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El Orquidario de Morelia cumple 43 años de cultivar la enigmática flor

El saqueo es una práctica común y la mayoría de las especies de orquídeas ya están en peligro de extinción

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MORELIA, Michoacán. El Orquidario de Morelia es un espacio de naturaleza que desde hace 43 años tiene como prioridad esta enigmática flor, a la que cultiva, protege y conserva para el deleite de los visitantes.

Los tres edificios circulares que lo conforman ya existían al menos desde un año antes y “fueron construidos un poco antes, pero su finalidad no iba a ser para la creación de un orquidario, pero entonces un grupo de gente que se dedica al cultivo de orquídeas habló con el gobierno y lograron que este lugar fuera adaptado a partir de 1980”, contó el biólogo y asistente técnico J. Cruz Calderón Ruiz.

Ese grupo de personas está conformado por la Asociación de Orquideología sección Morelia, que a decir de Calderón Ruiz, todavía existe en la actualidad.

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Pero más allá de tener un lugar para ellos, lo que lograron los integrantes de ese grupo fue la creación de un espacio dedicado a la ciencia, la conservación de las plantas y a la generación de conciencia entre la población.

Esto último es relevante pues de acuerdo con el biólogo, el saqueo es una práctica común y la mayoría de las especies de orquídeas ya están en peligro de extinción.

Entonces, el nombre oficial del espacio es Orquidario de Morelia Dr. y Gral. Alberto Oviedo Mota, un conjunto de edificios construido en 1979 que se inauguró el 1 de junio de 1980. Desde entonces funciona como un centro expositivo, funciona desde entonces para la conservación ecológica.

De acuerdo con J. Cruz, actualmente resguarda más de cinco mil ejemplares de 220 especies de orquídeas, la mayoría mexicanas, en específico de los estados de Chiapas, Yucatán, Jalisco, Hidalgo, Veracruz, Puebla y Michoacán.

Además, dijo que del extranjero “hay pocas, tenemos especies que son de Australia, Brasil y algunas de África”, aunque hizo la anotación que estas últimas están en proceso de cultivo.

A propósito de la protección, Calderón Ruiz mencionó que tienen una colección con ejemplares que fueron decomisados por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), las cuales “han traído aquí para resguardo”.

Y es que el saqueo es un fenómeno, comentó, que es común en las zonas naturales de Michoacán “para venderlas en mercados, en carreteras, en las calles, a veces en 10, 15, 20 o 50 pesos”.

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El biólogo mencionó que en estado natural, las plantas de orquídea pueden llegar a vivir más de 50 años y se reproducen por simbiosis con los hongos, lo cual ha disminuido no sólo por el saqueo sino también por los incendios forestales, plagas, la deforestación y ahora el cambio climático.

El Orquidario está conformado por tres edificios con forma circular, dos de ellos son para el cultivo de orquídeas, las cuales necesitan ser tratadas con cuidados especiales de temperatura, humedad, riego y cultivo; por su parte, el tercero es para la exhibición de estas flores y se encuentra abierto al público todo el año, excepto el 25 de diciembre y el 1 de enero.

Y para hacer posible la difusión, el Orquidario tiene un área disponible de 600 metros cuadrados para las exhibiciones temporales, mientras que la zona de exposiciones permanentes tiene 197 metros cuadrados a su disposición. Esto, según datos del Sistema de Información Cultural (SIC) de la Secretaría de Cultura federal.

Además, por lo general en mayo y en octubre se organizan eventos de venta-exposición de diferentes tipos de plantas, con productores de viveros invitados. Y es que J. Cruz Calderón Ruiz afirmó que la mayor parte de las orquídeas que tienen no se venden, “porque son especies silvestres y están protegidas por la ley, entonces no se pueden comercializar, aquí es para exhibición y difusión de las mismas”.

De hecho, el jefe del Departamento del Orquidario, Cristóbal Méndez expuso que tienen un acuerdo con la Profepa “que nos pedía no asesorar a quienes traigan orquídea silvestre, para evitar el saqueo ilegal; sí tenemos venta de orquídeas pero de las híbridas, que son las manipuladas (en su producción) por el hombre.

Ulises Fonseca | El Sol de Morelia

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