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Inteligencia Artificial

Los juegos de antes fueron remplazados por la tecnología

A diferencia de antaño, en Tampico, Madero y Altamira ahora hay parques infantiles, así como unidades deportivas en donde se pueden realizar actividades recreativas

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TAMPICO, Tamaulipas. Los cambios generacionales, sumados a los avances tecnológicos, han impactado en el comportamiento como sociedad y las diferencias son muy marcadas sobre todo para los menores, a quienes la tecnología les remplazó los juegos de antes por la tecnología.

Las diferencias entre la mayoría de los juegos de ayer y los de hoy están a la vista, pues casi todas las actividades infantiles en décadas pasadas tenían como ingrediente principal la imaginación, que permitía crear verdaderos mundos e historias con los juguetes inanimados.

Actualmente, si no es que ya está extinto, era el grito de ¡1, 2, 3 Salvación para Todos Mis Amigos! que en antaño solía escucharse generalmente en las tardes en infinidad de calles de las colonias del sur de Tamaulipas como parte del juego de las escondidas.

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Este al igual que otros juegos con participación mixta, fomentaban la interacción de los menores bajo el ojo vigilante de los padres de familia habiendo otras actividades como el Avión (mixto), el Changais (niños), trompo, así como otros como el Yoyo y saltar la cuerda en las que incluso había competencias.

El Changais es una especie de béisbol, pero con maderos, consistía en una serie de maniobras para “batear” el trozo de madera más pequeño el cual debía de ser atrapado para evitar que se convirtiera en hit y esto equivale a un out.

En tanto para las niñas, las muñecas, no Barbies, con sus vestidos a la rodilla y los infaltables juegos de té, empero también participaban en otras actividades.

Anteriormente y tomando en cuenta la escasa infraestructura urbana y circulación de vehículos a diferencia de los tiempos actuales y a los que se suman otros factores, decenas de generaciones crecieron teniendo las calles como patio de juegos.

Actividades como las canicas en sus diferentes versiones, el trompo, algunos con punta de clavo para destrozar, al contrario, así como otras actividades que involucran a la “palomilla” de la cuadra, eran escenas diarias en las arterias de las colonias populares de Tampico y Madero.

En ese sentido y sobre todo los fines de semana, las calles se transformaban en verdaderos estadios para jugar futbol o beisbol, actividades que se ven poco por el actual ritmo de vida de la mayoría de las personas.

A diferencia de antaño, en Tampico, Madero y Altamira ahora hay parques infantiles, así como unidades deportivas en donde se pueden realizar actividades recreativas por parte de los menores y padres de familia con mayores márgenes de seguridad.

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Al respecto, David Hernández Muñiz, asesor de la Unión Nacional de Padres de Familia, señaló que los niños deben tener en sus padres modelos a seguir, ante ello es necesario que estos últimos asuman realmente el papel para educar a sus hijos con normas y valores.

En ese sentido, expuso que si bien los actuales tiempos son distintos, la tecnología que pudiera ser puesta a disposición de los menores, no los educará con valores morales por la vida y con plena conciencia del respeto hacia sí mismo y a los demás.

“El uso de la tecnología en los actuales tiempos es bueno pero con limitaciones, una computadora no te enseñará a decir buenos días, a convivir, a mirar a los ojos a otra persona, a escuchar y a desarrollar sentimientos que son base de la convivencia social”, señaló.

Hernández Muñiz afirma que un celular, tableta o computadora, no debe suplir el tiempo de interactuar con otros menores, así como de vivir las emociones del juego al aire libre en espacios reducidos y ahí es donde entran los padres de familia.

El psicólogo Raúl Cedillo estableció que “es de vital importancia porque ayuda a la estimulación del desarrollo emocional, cognitivo, físico y social”, algo que los equipos tecnológicos limitan debido a la atención que requieren para operarlos.

Al abundar sobre ello explicó que en el área social, les brinda a los niños la oportunidad de interactuar con otros niños y adultos de manera significativa.

En el área cognitiva, agregó, les permite aprender a resolver problemas, ser creativos y utilizar la imaginación que les ayudará a desarrollar sus emociones.

La decisión de darle un celular o una computadora a un niño, explicó, depende de muchos factores, como la edad del niño, su madurez, su necesidad de utilizar estos dispositivos y la supervisión y orientación de los padres.

En cuanto a la edad, es recomendable que los niños menores de dos años no utilicen dispositivos electrónicos en absoluto, mientras que los mayores de 2 años pueden empezar a utilizarlos en pequeñas cantidades y bajo supervisión de los padres.

En general, se recomienda retrasar el acceso a los dispositivos electrónicos hasta que los niños tengan la madurez necesaria para utilizarlos de manera responsable y segura.

Desde un punto de vista psicológico, es importante tener en cuenta que los niños y adolescentes que utilizan dispositivos electrónicos de forma excesiva o inadecuada pueden tener un mayor riesgo de desarrollar problemas emocionales y de comportamiento, como ansiedad, depresión, aislamiento social, problemas de atención y problemas de sueño.

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Desde un punto de vista neuronal, la exposición temprana y excesiva a la tecnología puede tener un impacto negativo en el desarrollo del cerebro en los niños, especialmente en áreas como la atención y la memoria a largo plazo.

Por lo tanto, es importante establecer límites claros y supervisar el uso de dispositivos electrónicos por parte de los niños. Es recomendable limitar el tiempo que los niños pasan frente a una pantalla, establecer horarios de uso y enseñarles a utilizar la tecnología de manera responsable y segura.

Esto tiene sus orígenes en la Organización de las Naciones Unidas que el día 20 de noviembre de 1959 decretó que el 30 de abril se declaraba como Día del Niño con el fin de reafirmar los derechos de estos de manera universal.

Los juguetes y juegos de antaño fueron reemplazados por la tecnología, ahora, son un producto de nostalgia.

Víctor Alva | El Sol de Tampico

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