Donald Trump aumenta su popularidad con los diversos procesos judiciales

Sin duda, los diversos procesos que enfrenta el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo tienen en la cúspide de las campañas preelectorales como el favorito para regresar a la Casa Blanca por parte de los republicanos e incluso por encima de su rival demócrata, el mandatario Joe Biden. En otras palabras, propaganda gratis.  

La meta de sus detractores y de las autoridades es fincarle responsabilidades por sus actos políticos que están fuera de la legalidad, como es el hecho de llevarse los documentos secretos de la nación más poderosa del mundo a su casa de Florida, el asunto no es menor, pues se trata de seguridad nacional y de esconder quién sabe cuántas cosas irregulares dentro de su administración.  

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También, tiene antecedentes por presuntos abusos a varias mujeres o sobornos con el dinero de la campaña a otras tantas para que guardaran silencio durante la campaña que lo llevó a la Presidencia estadounidense, lo contrario hubiera incidido en sus aspiraciones políticas de manera negativa, aunque no se podría asegurar una derrota, pues sus seguidores le toleran casi todo.  

Pero el problema más difícil que enfrenta es precisamente el haber arengado a sus seguidores para impedir la ratificación de Biden en el Congreso, que fue atacado el 6 de enero de 2021, una afrenta a la democracia que tuvo como consecuencia la muerte de cinco personas y sentó un hecho sin precedentes con un ataque a una de las instituciones más respetadas en Estados Unidos.  

John Lauro, abogado de Donald Trump, ha puesto en duda la idea de que Trump pudiera recibir un juicio justo en Washington. En una entrevista en el programa “Face The Nation” de la CBS, Lauro sugirió Virginia Occidental como una alternativa más diversa, pero el tribunal de apelaciones de la capital de EU ha considerado que los patrones de voto no deben influir en el lugar donde se celebre un juicio y que la cobertura informativa nacional puede ir en contra de la necesidad de trasladar un juicio.  

Todos estos problemas y los que se le puedan sumar a Donald Trump, de manera directa o indirecta le ayudan en su popularidad o lo mantienen en la agenda política estadounidense de cara a sus aspiraciones de regresar a la Casa Blanca, que según él, le fue robada en la elección pasada, este argumento se suma a la ola de falsedades bajo las cuales se mueve el llamado magnate, con el único fin de sumar gente que lo apoye en el 2024.  

Trump sigue haciendo lo que a él le corresponde, hace unos días dejó claro que México sí pagó por el muro fronterizo entre ambos países, el pago, según su perspectiva, se realizó a través del despliegue de 29 mil soldados en la frontera, esta declaración es parte de su nueva campaña antiinmigrante, una de sus principales herramientas de campaña de él y de otros aspirantes republicanos, como Ron DeSantis.  

Lo cierto, es que la más reciente acusación de Donald Trump se produce con el telón de fondo de las primarias del Partido Republicano de 2024. Los candidatos republicanos han tratado en gran medida de caminar por una delgada línea entre llamar la atención sobre los crecientes problemas legales del expresidente y no alienar a su base de seguidores.  

Chris Christie, aspirante a la candidatura presidencial del Partido Republicano, hizo alarde el pasado domingo de su experiencia como fiscal en el estado de Nueva Jersey, fuertemente demócrata, al declarar que siempre conseguía condenas en casos de corrupción política.  

“Así que mi opinión es, sí, creo que los jurados pueden ser justos. Creo en el pueblo estadounidense. Y creo en el hecho de que los jurados escucharán de forma justa e imparcial”, dijo Christie.  

El exvicepresidente Mike Pence, que recientemente hizo su condena más aguda a Donald Trump, dijo a la CBS que “esperaría” que Trump pueda recibir un juicio justo en Washington.   

El mismo gobernador de Florida, Ron DeSantis, uno de los principales aspirantes en las primarias republicanas, se ha desmarcado de las teorías vertidas por su otrora aliado Trump en relación a los comicios de 2020, sentenciado que “por supuesto que perdió”, en contra de lo que viene defendiendo el magnate neoyorquino desde hace casi tres años.   

La cacería contra el exmandatario o el pez gordo está abierta y nadie va a bajar la guardia hasta la realización de las primarias, el asunto es que esas batallas internas también pueden convertirse en un revés en las aspiraciones presidenciales. Por lo pronto, Trump ha asumido el papel de la víctima que es atacada por las autoridades y le ha resultado. 

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Según los resultados de un sondeo de NBC News, el apoyo de Donald Trump entre el electorado republicano aumentó hasta el 51%, en comparación con el 46% registrado en abril pasado por ese mismo canal de televisión. El apoyo al segundo en popularidad candidato republicano, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, en cambio, bajó al 22%, contra el 31% que tenía en abril.  

Mientras sean peras o manzanas, el magnate le da largas a las autoridades y se mantiene en el principal reflector electoral, el problema es que se salga con la suya, seguro es una preocupación bilateral y mundial, porque se las sabe gastar bien y bonito. O usted ¿Qué cree?