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La Opinión

Nicolás Maduro se disfraza de patriota 

Nicolás Maduro encabeza una lucha sin cuartel por ese territorio, pero las cosas no son tan sencillas como él las hace ver o cree ver

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Si alguien en el plano político tuvo uno de sus mejores años fue el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, no sólo se quitó la presión del bloqueo económico que pesaba sobre su gobierno, sino la llegada del presidente Gustavo Petro a Colombia le dio más oxígeno, al grado que ahora encabeza un movimiento para, según él, recuperar el Esequibo, bajo la soberanía de Guyana.

Y como era de esperarse su gente salió a votar y respaldó sus propuesta con 95% a favor de que se reclame esa zona limítrofe, rica en minerales, oro y petróleo, y como están las cosas en Venezuela en la hipotética posibilidad de que pudieran recuperar esa zona pues sería un salmo para revertir la crisis económica del país sudamericano.

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O al menos podrías servir para seguir llenado las arcas de las clase gobernante, pero por si eso fuera poco, el año que entra el presidente Maduro tiene que poner en juego la herencia que le dejo su mentor Hugo Chávez y contender en unas presidenciales por el poder y la propuesta populista de arrebatarle el Esequibo a Guyana lo coloca como un verdadero patriota que cuida los intereses de su país.

Por todos lados gana Maduro, eso le puede dar un poco de aire ante su segura rival María Corina Machado, quien se ganó en una elección el derecho de contender por la Presidencia al chavista, por las dudas el mandatario ha cuestionado los resultados de la opositora acusando un presunto fraude. 

Y si de fraudes y marrullerías alguien sabe es Maduro, entonces el camino para Corina Machado se torna complicado, pero el no dejarla competir también haría que el bloqueo económico se vuelva a reactivar contra su gobierno de parte de Estados Unidos y de la Unión Europea. No parece que esa sea una opción para el izquierdista.

El caso es que el Esequibo es un territorio tres veces más grande que Costa Rica, donde viven casi 300 mil personas. Se encuentra en pleno corazón del Escudo Guayanés, una región geográfica al noreste de América del Sur que, además de ser una de las formaciones más antiguas de la Tierra, está minada de recursos naturales y minerales. 

Según el geógrafo venezolano Reybert Carrillo, el territorio comparte características similares con su vecino Arco Minero del Orinoco, un área de explotación de más de 111 mil 800 kilómetros cuadrados que cuenta con grandes reservas de oro, cobre, diamante, hierro, bauxita y aluminio, entre otros minerales, dígame usted si no lo va querer pelear Maduro.

Cuando España fundó la Capitanía General de Venezuela el Esequibo formaba parte de la subentidad territorial y tras obtener su independencia en 1811 Venezuela se quedó con el control de su soberanía. 

Pero la situación comenzó a complicarse cuando Reino Unido firmó un pacto con Países Bajos para adquirir alrededor de 51 mil 700 kilómetros cuadrados al oriente de Venezuela. 

El tratado no definía la frontera occidental de lo que pasaría a ser la Guayana Británica y por eso Londres designó en 1840 al explorador Robert Schomburgkpara definirla. B Poco después se dio a conocer la “Línea Schomburgk”, un trazado que reclamaba cerca de 80 mil  kilómetros cuadrados adicionales.

Cuatro décadas después se publicó una nueva versión de la Línea Schomburgk que reclamaba aún más territorio. En el año 1895 Estados Unidos intervino bajo la Doctrina Monroe tras denunciar que la frontera había sido ampliada de “manera misteriosa” y recomendó que la disputa fuera resuelta en un arbitraje internacional.

“América para los americanos”: la Doctrina Monroe creada en rechazo al imperialismo europeo en el continente americano hizo que Estados Unidos se pusiera del lado de Venezuela. En 1899 se emite el Laudo Arbitral de París, un dictamen favorable a Reino Unido con el que el territorio queda oficialmente bajo dominio británico.

Pero cuatro décadas después se hizo público un memorándum del abogado estadounidense Severo Mallet-Prevost -parte de la defensa de Venezuela en el Laudo Arbitral de París-, en el que denunció que el laudo fue una componenda política y que los jueces no fueron imparciales. 

Tres meses antes de otorgarle la independencia a Guyana en 1966, Reino Unido pacta con Venezuela el Acuerdo de Ginebra que reconoce el reclamo de Venezuela y que busca encontrar soluciones satisfactorias para resolver la disputa.

Entre 1982 y 1999 ambos países intentaron resolver el diferendo a través del mecanismo de buenos oficios de la ONU, que nunca arrojó resultados concretos.

Durante el gobierno de Hugo Chávez el diferendo se archivó, en parte debido a las buenas relaciones entre el fallecido presidente venezolano y Georgetown.

La reivindicación de Venezuela se intensificó desde que el gigante energético estadounidense ExxonMobil descubrió en 2015 petróleo en aguas en disputa. Esa zona dispone de reservas de petróleo equiparables a las de Kuwait y encabeza la lista de reservas per cápita del mundo.

Por eso Nicolás Maduro encabeza una lucha sin cuartel por ese territorio, pero las cosas no son tan sencillas como él las hace ver o cree ver.

Por su puesto, Guyana no está dispuesta a perder esa parte de territorio y el gobierno del presidente Irfaan Ali, dijo que su país no tenía “nada que temer” por el referendo convocado por su vecina Venezuela para reforzar un centenario reclamo de soberanía sobre la región del Esequibo.

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“Quiero asegurar a los guyaneses que no hay nada que temer en las próximas horas, días, meses”, dijo el mandatario en una transmisión en directo por Facebook desde la zona en disputa. “Nuestra vigilancia será máxima, pero estamos trabajando sin descanso para garantizar que nuestras fronteras permanezcan intactas y que la población y nuestro país sigan estando seguros”.

El gobierno venezolano debe de operar sobre pies de plomo, el menor error le puede dar un pretexto a los países poderosos para de una vez por todas terminar con el chavismo, aunque no hay que olvidar que Nicolás Maduro ya es un viejo lobo de mar entrenado en Cuba. O usted ¿qué cree?

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