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El Extranjero

La izquierda española se une para frenar a Vox

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias firmaron un acuerdo para formar un acuerdo de coalición en España y poder frenar a Vox

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Dos días después de las legislativas que impulsaron a la extrema derecha, el presidente y líder socialista Pedro Sánchez alcanzó un acuerdo con la izquierda radical de Podemos –que encabeza Pablo Iglesias– para formar un gobierno de coalición en España, pero que para concretarse y que sea “estable y progresista” necesitará del apoyo de otras fuerzas.

La inesperada firma del acuerdo se selló con un abrazo entre Sánchez e Iglesias, protagonistas en el pasado de serias desavenencias.

“Este nuevo gobierno va a ser un gobierno rotundamente progresista”, pensado para durar los cuatro años de la legislatura, porque “España necesita un gobierno estable (…) y lo necesita ya”, indicó Sánchez tras rubricar el documento en una ceremonia en el Parlamento.

“El país necesita un gobierno que empiece a andar cuanto antes”, afirmó Sánchez en unas declaraciones después de la firma del acuerdo, en las que aseguró que se trata de un pacto estable para los “cuatro años” de la legislatura.

Dicho “gobierno de coalición progresista” combinará “la experiencia del Partido Socialista con la valentía de Podemos”, y será “la mejor vacuna contra la extrema derecha”, señaló por su lado Iglesias, quien estrechó sonriente la mano de Sánchez.

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Sánchez e Iglesias firmaron en el Congreso de los Diputados un documento en el que detallan los diez principales puntos de actuación del futuro gobierno, entre los que destacan la mejora del empleo; protección de la sanidad, la educación y las pensiones; garantizar el derecho a la vivienda; lucha contra el cambio climático, igualdad de la mujer o ampliación de los derechos sociales.

En el acuerdo se incluye también un punto sobre Cataluña y ambos partidos apuestan por “garantizar la convivencia” y “la normalización de la vida política” buscando “fórmulas de entendimiento y encuentro, siempre dentro de la Constitución”.

Tras los comicios legislativos del domingo que dejaron un Parlamento muy fragmentado, el acuerdo se antojó inesperado, sobre todo teniendo en cuenta que los socialistas y Podemos fracasaron en lograr algo similar tras los anteriores comicios, en abril.

En ese momento, Sánchez llegó a poner un veto a la presencia de Iglesias en el Ejecutivo y dijo posteriormente que de haber entrado Podemos en el gobierno sería un presidente “que no dormiría por la noche, junto con el 95 por ciento de los ciudadanos de este país”.

El nuevo acuerdo “es tan ilusionante que supera cualquier tipo de desencuentro que pudimos tener”, zanjó Sánchez este martes. La estructura exacta del gobierno será anunciada en las próximas semanas.

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Varios medios españoles, como la cadena de televisión La Sexta, dijeron que Iglesias sería vicepresidente, algo a lo que Sánchez se había negado tras los comicios de abril. Ambos aseguraron el martes que los detalles del acuerdo se conocerán con posterioridad, pero no dieron más detalles.

El periódico digital El Diario dijo que podrían intentar ampliar el acuerdo a partidos como el centroderechista Ciudadanos, el recién creado grupo de izquierda Más País o los nacionalistas vascos del PNV.

La extrema derecha

La extrema derecha de Vox, un partido ultranacionalista, se convirtió el domingo en la tercera fuerza en el Parlamento.

Ese hecho, a juicio de los analistas, cerró la puerta a que los conservadores del Partido Popular dejaran gobernar en solitario a Sánchez, por el riesgo de que Vox se erigiera como la única oposición de derecha.

Los socialistas, que ganaron las elecciones del domingo aunque más debilitados, tienen 120 diputados. Junto a los 35 de Podemos suman 155, lejos todavía de la mayoría absoluta de 176 escaños en la cámara, que cuenta con 350.

De allí que ambas formaciones se verán obligadas a negociar el apoyo de otros partidos para lograr una investidura.

La preferencia de los socialistas es el respaldo de los liberales de Ciudadanos, que fueron barridos el domingo cayendo a 10 diputados de 57 alcanzados en abril provocando la renuncia de su jefe Albert Rivera, y de varios otros pequeños partidos.

El objetivo principal es no depender de los independentistas de Cataluña, que cuentan con 23 sillas, cuando dicha región ha sufrido en los últimas semanas protestas, en algunos casos violentas, en repudio a la condena a cárcel contra líderes separatistas por la tentativa de secesión de 2017.

La primera reacción de Ciudadanos deja entrever que el camino no será fácil.

“Ciudadanos no puede apoyar que Sánchez y Podemos lleven las riendas del gobierno de España. Es nefasto y contrario a los intereses de la mayoría de españoles”, señaló el partido, que dijo que sí respaldaría un “acuerdo moderado y constitucionalista” junto a los socialistas y el PP, pero estos últimos ya descartaron este mismo martes esa posibilidad.

Si Sánchez logra ser reconducido al poder al frente del gobierno, pondrá fin a meses de bloqueo político en la cuarta economía de la zona euro, que ha sostenido cuatro elecciones en los últimos cuatro años.

El anuncio del acuerdo de principios, que provocó aplausos en sectores de la izquierda, causó inquietud entre los inversores por la posibilidad de que el gobierno PSOE-Podemos promueva nuevos impuestos a la banca y en la Bolsa de Madrid caían los títulos de las entidades financieras.

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