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La Opinión

A Donald Trump le urge levantar su campaña para reelegirse en Estados Unidos

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump abre fuego en contra de México, porque no sabe cómo levantar su campaña presidencial

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A Donald Trump le urge levantar su campaña para reelegirse en Estados Unidos
El mayor enemigo de Donald Trump es el coronavirus.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró la semana pasada en Twitter que México está experimentado serios problemas con el coronavirus, por lo que “el muro fronterizo se está construyendo rápidamente”, no sé si alguien ya le dijo al Tío Sam que el epicentro del contagio está precisamente en la Unión Americana.

Sólo por si no se lo han dicho, Estados Unidos reporta más de una tercera parte de los contagiados en el mundo y más de 75 mil muertos, también se le olvida al presidente de Estados Unidos que 60 por ciento de los inmigrantes indocumentados son los que están en la primera línea de abastecimiento en ese país. 

El magnate le dijo a la gente de California, un estado bisagra que no es ni demócrata ni republicano y vota por quien más le convence y es clave si alguien pretende ganar las elecciones, que tenían suerte de que él fuera su presidente y acentuó en Twitter: “¡La frontera es muy estrecha y el muro se está construyendo rápidamente!”.

La verdad el tuit del presidente estadounidense refleja la desesperación electoral por la que atraviesa su campaña, estamos a más de seis meses de que se celebren las presidenciales, donde él tiene planeado conseguir su reelección. Pero parece que nada le cuaja bien.

Lee: Estados Unidos tendrá la vacuna contra el Covid-19 a finales de 2020, según Donald Trump

Pero esas frases en Twitter ya son un tanto viejas y no dejan ver una campaña fresca, el gran problema de Trump es que no sabe hacer una campaña propositiva, sino su discurso siempre es denostativo, entonces lo que le urge es un rival y seguro ese no será su homólogo mexicano, en más de una ocasión le ha dejado claro que no le gustan los trancazos.

Entonces ¿a quién atacar? el mandatario tiene dos rivales en la mira. El primero, son sus asesores de salud a los que critica por la forma de contabilizar los muertos por Covid-19, según él, no lo hacen de manera correcta y eso eleva los números de fallecidos, por su puesto su principal círculo coincide con el gran líder.

En más de una ocasión, ha barajado la posibilidad de correr al epidemiólogo Anthony Fauci, por no coincidir con sus discursos la señalar que Trump se tardó en tomar las medidas necesarias para evitar la alta propagación que sufre Estados Unidos.

No importa que el asesor Fauci sea uno de los personajes más confiables entre los estadounidenses y que lo respaldan 50 años de trayectoria por su lucha contra el sida, el ébola y el zika, el asunto es encontrar un rival que lo catapulte a los reflectores electorales.

Todo esto con un telón de fondo económico súper alarmante, la pérdida de 33.5 millones de empleos, y si no mal recuerdo, el presidente Trump siempre ha presumido las tasas bajas de desempleo en su gobierno, aunque en realidad la bonanza económica de la que presume la cimentó su antecesor Barack Obama. 

El otro rival es China, en donde el gobierno de Trump tiene puestas todas sus esperanzas, hay una fuerte ofensiva para acusar a Beijing por el origen del coronavirus y por su falta de responsabilidad para informar a tiempo de la propagación y con ello poder frenar la hoy imparable pandemia.

Aunque no está de más recordar que a mediado del pasado marzo Trump decía que se trataba de una “gripita” y que EU emplearía todo su poder para frenar cualquier virus, pero también se sabe que denostó los primeros informes sobre esa situación.

Desde hace una semana, el secretario de Estado Mike Pompeo dice que el gobierno estadounidense tiene pruebas suficientes sobre el origen del virus, el cual asegura salió del laboratorio  ubicado de la ciudad de Wuhan.

Se refiere al Laboratorio Nacional P4, dicho código indica máximo nivel de bioseguridad, pues maneja patógenos clase 4, que se transmiten de humano a humano, ahí se estudian las enfermedades más mortíferas y contagiosas del planeta como el SARS y ébola. Cuenta con el banco de virus más importante del continente asiático, pues preserva unas mil 500 variedades.

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A mediados de abril, The Washington Post informó que diplomáticos estadounidenses que visitaron el Instituto de Virología de Wuhan en 2018, enviaron dos reportes a su país expresando su inquietud por los estándares de seguridad. Incluso el canal Fox News insinuó que el paciente cero en Wuhan salió del Instituto de virología.

Esa es la base de dicha acusación, sin importar que los Servicios Secretos de Estados Unidos hayan presentado un informe desmintiendo la tesis de que el virus fue creado de manera deliberada en Wuhan, el asunto es tener con quien pelear y si de por si Donald Trump ya tiene cuentas pendientes con Beijing, pues es el enemigo con mejor perspectiva para atacar.

De entrada China ya le respondió a Tío Sam, quien semanas atrás acusó a Beijing de estar haciendo todo lo posible para que pierda en las elecciones del 3 de noviembre de 2020, dijo en tono fuerte que no le interesa entrometerse en ese tema, como sí lo hizo Rusia en al primera elección. 

Esta vieja disputa ya cobró una víctima, la Organización Mundial de la Salud (OMS) a quien Trump le suspendió por seis meses la ayuda por encubrir y apoyar a China en esta pandemia. Estados Unidos otorgó en 2019 más de 450 millones de dólares a la OMS.

Hace exactamente dos domingos de plano Donald Trump se olvidó de todo y aventó toda la carne al asador. Relanzó su campaña en una entrevista con Fox News –su cadena  consentida–  junto a el monumento de a Lincoln, asegurando que Estados Unidos tendrá pronto la vacuna contra el Covid-19.

Pero otra vez su círculo de asesores no le han dicho o él no los quiere oír, pero una posible vacuna sólo podría estar en el 2021 y las elecciones son este año. ¡Que mala suerte!

La otra promesa es recuperar los 33.5 millones de empleos perdidos por la cuarentena, ahí se justifica la presión que ejerce Washington a México para que, más pronto que rápido, eche a andar la industria de la manufacturera. El embajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau y el Pentágono cabildean para que así sea lo más rápido posible. 

En lo que Donald Trump no ha reparado, es que en esta ocasión el rival a vencer no es el demócrata Joe Biden, sino a la pandemia de coronavirus. Si en los próximos seis meses no hay soluciones, no veo cómo se puede mantener el magnate en el poder.

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