proceso de actualización importante de la legislación universitaria, si la legislación universitaria está fuerte, la autonomía tiene un escudo en ese sentido porque no necesitaremos de la intromisión de ninguna opinión externa para resolver los problemas de los universitarios.

Quizás es el momento político, se necesita un abogado ante estos problemas de Estado de Derecho que vivimos en el país y, a veces, en la misma universidad cuando hay víctimas en materia de inseguridad, violencia de género. Todos estos temas, pues creo que la visión y formación de un abogado son importantes para la vida social de la universidad. Tengo como formación la certeza y la seguridad jurídica.

¿Usted ve el escenario para que un abogado enfrente esos problemas?

La universidad como parte de la sociedad tiene problemas vinculados a cuestiones de carácter jurídico y esto es un punto que deberá considerar la Junta de Gobierno.

¿Qué reforma necesita la Universidad, en particular, en el tema de la Junta de Gobierno?

Yo soy un estudioso de la vida de la Universidad; en 1933 hubo una ley orgánica que le quitó el carácter nacional y la tuvo castigada presupuestalmente por no haberse atenido a la corriente de apoyar la educación socialista establecida en la Constitución. La universidad tuvo muchísimos problemas porque en esa ley el rector y los directores se elegían por voto directo.

Es la época más aciaga de la historia de la universidad, entre 1933 y 1945. Ese no es el problema porque a través de esta Ley Orgánica, que muchas personas critican por su antigüedad, tiene muy hondas raíces y le ha dado estabilidad a la universidad, es decir, el problema de la universidad no está en eso.

Si hablamos de democratización de la universidad, pues está en dos en dos aspectos: que haya reglas parejas para el ingreso a la universidad, lo cual se logra con el examen en donde no hay privilegios y se muestra con que 80 por ciento de los alumnos vienen de familiares pobres.

Y la otra, que dentro de la vida interna no haya ninguna regla que discrimine a ningún de los grupos vulnerables: mujeres, personas con discapacidad, las personas de origen indígena o afrodescendientes, así como de la comunidad LGBTTT+.

¿Qué hacer con las demandas para reformar cómo se eligen autoridades en la UNAM?

La universidad está trabajando y está considerada entre las mejores 100 del mundo y competimos con las universidades privadas que cobran colegiaturas carísimas y manejan grandes presupuestos.

El problema no está ahí, por lo menos en mi visión, el problema lo tenemos, pues, en considerar que con todo y que la educación es gratuita todavía tenemos que batallar para conseguir becas para transporte, alimento, porque hay chicos que no tienen dinero para transportarse, para venir desayunados.

Ese para mí es un problema, no tenemos legislación para protección de víctimas. No tenemos esta legislación para poder establecer medidas cautelares.

Tenemos todavía graves deficiencias en que tenemos instalaciones que fueron construidas en los años 50 que no estaban pensadas ni proyectadas para que personas con discapacidad tengan las mismas condiciones. Eso para mí es democratizar a la universidad. Lo otro es una demanda que respeto mucho.

¿Una reforma que permita qué?

Garantizar que la universidad pueda seguir teniendo su gobierno y la libertad para hacer sus planes y programas. La defensa de la autonomía también es ser muy transparente en cómo se gasta los recursos, ser muy muy escrupulosa en el manejo, o sea, una rendición de cuentas escrupulosa que se vea que los recursos que el pueblo de México invierte.

¿En su plan de trabajo qué destaca?

La primera, es la defensa de la autonomía. Hay una hipersensibilidad en la comunidad universitaria respecto de este tema. La segunda es llevar a cabo un programa de actualización de la legislación, como presidente de la comisión de Legislación Universitaria que soy en el Consejo.

La tercera es crear una política vigorosa para evitar las desigualdades, erradicar la violencia de género, generar equidad e igualdad en los órganos de gobierno, así como mejorar el reconocimiento de la universidad. Podemos aspirar a que dentro de cuatro años la universidad esté entre las primeras cincuenta del mundo.

