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Escalerillas es la tierra donde viven de las esculturas de cantera en San Luis Potosí

A 24 minutos de la capital de San Luis Potosí está Escalerillas, tierra de la cantera. Una comunidad donde el arte que nace del cincel es el sustento

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SAN LUIS POTOSÍ, San Luis Potosí. A 24 minutos de la mancha urbana de San Luis Potosí, se encuentra Escalerillas, tierra de la cantera. Una comunidad donde el arte que nace del cincel se ha convertido en su principal sustento.

Donde las rocas parece que murmuran, se encuentra Carlos Rivera, quien por más de 43 años ha labrado la piedra. Cantero de oficio desde los siete años de edad, aprendió a esculpir al ver a su padre trabajar la cantera y hoy se ha convertido en uno de los escultores en piedra más distintivos de este sitio.

“Me enseñaron desde muy pequeño. Aquí en Escalerillas casi todas las familias nos dedicamos a esto, de este trabajo sobrevivimos. Lo primero que aprendí hacer a cincel y mazo fue una esfera de cantera rosada, después de eso ya podía esculpir piezas más elaboradas”, refirió.

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Un trabajo que en Escalerillas es común que tenga un legado familiar, como lo es en el caso del señor Carlos, quien además le ha enseñado el oficio a sus hijos Luis Alfredo y José Carlos, quienes también sobreviven de tallar la cantera.

Este trabajo milenario que aún permanece en el acontecer diario de esta comunidad, le ha permitido a decenas de familias no sólo desarrollar una transformación en el proceso de elaboración tradicional de la escultura en piedra, sino también a evolucionar su sentido de la estética sobre la misma.

“Hace décadas todo lo hacíamos, con cincel, mazo y piedra, esas eran nuestras únicas herramientas. Claro, el trabajo era más pesado y conllevaba una mayor entrega de tiempo. Ahora las cosas han cambiado”.

“Con la llegada de nuevas herramientas y la tecnología, el proceso de elaboración de escultura fue mucho más rápido, pero también trajo otros cambios. Hoy utilizamos sierras y cortadoras especiales para darle forma a la cantera. También ya no es necesario ir a la sierra a desencajar el pedazo de piedra, ya existe maquinaria pesada con la que se realiza el trabajo.

“Además con el transcurrir de los años, la clientela dejó de solicitar los trabajos tradicionales que comúnmente se vendían más con anterioridad, como las vírgenes, santos, fuentes y los típicos leones “Medici”.

“Ahora piden trabajos más elaborados, con mucho mayor técnica escultórica y sobretodo calidad arquitectónica como molduras francesas, escultura en relieve románica y pilastras dóricas. También diseños exclusivos en piedra”, comentó don Carlos.

Para realizar este oficio, según indica Carlos, hay que educar la mirada y saber lo que dice cada cantera, pues no todas son iguales ni sirven para lo mismo.

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“Hay diferentes tipos de piedra o cantera, y se utilizan para realizar diversos trabajos en talla. Las que no utilizamos son las arenosas, porque con facilidad se parten, rompen o se desmoronan como la piedra caliza o de arenisca. Actualmente aquí en Escalerillas trabajamos cantera de mármol, cantera de piedra pizarra, cantera de granito, rosada, morada, gris y una de las más pedidas cantera rivera beige”.

Para darle forma, tallar y esculpir la cantera de manera delicada, hay que conocerla, hay que saber identificar cada poro en ella, su dureza y textura al labrarla.

“No es fácil darle forma a la cantera, puede llegar a emplearse hasta un total de ocho horas en una sola pieza. Su dureza es un punto importante para saber trabajarla, pues no todas las piedras son suaves al contacto con el cincel o la sierra”.

La cantera es su mejor amiga y la conoce a la perfección, sabe a conciencia qué tipo de piedra es la mejor para realizar el trabajo que le solicita su clientela.

También conoce sus riesgos, pues ser cantero es un oficio de peligro y la prueba de ello es el polvo que cubre en su totalidad su cuerpo y manos.

“Nos cuidamos mucho los pulmones por ello utilizamos mascarillas especiales para el polvo, pues la arenilla que suelta la cantera es altamente dañina para las vías respiratorias. También hay que tener cierta maña para poder manejar los bloques de piedra y no accidentarse. Todos los días se trabaja con herramienta peligrosa, por eso hay que saber bien con qué se trabaja”.

Los trabajos en talla del señor Carlos Rivera, se encuentran en muchas partes del país y del resto del mundo, pues sus delicados acabados lo hacen un artesano de la cantera excepcional.

Cada trabajo que posee es su carta de presentación de él y de todos aquellos que colaboran en su taller, un espacio que a lo lejos produce una melodía entre la piedra y el cincel, que llama la atención de cualquiera al entrar a Escalerillas.

Alejandra Ruiz | El Sol de San Luis

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