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La lucha libre es cultura y educación, no sólo golpes: entrenador veracruzano Narciso Martínez

El amor al pancracio ha hecho de Narciso un gran entrenador y deportista

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XALAPA, Veracruz. Con 52 años dedicados a la lucha libre, el entrenador xalapeño Narciso Martínez Meléndez es un apasionado a este deporte, al que consideró que no sólo son golpes, sino cultura y educación, aunado a que gracias a ella alcanzó la inmortalidad, gracias al respeto y constancia de su práctica.

Actualmente tiene 67 años de edad y los conocimientos que tiene ahora los comparte en la Escuela de Lucha Libre el Soberano de la Arena Xalapa, donde los martes, miércoles y jueves a las 16 horas brinda a sus alumnos todo lo que aprendió.

Narciso Martínez se dio un espacio y compartió datos interesantes que las personas no conocen de este deporte, uno de ellos es que la lucha libre es cultura y educación, porque dice que el practicante adquiere “constancia, firmeza y valor de hacer las cosas, primer paso para ir formado la educación”.

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Como entrenador, a sus alumnos siempre, “les inculcó el respeto, la convivencia y el afecto a los demás, bases muy importantes no solo para ser un buen luchador, también ser mejor persona”, comentó.

Luego de explicar lo que los jóvenes aprenden con sus clases, abrió su corazón y explicó un poco la pasión que siente por la lucha libre, disciplina que para él significa todo, pues dice que si volviera a nacer una vez más la practicaría, porque ha recibido mucha satisfacción.

Narciso Martínez entrena a jóvenes desde 1980 en la Arena Xalapa, también en los lugares que ha estado, por lo que conocedores, lo consideran un formador natural de niños, niñas, jóvenes y adultos a quienes en cada momento los motiva a alcanzar sus sueños como gladiador.

Su camino tiene muchas esquinas, muchos cuadriláteros, pero sobre todo muchos triunfos que lo colocan como uno de los mejores luchadores de la época dorada de la lucha libre no solo en Xalapa, sino a nivel nacional.

Anteriormente, Narciso Martínez se llamó Hermes, el dios olímpico mensajero, de los viajeros y las fronteras, pero luego cambió a Caballero Negro, nombre que se tatuó en el corazón y que está en la mente de aquellas personas que lo han seguido siempre.

En su recorrido, se encuentran las arenas de Ciudad de México, Toluca, Pachuca, Puebla, Tlaxcala, auditorio Benito Juárez de Veracruz, Oaxaca, entre otros más, además cuenta con todos los campeonatos de la Comisión de Box y Lucha, que son: Ligero, Welter, Medio, Semicompleto y Completo.

También tiene el campeonato de parejas con el Intocable; campeonato de parejas del Estado de Veracruz con Gorila Infernal; Campeonato de parejas del Estado de Veracruz con Caballero Negro Júnior y con Caballero Negro Segundo.

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Su experiencia se reforzó al enfrentar al Cavernario Galindo, Blue Demon, Emilio Charles, Mano Negra, Perro Aguayo, Los Villanos, Los Brazos, Los Misioneros de la Muerte, Los Temerarios, Zandoca, entre otros muchos más, mientras que a nivel internacional midió fuerza con Coloso Colosetti, César Valentino, Franco Colombo, Rodolfo Ruiz, los instructores y maestros de la Arena México, José Luis Feliciano.

Narciso Martínez alternó con el Gavilán Ramírez, Angelito, Cucho Monroy, Hiraclis Fernerly y Estrella Sureña.

En sus vitrinas posan más de 25 máscaras ganadas y más de 15 cabelleras en todas las divisiones de los campeonatos, algo que él agradece. “Dios no es más generoso conmigo, porque ya no puede, pero deveras, estoy agradecido con el señor por todo lo que he logrado”.

Aunque su camino está plagado de éxitos, Narciso Martínez también recuerda momentos desafortunados que lo colocaron muy cerca de la parálisis y en el peor de los casos, siete veces cerca de la muerte.

En 1982, en una lucha en la Arena Xalapa, su rival le realizó un movimiento que lo hizo caer sentado bruscamente que se lastimó el coxis, situación que lo dejó medio año sin movimiento, pero sus deseos de seguir dejaron atrás paulatinamente ese dolor.

Estando en silla de ruedas, sus deseos de caminar una vez, lo llevaron a dejar la silla, para andar en muletas y tiempo después usar bastón; luego regresó al cuadrilátero y nunca pasó por su mente dejar ese deporte.

Otro caso que Narciso Martínez recuerda muy bien ocurrió en el puerto de Veracruz, en donde su rival le realizó una pasada de campana y al caer sentado, recibió un golpe en la nuca que lo desmayó por unos segundos, “recuerdo que mi vida pasó por un hilo, pues tuve un sueño remontado a mi infancia; luego desperté y fue que me di cuenta que estuve cerca de morir; eso fue en 1979”, recordó.

A sus 67 años, Narciso Martínez sigue vigente, sigue activo, pero él sabe que no será por mucho tiempo, pero mientras está arriba del ring él se enfocará en brindar lo mejor de sí, “porque así debe ser, el público paga por ver un espectáculo, no para faltarle al respeto. La verdad me considero un luchador disciplinado y respetuoso que siempre hace lo mejor como rudo o técnico”.

Agradeció a las personas que lo siguen, pero sobre todo a Dios, porque le dio la oportunidad de ser luchador, por eso recomienda a las personas practicar un deporte y si es lucha libre, mucho mejor, además que “se conduzcan de la mejor forma y que no se metan con nadie y respeten, que les irá muy bien en la vida”, concluyó.

Luis Hernández | Diario de Xalapa

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