¿Cuándo usted menciona la hipersensibilidad de la comunidad por la autonomía, se refiere a los señalamientos del presidente Andrés Manuel López Obrador?

Debemos reconocer que el presupuesto de la universidad nunca ha disminuido en estos años. Digo que hay que ser muy prudentes porque el señor presidente es parte de la comunidad universitaria y tiene derecho a opinar y criticar la universidad.

Muchas de las cosas que se dicen a veces llevan razón, otras, a lo mejor no tiene la suficiente información, pero creo que hay que estar atentos a lo que cualquier universitario haga y cuando se trata del Primer Mandatario de la Nación, uno está obligado a atender la crítica o las opiniones y ver este qué lleva de razón o no en ellas.

Te recomendamos: Cifra de aspirantes a médicos cirujanos se triplica en la UNAM

¿La Junta de Gobierno debería escuchar la opinión de este distinguido universitario?

Creo que la opinión del Primer Mandatario la escuchamos todos los mexicanos todos los días en la mañanera. Si la opinión es sobre las cosas que se pueden hacer o se deben hacer en la universidad pues son atendibles, yo creo que no es atendible que hubiera alguna inclinación hacia alguna de los aspirantes.

¿Hoy tenemos dos universitarias buscando la candidatura de la Presidencia de la República, Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum, hay que escucharlas?

Creo que es lo mismo. Lo que no creo es que fuera de ninguna manera válido que traten de influir a favor de ningún candidato.

¿Una de ellas, la doctora Claudia Sheinbaum, fue líder estudiantil, de un grupo que tiene muchos años impulsando ideas de reforma en la institución, hay que escucharla?

Hay que escuchar todas las voces. Reconozco la lucha de los años 80 y 90, y hoy aplaudo que la universidad haya mantenido la gratuidad en las cuotas. Cómo universitarias tienen todo el derecho, no solamente de opinar sino también de participar dentro de las normas universitarias.

De los momentos difíciles que le han tocado, ¿uno de ellos es lo ocurrido en el Tribunal Universitario y los temas de violencia de género?

El Tribunal ha venido avanzando, lo hicimos paritario y ha tenido algunas reformas, pero requiere una reforma legislativa, porque el problema no está solo en cómo funciona sino en los casos que llegan al Tribunal.

Hace falta toda una revisión de esos temas. A lo mejor queda en el imaginario del Tribunal porque en los tiempos de los conflictos de género esta Facultad ha sido la única que ha tomado medidas muy drásticas.

Por ejemplo, el Consejo Técnico suspendió al decano y tuvimos que cambiar al presidente del Tribunal (Eduardo López Betancourt) porque había un proceso judicial pendiente y no podíamos dar la imagen de que estábamos soslayando a nadie. Aquí sí se han tomado decisiones muy muy drásticas y eso hace que la universidad o desde fuera se nos voltea a ver… tomar decisiones difíciles es polémico.

¿También polémico y difícil el tema del plagio de la tesis de la ministra Yasmín Esquivel?

Para la universidad, pero no para la Facultad de Derecho, aquí se tomaron medidas drásticas. El Consejo Técnico le retiró la (plaza) definitiva a la maestra que estaba implicada. Contribuimos buscando las tesis y las entregamos a las autoridades de Rectoría. Afortunadamente no es un tema que le haya pegado al prestigio de la facultad.

¿Y en la decisión que está pendiente, en la Comisión de Ética?

(Como presidente de la Comisión de Legislación) se tomaron medidas drásticas y hoy la universidad ya tiene facultades para para poder anular un examen o un título, pero eso no tiene efectos retroactivos. El expediente sigue en estado litigioso y en espera del dictamen de la Comisión de Ética.

¿Está afiliado a algún partido político?

No, tengo muchísimos años de academia. Como dirigente me obliga a mantener esta facultad abierta para todas las corrientes. Aquí tenemos profesores de todas las orientaciones políticas y de todas las orientaciones este ideológicas así que sería contrario al espíritu de la Universidad.

Nurit Martínez | El Sol de México

Publicidad

Trends

Publicidad