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Estas son las iniciativas contra la falta de espacios públicos para las mujeres en menstruación en la Ciudad de México

De Punto Rojo a Menstruación Digna surgieron por la falta de agua y de productos en baños públicos

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En la Ciudad de México existen 375 baños públicos, pero encontrar uno para desechar las toallas sanitarias y que las mujeres se aseen resulta complicado, pues no todos cumplen con las medidas de higiene.

De una consulta a 100 mujeres de entre 20 y 44 años, 70 por ciento aseguró que visitó el baño de plazas, mercados, gasolineras, Metro y Metrobús, en algún momento en el que necesitaron cambiarse durante su menstruación, pero los sanitarios no contaban con agua potable, papel higiénico y tampoco tenían la limpieza adecuada.

Paloma Vega, de 25 años, tuvo que suspender sus actividades por no encontrar a tiempo un baño público.

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“Me dirigía a un compromiso, en el camino me comenzó a bajar y necesitaba un baño con urgencia. Encontré uno como 15 minutos después en una gasolinera. Entré, pagué cinco pesos, no había papel y además no estaban limpios. Afortunadamente traía toallas pero para ese momento ya me había manchado así que no pude llegar a mi destino”, contó.

En un recorrido realizado por la zona centro de la Ciudad de México, se constató que los sanitarios públicos no están limpios o no tienen agua, no sirve la palanca para jalar la carga y pocos ofrecen papel.

Las mujeres manifestaron que aunque en algunos establecimientos y baños del Metro y Metrobús pagaron un costo de entre cinco y 10 pesos, muchas veces no contaban con agua potable.

Thalia Trejo, estudiante de la facultad de Ciencias Políticas y Sociales en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), resaltó que la mayoría de los baños de la universidad carecen de mantenimiento, agua potable y papel higiénico.

“Una ocasión en la universidad se adelantó mi menstruación ya que tiendo a ser irregular, por lo mismo yo no iba preparada y no traía ni una toalla, fui de urgencia al baño de la escuela y no había papel y estaba sucio.

Tuve que salir a comprar a las tiendas donde justo ese día no tenían, recurrí a mis amigas para que me prestaran una toalla y papel, pero cuando al fin logré conseguir y regresé al baño a cambiarme, obviamente mi ropa interior y mi pantalón ya estaban sucios y terminé con una sudadera amarrada a la cintura el resto del día”, relató.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unicef señalan que una gestión e higiene menstrual adecuada es aquella que permite a las mujeres y niñas utilizar material para la higiene menstrual limpio, que absorba o recoja la sangre y pueda ser cambiado en privado, utilizando agua y jabón para higienizar el cuerpo, y teniendo acceso a instalaciones para disponer del material ya utilizado.

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La Agencia de Protección Sanitaria (AGEPSA), de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México, es la encargada de prevenir los riesgos sanitarios, incluidos los baños públicos.

Su director, Ángel Dominguez, dijo que ellos orientan y verifican que estos sitios cumplan con las reglas sanitarias, pero reconoció en entrevista con El Sol de México que quienes los usen son quienes deben evitar aquellos baños que no cumplan las condiciones.

La población de que tienen capacidad de elegir, no siempre ya lo dijo hay emergencias, pero tienen capacidad de elegir entonces deben tener criterios para elegir el servicio en general que adquiere y eso es a través justamente de la difusión, o sea, si yo veo un sanitario oscuro hasta por razones de seguridad no me meto ahí.

Si está expuesto a la vía pública no tiene cerradura es de lógica de uso de un servicio, pues no me expongo, prefiero cambiar un poco más, porque además ya sé dónde más voy a encontrar un sanitario”, apuntó.

Aunque la Ciudad de México cuenta con esta agencia para garantizar que los baños tengan buenas condiciones higiénicas, existen diversas organizaciones civiles que han diseñado proyectos para que existan espacios públicos higiénicos para gestionar la menstruación

Punto Rojo, del Huerto Roma Verde, es uno de esos proyectos. Ubicado en la colonia Roma, es el único espacio gratuito que existe en la Ciudad de México donde las mujeres pueden gestionar su menstruación de manera adecuada e higiénica.

El espacio fue diseñado especialmente para que las mujeres cambien su copa o producto de higiene menstrual y cuenten con un lugar cómodo e higiénico. Fue impulsado por Wey Cup Despierta, una de las primeras empresas en promover el uso de la copa menstrual en México, liderada por mujeres.

Laia Cerqueda, cofundadora de este Punto Rojo, explicó que el proyecto surgió ante la falta de espacios limpios para que las mujeres se cambien durante su periodo.

“Nos dimos cuenta que no hay espacios donde cambiarte, que no tienen ni acceso al agua para cambiarte la copa. Lo que las mujeres necesitamos es un espacio contenido con agua potable, que puedas lavarte las manos y que puedas acceder a papel de baño”, resaltó.

Laia, quien se define como educadora menstrual, destacó que esta iniciativa comenzó desde hace 10 años en festivales y conciertos musicales donde habilitaban baños itinerantes para que las mujeres pudieran cambiarse su copa o toalla y tuvieran las condiciones higiénicas necesarias.

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“Imagínate en un festival, llegas a los baños esos azules que son un desastre y sin higiene, entonces comenzamos instalando estos puntos rojos en estos eventos, y esa idea, ese concepto fue evolucionando.

Hoy estamos hablando ya de espacios de dignidad menstrual donde puedes ir a cambiarte, ya sea tu copa, tu toalla, tampón, tus calzones menstruales y tienes un espacio contenido, con acceso a agua potable y a jabón para lavarte las manos”, subrayó.

