La futbolista Jenni Hermoso entra al juego de los tiempos políticos de España

En tiempos de lucha política cualquier hecho es aprovechable para quienes están disputándose el poder, es el caso en España. El Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) subieron a la arena del debate sus posturas sobre el beso, hoy se sabe, no consentido del suspendido presidente de la Real Federación Española de Futbol (RFEF), Luis Rubiales, a la jugadora Jenni Hermoso.

El escándalo tomó una dimensión mundial, pero desafortunadamente eclipsó el triunfo de la selección española de futbol, por su puesto también opacó la crisis política que vive España, al no poder conformar un nuevo gobierno con Alberto Núñez Feijóo o la confirmación de la continuidad de Pedro Sánchez.

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Durante el gobierno de Sánchez y su alianza con Unidas Podemos se confirmó la polémica ley de consentimiento sexual en España: “Solo sí es sí”, que debido a sus huecos legales ha reducido las condenas de cientos de abusadores sexuales y se ha convertido en una de las principales armas de la oposición. 

Tanto el conservador PP, como Vox –formación de extrema derecha liderada por Santiago Abascal, con quien se negocia una alianza clave para poder tomar el poder– han criticado esa nueva ley, que dicho sea de paso hizo perder mucha fuerza al PSOE –hoy en el poder– y en este momento, esa reforma viene como anillo al dedo sobre la postura que ha asumido el suspendido presidente de la federación española de futbol.       

Aunque la gente del PSOE no se ha quedado con las manos atadas, hace unos días la vicesecretaria general de ese partido y ministra de Hacienda de funciones, María Jesús Montero, exigió a Núñez Feijóo que condene abiertamente el beso que le dio Rubiales a Hermoso, que seguramente no ha hecho porque sería una postura que no le gustaría a Vox y menos en tiempo de negociación política.

Vox se ha distinguido por no priorizar la igualdad y la violencia de género. En su perfil de X, el presidente del PP se refirió indirectamente a lo sucedido. El dirigente gallego criticó al gobierno después de la detención en Sevilla de un agresor sexual reincidente que trató de violar a una mujer y que había sido beneficiado por la Ley del “Sólo sí es sí”. 

Al referirse Feijóo al caso de Hermoso sólo dijo: “Hablemos de los actos protagonizados por Luis Rubiales, por supuesto. Pero hagámoslo también de esto porque la gravedad de los hechos es innegable. Nuestro ánimo, solidaridad y apoyo a todas las víctimas.

Cuando la Selección femenina de fútbol se proclamó campeona del mundo, el líder del PP felicitó al conjunto. “¡Campeonas del Mundo! El Mundial es para nuestra Selección. Una final de la que nunca olvidaremos, dónde estábamos y cómo la vivimos. Habéis hecho un campeonato de superación y triunfo. ¡Felicidades y muchas gracias por ilusionar a toda España!”, publicó.

El Partido Socialista, no obstante, exige más contundencia a Feijóo. Ahora bien, la portavoz del PP en el Congreso sí ha cargado duramente contra Rubiales. Cuca Gamarra, de hecho, también recordó los vínculos del entonces presidente de la RFEF con el PSOE y el gobierno de Sánchez.

La pregunta desde afuera de España es: ¿Realmente les preocupa lo que pasa con la jugadora Hermoso o sólo se trata de llevar agua a su molino político? O quieren demostrar no quién está correcto, sino quién es el menos malo. 

Acaso saben ¿por qué el exfederativo se da estos permisos con las futbolistas? Tienen conocimiento de cuántas ocasiones ha sucedido una situación similar o sólo se trata de abordar el tema porque tomó tienes de índole mundial y hay que fijar una postura, guste o no.

También, es importante saber cuánto tiempo va a durar el apoyo de los políticos a la deportista –quien juega en el futbol mexicano en el club Pachuca– el límite es hasta que logre alguna de las formaciones política conformar gobierno, si es así, entonces ella se convertirá en sólo una herramienta en la lucha por el poder en España.

No sólo eso, como pintan las cosas en España, es altamente probable que vayan a una segunda elección, porque ninguno de los llamados partidos grandes PSOE y PP ha logrado conformar mayoría a través de alianzas (176 votos de 350 posibles), eso los deja sin poder conformar gobierno como se lo solicitó el rey Felipe VI a el líder del PP, Feijóo, en este mismo periodo Sánchez tiene la posibilidad de conformar gobierno, aunque tampoco le dan las cuentas.

Una posible confirmación de la alianza entre el PP y Vox radicalizará a querer o no el nuevo gobierno, Abascal es un ferviente y abierto franquista y uno de los alumnos más avezados de Steve Bannon, el ideólogo del primer mandato estadounidense del magnate Donald Trump.

Vox propone, entre otras cosas, suprimir el Ministerio de Igualdad porque, dice, “es innecesario en sus funciones, injusto e ideológico”. Propone, asimismo, la eliminación de toda legislación de género. El partido de ultraderecha se refiere en todo momento a “violencia en el ámbito doméstico” en lugar de mencionar la violencia de género o violencia machista. 

Aunque, de acuerdo con The Economist, la suma de partidos que Sánchez necesita para conseguir ser investido formaría un gobierno “extremadamente inestable”. El artículo apunta a la peligrosa necesidad de necesitar “a quienes quieren desmembrar” el Estado. 

El medio anglosajón recuerda que el pacto que requiere el PSOE para alcanzar la presidencia se traduciría en una “combinación” de concesiones económicas, lingüísticas y de amnistía para los partidos separatistas.

El asunto no pinta nada bien para los españoles, de los dos lados hay riesgos, todo ello, en medio de una crisis de género que apenas está comenzando a mostrar que es un problema muy serio no exclusivo de España, ni de países ricos o pobres, no es exclusivo de ciertas esferas, está prácticamente en todos lados y hay que combatirlo. O usted ¿Qué cree?