Hamas e Israel están estancados en la sinrazón

Después  de casi 50 días de guerra en Medio Oriente parece que la cordura asomó su rostro en esa zona y, al menos, ha habido cuatro días de tregua, con la  entrega de rehenes israelíes a cambio de la liberación de presos palestinos, bajo la mediación de Qatar, Egipto y Estados Unidos, aunque los amagos y escaramuzas no han dejado de fluir. 

Israel empleo toda su fuerza bélica contra el Movimiento para la Resistencia Islámica Hamas después de que, el pasado 7 de octubre, realizó una incursión en la frontera en la Franja de Gaza donde asesinó a unos  mil 400 judíos –la mayoría de Kibutz, gente pacífica– y secuestró a otros 240, a cambio las tropas israelíes han provocado la muerte de unos 15 mil palestinos, según el grupo palestino. 

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La verdad es que no es más malo el que mata a 15 mil que el que asesina a mil 400 o secuestra a decenas, la vida de una sola persona es tan valiosa como la de cientos o miles, pero parece que eso poco le importa a los dos frentes, tanto uno como el otro están determinados a desaparecer a su rival, bajo las circunstancias que sea necesario, aunque en ello vaya la vida de sus propios ciudadanos. 

También, es cierto que antes de que estallara éste nuevo capítulo de un conflicto que los ha perseguido durante buena parte de su historia, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, estaba en medio de una ola de protestas en contra de su mandato, sobre todo, después de que buscó reformar a la Corte Suprema de Israel para cortarle su poder de influencia y decisión. 

Eso lo cubriría de los escándalos de corrupción que pesan sobre su persona en mandatos anteriores, de hecho, regresó al poder, pero apoyado por los grupos más radicales de derecha para poder conformar su nuevo gobierno, que por consecuencia se volvió más radical y eso se pudo comprobar en la ofensiva contra Hamas. 

Hoy la meta no es disuadirlos, ni ganarles la guerra, más bien se trata de desaparecerlos de la Franja Gaza con la firme idea de que esa meta, inclusive la apoyan los palestinos que viven en Cisjordania –que gobierna el moderado presidente Mamohoud Abbas–, pero ese respaldo para eliminar a los grupos islamistas nunca ha sido público por parte de esa zona palestina. 

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Pero mientras el Ejército de Israel lanza su ofensiva con todo su poder a la Franja de Gaza al grado de tener ya bajo control puntos estratégicos de Hamas, al primer ministro no le quedó otra más que negociar con intermediarios una entrega de rehenes y, como ellos dicen, ejecutar una pausa operativa, no un alto el fuego, debido a que la presión social al interior de suelo israelí ya era muy alta. 

Familiares, amigos, activistas, entre otros muchos presionaban todos los días para que Netanyahu buscará otra vías, aparte de las bélicas, para rescatar a sus familiares en manos de Hamas, de no haber hecho caso corría el riesgo de que la gente retomara las protestas por todo lo que le disgusta del premier, quien no consideró que no todos en Israel quieren bombardeos y destrucción total, sino también buscan puntos medios para poder convivir con los vecinos palestinos. 

Por ciento, muchos palestinos representan la fuerza de la mano de obra en Israel, con trabajos de primera línea, por su puesto también les beneficia a los palestinos, pero es más que claro que no todos son extremistas y no todos apuestan porque Israel no exista. 

Por otro lado, Hamas dijo en una entrevista a The Washington Post, que su incursión fue planeada, informes israelíes dicen que durante dos años, con la principal finalidad de reimpulsar el movimiento palestino, que según ellos estaba en un punto olvidado, no sólo eso, no les parece mal la matanza que realizaron el 7 de octubre pasado, pues es parte de “una causa y medio”. 

Aunque, también parece que mucha gente en Occidente no se enteró de la postura de Hamas y, más bien, se han volcado a las calles para apoyar la causa de Hamas, no la de los palestinos, porque al igual que muchos israelíes buscan una vecindad en paz, pero los líderes de ambos bandos han hecho oídos sordos. 

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Israel argumenta que Hamas utiliza a muchos de sus ciudadanos como escudos humanos para evitar los ataques o responsabilizar de sus muertes a las tropas judías, una medida demasiado perversa y no irreal, pero que en este capítulo del conflicto le ha dejado grandes dividendos el movimiento islamista. 

No son pocos los países y, mejor dicho, cada vez son más los que apoyan la causa de Hamas, que cualquiera que sea su fin o su intención comenzó con una matanza indiscriminada, no hay razón para que alguien que busca reivindicación haga los que hicieron los islamistas, que la verdad sea dicha, llevan ventaja en la guerra mediática. 

A inicios de semana ambos bandos acordaron una nueva tregua de dos días, para poder liberar a más rehenes y presos, pero ojalá y esa tregua se extienda no por días sino por años en los que buscan protocolos para negociar una vecindad inevitable. O usted ¿qué cree?