Este pequeño espacio rodeado de plantas y naturaleza, dispone de un retrete, agua potable y un lavabo donde las mujeres no solamente pueden lavarse las manos, limpiar su copa y toallas de tela. Cerqueda también ofrece a las mujeres resignificar la menstruación.

Toda el agüita con sangre de cambiarte la copa o enjuagar tu calzoncito o toalla reutilizable se va al jardín de plantas medicinales para la salud integral femenina. Es una sangre que trae proteínas, hormonas, células madre, trae agua, muchísimo hierro, entonces es una sangre que dosificada que con agua trae muchísimos nutrientes”, manifestó.

Este Punto Rojo que fue inaugurado en 2021, es un proyecto que principalmente promueve el uso de productos ecológicos como la copa menstrual y toallas de tela, sin embargo, es un espacio abierto para que todas las mujeres gestionen de manera digna su menstruación.

“Estamos comenzando a hacer estudios para demostrar cómo el factor de crecimiento de las plantas, cambia la calidad de las semillas, la resistencia a las plagas, además de demostrar que la sangre no es un rechazo, no es algo que sea sucio, sino que más bien florece a través de los jardines, las plantas la agradecen”, subrayó.

La bióloga Nallely Cortés Basurto explicó que hasta el momento no hay muchas investigaciones respecto al tema del uso de la sangre menstrual en las plantas, sin embargo, puede ser una buena práctica si se aplica con información y conocimiento.

“Todas las plantas necesitan un requisito nutricional, existen tres macronutrientes esenciales que necesitan de forma externa, que son el nitrógeno, fósforo y potasio generalmente son estos macronutrientes te los venden en fertilizantes químicos y orgánicos.

“La menstruación tiene proteínas, células madre, tiene lípidos, hormonas, y obviamente que dentro de las hormonas vamos a encontrar el nitrógeno, fósforo y potasio”, detalló.

Respecto al tabú de su uso en el campo, la bióloga recordó la práctica de las excretas de animales como fertilizantes que muchas veces no son desparasitados, ni tiene control médico de las condiciones de los animales.

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“Eso sí lo ocupan los campesinos y no les parece asqueroso, entonces considero y respeto la parte mística religiosa de ofrendar con la sangre y la tierra que muchas mujeres trabajan últimamente, pero valoro más el tema de romper tabús y dejar de tenerle asco a algo tan natural, así como dejar de contaminar con el uso de productos menstruales desechables”, señaló.

Punto Rojo de Roma Huerto Verde busca que estos espacios se repliquen en universidades, parques públicos y en espacios de la Ciudad de México para garantizar una menstruación digna a las mujeres.

Otra iniciativa, que busca brindar a las mujeres una menstruación digna y acceso a productos de higiene menstrual, son los contenedores con toallas sanitarias gratuitas en diversos espacios públicos de la Ciudad de México que ha implementado la organización civil Menstruación Digna.

“Nosotros hemos promovido la habilitación de algunos puntos rojos en baños públicos que son contenedores para que las mujeres tengan acceso a productos de higiene menstrual gratuitos”, explicó Anahí Rodríguez, cofundadora de Menstruación Digna.

El objetivo de estos almacenes es ofrecer toallas gratuitas en baños públicos de escuelas, oficinas y cualquier espacio para que una mujer pueda gestionar su menstruación.

La finalidad de esta iniciativa es convertirla en una política pública para que el gobierno garantice el acceso gratuito a los productos de higiene menstrual.

“Como ejemplo te pongo la Universidad de Vigo en España, la sociedad civil empezó con la habilitación de estos dispensarios y fue tanta la demanda que luego la misma universidad etiquetó un presupuesto para que pusieran más dispensarios y todo el tiempo estuvieran cargados de producto”, destacó.

Aunque la vocera de Menstruación Digna manifestó que estos almacenes no son suficientes para una ciudad tan grande, funcionan para visibilizar el tema, generar conciencia y erradicar el estigma y tabú.

“Yo tengo mucho el concepto de actuar desde el metro cuadrado, y esto lo pueden hacer en instituciones en empresas, escuelas y baños públicos. Estas cajitas o almacenes no cuestan más de 200 pesos y la idea es tenerlas siempre con producto”, resaltó.

Luz Alicia Villaviencio, terapeuta e integrante de La Tribu Roja, una organización nómada que lleva sus carpas rojas a las escuelas, instituciones y eventos para promover el uso de la copa, consideró un avance importante que existan estos puntos rojos y espacios donde las mujeres hablen, compartan y vivan una menstruación de una manera libre y digna.

“Son espacios de equitatividad porque nos permiten tener libertad para cualquier día del mes tener la posibilidad y libertad de acceder a esos espacios, hay mujeres que ni siquiera van a la escuela porque no tienen métodos de gestión menstrual” manifestó.

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Un caso que suma a que las mujeres tengan una menstruación digna es la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde las propias alumnas habilitaron un dispensario de productos menstruales, en el que una vez al mes realizan una donación grande de toallas y tampones.

De esta manera las estudiantes dignifican su menstruación e impulsan una iniciativa que ayuda a combatir la pobreza menstrual en su escuela.

Pese al esfuerzo de los colectivos y organizaciones, aún falta mucho camino por recorrer en cuanto a políticas públicas que ayuden a las mujeres a tener una menstruación digna y con accesos a productos menstruales, consideraron las especialistas.

Gloria López | El Sol de México

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