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Luchadores de plástico: Una tradición de los juguetes hechos en México

Fernando González cuenta que se convirtió en el primer niño que jugó con un luchador de plástico.

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Luchadores de plástico: Una tradición de los juguetes hechos en México

Con motivo del Día Nacional de la Lucha Libre y del Luchador Profesional Mexicano, que se celebra cada 21 de septiembre, te traemos la historia de Fernando González y su padre Don Mario, que fue el creador de los icónicos luchadores de plásticos, que ya son una tradición de los juguetes hechos en México.

Fernando González cuenta que se convirtió en el primer niño que jugó con un luchador mexicano hecho de plástico gracias al trabajo de su padre.

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Don Mario empezó a trabajar en el tallado de figuras desde 1950, principalmente con imágenes religiosas.

Posteriormente, surgió la idea de moldear a los luchadores mexicanos hasta crear una serie de 10 figuras de la época dorada de la lucha libre para culminar con 30 modelos, de distintos tamaños, y 4 mascaritas.

“Mi padre trabajaba con su hermano, pero tuvieron que entregar el local y cada quien se llevó una parte de las figuras”, dijo Fernando.

Don Mario talló en madera la imagen del Santo y otros luchadores mexicanos como el Cavernario Galindo, Mil Máscaras, René “Copetes” Guagardo, Blue Demon y muchos más, que terminaron siendo figuras icónicas con las que jugaban los niños desde 1950 y hasta la actualidad.

De formación artística, con estudios en la Academia de San Carlos, Don Mario ayudó con su trabajo a preservar el legado de la lucha libre mexicana incluso después de su muerte.

“Mi papá enfermó y ya no pudo trabajar en esto, pero yo desde chico trabajaba con él y pues seguí en el negocio hasta ahora”, reveló su hijo.

Las figuras de plástico, con la pose clásica de los luchadores, aún se venden hoy en los alrededores de la Arena México, la Arena Coliseo y también en la página de Facebook “Toys Luchas y +”.

El trabajo de Don Mario perdura en la infancia de muchas generaciones de niños mexicanos y hoy se expone en el Museo del Juguete Mexicano, incluso son objetos de coleccionismo que se adquieren por grandes cantidades de dinero.

“Me mandan pedir figuras desde Estados Unidos y algunas partes de Sudamérica. Aquí en México tengo mis clientes, pero la mayoría de las piezas está en el Museo del Juguete. Tengo aproximadamente de 300 a 400 moldes de luchadores”, señaló Fernando.

Ahora, Fernando continúa con el legado de su papá y con un trabajo artesanal pintado a mano, que requiere de dos días para su culminación, y recrea imágenes de los luchadores mexicanos, con calidad bootleg, que son deseados en México, Estados Unidos, Sudamérica y Europa.

Roberto Hernández | El Sol de México

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