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El Extranjero

“Quiero que confíen en mí, quiero que me crean”, dice el vocalista de Rammstein para safarse las acusaciones la violencia y pornografía

El cantante, de 60 años, aparece también en el vídeo de su canción “Till The End” en numerosas escenas pornográficas con mujeres jóvenes

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BERLÍN, Alemania. Con las primeras líneas de su canción Ich will, Rammstein dice sus fanáticos “Quiero que confíen en mí, quiero que me crean”, palabras que no salen tan fácilmente, como era antes, de los labios del vocalista Till Lindemann.

En su actual gira, el cantante de la banda alemana a veces estalla una risa distorsionada, otras ocasiones simplemente deja fuera partes de la melodía, ya de por sí muy ambivalente y siempre celebrada en los estadios, que obliga a reflexionar después de las últimas informaciones sobre Lindemann y Rammstein.

La banda dará tres conciertos con entradas agotadas en Berlín (15, 16 y 18 de julio), pero tras las duras acusaciones contra el cantante Lindemann, no sólo se esperan fans entusiastas.

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La excitación, las críticas y los escándalos forman parte de Rammstein tanto como los duros riffs de guitarra y los efectos especiales con fuego.

Pero el debate actual sobre sus relaciones con mujeres, en su mayoría muy jóvenes, y las salvajes fiestas después de los conciertos, alcanzó una nueva dimensión.

Varias mujeres, en algunos casos de forma anónima, denunciaron a Lindemann y describieron situaciones que calificaron de aterradoras.

Según revelaron, durante los conciertos se seleccionaba a jóvenes y se les preguntaba si querían ir a las fiestas posteriores. De acuerdo a las descripciones de algunas de ellas, en las fiestas también se mantenían relaciones sexuales.

Lindemann rechaza las acusaciones en su contra, mientras su abogado califica de falsas las alegaciones en redes sociales en las que se afirma que las mujeres fueron drogadas con la ayuda de ‘gotas noqueadoras’ o alcohol para que el artista tuviera relaciones sexuales con ellas.

Desde el inicio de la gira en Vilna en mayo, poco parece ser lo que era en el mundo de la banda. Al principio, en el entorno de los músicos se habló de “parálisis por conmoción”.

Y eso que el sexo, la violencia, las prácticas sadomasoquistas y la pornografía recorren la obra de Rammstein.

En el video de la canción “Pussy”, Lindemann, Paul Landers, Richard Kruspe (ambos guitarra), Christian “Flake” Lorenz (teclado), Oliver Riedel (bajo) y Christoph Schneider (batería) recrean una escena porno.

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Sin embargo, desde los recientes conciertos que dieron en Múnich, desaparecieron del show tanto la canción como un cañón de espuma con forma de falo en el que Lindemann se montaba y salpicaba al público.

El cantante, de 60 años, aparece también en el vídeo de su canción “Till The End” en numerosas escenas pornográficas con mujeres jóvenes. En algunas secuencias se utiliza un libro de poemas suyo. La editorial Kiepenheuer & Witsch ha puesto fin a su colaboración con el autor.

El debate actual también resulta demasiado para el sello de Rammstein, Universal Music Entertainment, que suspendió todas las acciones de marketing y promoción.

Sin embargo, la polémica dio un empujón a las ventas de álbumes de la banda alemana más famosa en el exterior. Tras hacerse públicas las acusaciones, seis de los ocho álbumes de estudio volvieron temporalmente al Top 100.

Las consecuencias más graves son las legales. Tras conocerse las acusaciones, la Fiscalía de Berlín inició una investigación contra Lindemann.

El baterista Schneider reveló el impacto del escándalo. “Las acusaciones de las últimas semanas nos sacudieron profundamente como banda y a mí como persona”, escribió en Instagram. “Till se ha distanciado de nosotros en los últimos años y ha creado su propia burbuja”.

En el escenario, no obstante, se ven muestras de solidaridad de la banda. Los músicos formaron un círculo en torno a Lindemann en el concierto en Múnich y en Madrid celebraron juntos el cumpleaños del guitarrista Kruspe.

Pero más allá de esto, algo está cambiando. La sede de la firma Rammstein en Berlín fue atacada y varias iniciativas piden que no se presenten en ningún escenario de la capital y recaudan dinero para litigios legales, al tiempo que se anunciaron protestas contra los conciertos.

Aunque el representante regional de Cultura de Berlín aseguró que no ve base legal para prohibir los espectáculos, la secretaria de Estado de Cultura federal, Claudia Roth, afirmó que “el machismo patriarcal y las agresiones sexuales no tienen cabida en la industria musical, ni en el arte y la cultura en general, ni en ningún otro lugar“.

Gerd Roth / DPA

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