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En Tlaxcala hay balnearios en desuso que guardan cientos de historias y recuerdos

Palo Huérfano, Las Cumbres, El Montecito y Xochitla tuvieron su apogeo en los años 80 y 90 y hoy están abandonados o en ruinas

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TLAXCALA, Tlaxcala. Desde la época del resplandor textil con las fábricas San Manuel, San Luis, La Trinidad, Santa Elena y La Estrella, los municipios de Amaxac de Guerrero y Santa Cruz Tlaxcala compartieron el mayor auge comercial que hubo en la entidad, donde varios balnearios tuvieron un auge importante.      

De ser un corredor industrial entre ambos municipios, pasó a ser un corredor turístico con los mejores balnearios de la región, aunque algunos de ellos ya no están en funcionamiento.

Empero, con el paso de los años y el cierre de las mismas, los pobladores echaron manos a la obra para resurgir la economía de la región con la instalación de los primeros balnearios en ese corredor.

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Así nacieron los centros acuáticos Palo Huérfano, Las Cumbres, El Montecito, El Xochitla, aunque actualmente ya no funcionan, están abandonados o en ruinas.

Dichos espacios de diversión fueron un ícono para el turismo y sólo quedan recursos de momentos de esparcimiento familiar, ¿alguna vez visitaste alguno?

El primer balneario que se construyó en el municipio de Santa Cruz Tlaxcala fue Las Cumbres, a unos pasos del parque principal.

Desde 1969, Filomeno Meza Hernández, se convirtió en el primer hombre visionario para atraer turismo a su pueblo natal y lo logró, aunque se consolidó años más tarde.

El lugar sigue de pie como una propiedad familiar tras la muerte de su fundador en el año de 2021, pero ya no funciona como balneario.

Antes de este lugar, solo existía un centro acuático en el municipio vecino de Amaxac, Palo Huérfano, propiedad del hoy fallecido José Cruz Eduardo Molina Pérez.

Años más tarde, nacieron otros dos balnearios en Santa Cruz Tlaxcala, El Montecito ubicado en la comunidad de San Miguel Contla y Xochitla, a unos pasos de La Trinidad, en el barrio de Tepetlalcingo.

De estos últimos dos, sólo quedan recuerdos en una infraestructura que algún tiempo, principalmente en la década de los años 80 y 90, tuvo su mayor esplendor.

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A 10 años de su cierre, el balneario Palo Huérfano, ubicado en el barrio más antiguo de Amaxac de Guerrero, Metecatlán, actualmente luce desértico.

Ahí, el centro acuático se distinguió por sus albercas y chapoteadero alimentadas por agua de los manantiales que brotan desde el cerro Otongatépetl, juegos infantiles, vestidores, restaurante, cancha de voleibol, entre otros servicios.

Hoy en día es fantasmal su imagen en toda la extensión de una hectárea, en una de las albercas brota maleza, los asadores están deshechos, los baños no tienen muebles ni herrajes debido a la rapiña.

Para reactivar ese lugar se requieren al menos dos millones de pesos, informó Ricardo Molina Espinosa, uno de los siete herederos de José Cruz Eduardo Molina Pérez, quien apenas este tres de marzo cumplió tres años de fallecido.

De este modo, solo La Trinidad, fundada como balneario en 1982, y Las Truchas son los únicos balnearios que operan en el municipio.

Mientras que en Amaxac de Guerrero está el Centro Recreativo Holly´s, Santa Lucía, Santa Elena, Marea Baja y a un costado del antiguo balneario Palo Huérfano, se encuentra otro centro acuático con el mismo nombre, aunque solo cuenta con una pequeña alberca.

Palo Huérfano deriva del nombre de un viejo ahuehuete de más de 500 años de vida ubicado entre los dos balnearios que se encuentran en el barrio de Metecatlán, uno en servicio y el otro en desuso.

Armando Pedroza / El Sol de Tlaxcala

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