La Opinión

La Corte Penal Internacional emitió una orden de aprehensión mediática en contra de Vladimir Putin

La orden de aprehensión de la Corte Penal Internacional en el plano internacional luce muy atractiva, pero no tiene dientes

Published

hace 1 año

marzo 21, 2023

Alfonso López Orrante

Del pasado fin de semana la Corte Penal Internacional (CPI) giró una orden de aprehensión contra el presidente ruso Vladimir Putin por la deportación, de al menos, 16 mil niños de Ucrania a Rusia al principio de la invasión en febrero de 2022, para readoctrinarlos y distribuirlos entre las familias con el fin de mantener la juventud en esa sociedad.

La orden en el plano internacional luce muy atractiva, pero todos sabemos además de amigos y enemigos, que la medida no tiene dientes, es más bien mediática, lo único es que limita un poco los viajes al extranjero del mandatario ruso, pero más allá no hay nada, incluso podría viajar a Estados Unidos y no ser detenido porque no es un país firmante de los Estatus de Roma.

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Esos estatutos dieron en 1998 pie al nacimiento de la Corte Penal Internacional que comenzó sus operaciones en 2002, y que entre sus grandes logros se encuentra el arresto de Charles Taylor, expresidente de Liberia, y Slobodan Milosevic, exmandatario de Serbia, pero arrestar a Putin luce la verdad imposible, porque prácticamente ningún gobierno se atrevería a ejecutar esa orden.

Lo cierto es que los 123 países que firmaron el Estatuto de Roma están obligados a ejecutar los mandatos de detención contra Putin y María Lvova-Belova, comisionada presidencial para los Derechos de la Infancia en Rusia, también objeto de una orden de arresto. La detención ocurría en el caso de que alguno de los dos viaje a alguno de estos países. Lo que significaría una declaración de guerra.

“Es verdad”, declaró el fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, al ser preguntado si Putin podría ser detenido. Pero la corte no cuenta con un cuerpo policial propio. La ejecución de los mandatos “depende de la cooperación internacional”, según el presidente de la CPI, el jurista polaco Piotr Hofmanski.

Matthew Waxman, profesor de la Escuela de Derecho de Columbia, declaró que ésta es una “etapa muy importante para la Corte Penal Internacional, pero que las posibilidades de que Putin sea arrestado algún día son pocas”. A modo de ejemplo, el exdirigente sudanés Omar al Bashir viajó por varios Estados africanos, pese a que la Corte Penal Internacional había emitido una orden de arresto en su contra.

También hay que tener muy claro que ni Rusia ni Ucrania son miembros de la Corte Penal Internacional. El tribunal internacional sólo puede procesar ahora a Putin porque Ucrania aceptó la jurisdicción del CPI en el contexto actual. Rusia ya rechazó la orden de arresto y afirmó que no va a cooperar.

“Rusia, como cierto número de Estados, no reconoce la competencia de ese tribunal, y en consecuencia, del punto de vista de la ley, las decisiones de ese tribunal son nulas”, declaró el portavoz del presidente ruso, Dmitri Peskov. Es poco probable que Putin vaya al banquillo de los acusados, “salvo que haya un cambio de régimen en Rusia”, declaró Cecily Rose, profesora adjunta de derecho internacional en la Universidad de Leiden, en los Países Bajos, algo que en este momento no va a suceder.

La Corte Penal Internacional no puede juzgar a los sospechosos en ausencia. Pero Khan explicó que el tribunal tiene otros métodos para avanzar las causas. Un ejemplo, es la vista celebrada para confirmar los cargos contra Joseph Kony, líder del Ejército de Resistencia del Señor, que lanzó una sangrienta insurgencia en Uganda, pese a que el acusado está en libertad.

La intención del Tribunal Internacional no es malo, pero ahora mismo le sucede algo parecido al Consejo de Seguridad de la ONU, que siempre levanta polvo y se reúne de urgencia para tratar las arbitrariedades de unos y otros, pero al final del día no puede hacer nada, porque si algunos de los miembros permanentes decide vetar alguna determinación entonces se queda en letra muerta.

Incluso en la decisión que tomó el pasado viernes la Corte Penal Internacional hay posturas incoherentes, por ejemplo, el presidente estadounidense Joe Biden aseguró que la orden de captura está “justificada”. Aunque el país norteamericano tampoco es miembro de la institución, la decisión “envía una señal muy fuerte”.

El jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, consideró la decisión de la Corte Penal Internacional como el inicio de un proceso para que Rusia rinde “cuentas”, pero quién o cuándo va a ser arrestado Putin, pues eso es la verdadera interrogante de esa decisión cuándo, el mandatario ruso, o su par de Siria, Bashar al-Assad, o el mandatario de Corea del Norte, Kim Jong-Un, van a ser arrestados.

En América Latina también hace aire, el mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, esta en la mira de la Corte Penal Internacional, al igual que su homólogo de Nicaragua, Daniel Ortega, dos peces gordos y especialistas en al represión y violación reiterad de lso derechos humanos. O usted ¿qué cree?