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La Opinión

A Nicolás Maduro no le importa nada

La llegada de Gustavo Petro al poder en Colombia dio una bocanada de oxígeno a Nicolás Maduro

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Mundo fracturado

La meta de permanecer en el cargo le está saliendo muy caro al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, pero no le importa, no solo le llueven críticas de los gobiernos en el mundo opositores al chavismo, sino que sus propios aliados no ven con buenos ojos todas las marrullerías que está implementando el heredero de Hugo Chávez.

La llegada de Gustavo Petro al poder en Colombia dio una bocanada de oxígeno a Maduro, como principio de cuentas abrió la frontera entre ambos países, una zona estratégica en el trasiego de drogas y migración; no solo eso, reinstalaron las relaciones diplomáticas y el mandatario colombiano dio un espaldarazo a su vecino.

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No se diga del retorno a la Presidencia de Brasil por parte de Luiz Inácio Lula da Silva, uno de los aliados más importantes del chavismo, me atrevería a decir uno de los mejores amigos y aliados de Hugo Chávez, pero con Maduro las cosas no son lo mismo, trata de gobernar como lo hizo su mentor, pero siempre es de manera grotesca. 

Por lo pronto, ambos presidentes, que hasta ahora habían estado entre los principales valedores en la escena internacional de Maduro, criticaron que no se haya permitido la inscripción de Corina Yoris como candidata de la oposición venezolana en las presidenciales del próximo 28 de julio, día en Chávez cumpliría años.

Lula da Silva y Petro cuestionaron la imposibilidad de Yoris para registrar su candidatura ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano, impidiéndole de hecho disputar la presidencia a Maduro, al que las encuestas que circulan sitúan en uno de sus momentos de más baja popularidad.

Han sido varios los países que han censurado lo ocurrido con la exclusión de las dos dirigentes opositoras. Pero esta vez ha llamado la atención que los gobiernos de Colombia y Brasil, gobernados por líderes de izquierda que hasta ahora habían mantenido buenas relaciones con Maduro, se han sumado al coro de críticas.

Ante esas acciones se recuerda a Chávez, no es que lo hiciera muy bien, pero lo hacía menos peor, la forma de gobernar de Maduro raya en lo absurdo, en lo obvio, sin ningún maquillaje que haga sospechar de que lo está haciendo lo correcto, todos, inclusive los chavistas, aunque lo nieguen, saben que lo está haciendo mal y que cada vez es más difícil sostener sus barbaridades.

Antes de inhabilitar a Yoris, bloqueó de manera descarada la candidatura de María Corina Machado, quien estaba avalada por casi dos millones de votos, pero desde que ella ganó el derecho para candidatizarse, el chavismo de Maduro hizo todo lo ilegal que tenía en sus manos para evitarlo y lo logró.

Solo dejó que se registraran opositores a modo, Manuel Rosales, Edmundo González Urrutia, Luis Eduardo Martínez, Daniel Ceballos, Antonio Ecarri, Juan Carlos Alvarado, José Brito, Javier Bertucci, Benjamín Rausseo, Claudio Fermín y Luis Ratti, algunos medianamente conocidos, pero otros ni en sus casas los conocen.

Maduro ha calificado a dirigentes opositores como “piezas en el juego del imperio estadounidense para apoderarse de Venezuela”. Al inscribir su candidatura dijo que “los apellidos”, como llama a los integrantes de la opositora Plataforma de la Unidad Democrática (PUD), y sus “títeres de turno no piensan por sí mismos”.

Hay que hacer hincapié que el mejor pretexto de los gobiernos socialistas en la región latinoamericana para mantenerse en el poder es que el “invasor gobierno yanqui quiere tomar sus territorios para extender su imperio”, un discurso muy trillado y viejo, desde que se instalaron en el poder los Castro en Cuba, siempre se escucha que Estados Unidos es el enemigo a vencer.

Puede ser que sí o que solo es un discurso de pretexto para seguir en el poder en países como Venezuela, Nicaragua, la misma Cuba, pero habría que preguntarle a los ciudadanos de esos países si están de acuerdo en la forma que viven y son gobernados, los niveles de pobreza en esos territorios han crecido de manera alarmante, pero la ¡culpa siempre es de Washington!

Para Maduro es posible que el poder sea su mejor herramienta para proteger los flujos de trasiego de droga, ese si es negocio, darle una mejor calidad de vida a los venezolanos no es muy rentable. El gobernante venezolano sabe cómo colarse y engañar incluso a Estados Unidos, recuerde que logró que le quitara el congelamiento del petróleo.

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El pago eran elecciones libres, el regreso de migrantes desde Estados Unidos y el descongelamiento de sus activos, para poder seguir flotando como gobierno, pero no habrá elecciones libres, aunque ya está descongelado los activos y el petróleo. Maduro se vuelve a salir con la suya, si ya superó la crisis que le presentó Juan Guaidó, lo de más es lo de menos.

No solo eso, el caradura para asegurar su permanencia ya dispuso todo un operativo para frenar el voto desde el extranjero, casi todos estarían en su contra por eso decidieron salir de Venezuela.

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