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La Opinión

Llama la atención la visita a China de Antony Blinken

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Mundo fracturado

Durante el gobierno del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, la relación con China subió a su máxima tensión. Su sucesor, Joe Biden no elevó más el tono en el plano mediático contra el gigante asiático, más bien comenzó a buscar apoyos con sus aliados y ahora busca una “normalización” de relaciones.

Esa ola de amenazas y de golpes bajos por parte de ambos gobiernos puso en peligro la estabilidad mundial, incluso, hizo pensar en choques bélicos de las dos principales potencias mundiales, pero todo ha quedado en amagos, sanciones y golpes bajos de ambos lados.

Especialmente después de que Estados Unidos derribó un globo de vigilancia chino sobre su espacio aéreo en febrero, y en medio de una escalada de actividad militar en el Estrecho de Taiwán y el Mar de China Meridional. Combinado con disputas sobre derechos humanos, comercio y producción de opiáceos, la lista de áreas problemáticas es abrumadora.

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 El caso es que, en medio de la crisis bélica entre Rusia y Ucrania, Estados Unidos y China se comprometieron esta semana a estabilizar sus lazos gravemente deteriorados durante una visita crítica a Beijing del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, quien se reunió con el presidente chino Xi Jinping.

Xi se congratuló por los “avances” entre Beijing y Washington durante un encuentro con el secretario de Estado norteamericano, Blinken, que realizó una visita a la potencia asiática para tratar de limar tensiones. La visita por sí sola abre la posibilidad de diálogo, pero no darle seguimiento resultará inútil para ambos países.

“Espero que el secretario Blinken, a través de esta visita, aporte un resultado positivo a la estabilización de las relaciones entre China y Estados Unidos”, declaró Xi a su interlocutor, en palabras parece menos complejo de lo que en realidad es, ambos países tienen muchos intereses que no pueden hacerse a un lado así nos como así.

El esfuerzo en grande, por parte de Blinken y de su par chino, Qin Gang, es la primera visita de un funcionario de alto nivel estadounidense en cinco años a China, con el objetivo de encontrar puntos de acuerdo para seguir liderando este mundo desde sus propias perspectivas.

Blinken afirmó que Estados Unidos y China quieren “estabilizar” sus relaciones, aunque sigue siendo “lúcido” sobre los desacuerdos bilaterales de fondo.

“No nos hacemos ilusiones sobre los desafíos de gestionar esta relación. Hay muchos temas en los que estamos profundamente, incluso con vehemencia, en desacuerdo”, dejando entrever que las negociaciones no son nada fáciles.

Una señal que sí parece positiva, el ministro chino de Relaciones Exteriores, Qin Gang, aceptó una invitación de viajar a Estados Unidos, en una fecha todavía por determinar, ese viaje si puede rendir frutos, porque el hermetismo de los políticos chinos es muy grande y cuidadoso.

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Por su puesto, el secretario de Estado estadounidense dijo haber planteado varios asuntos de fricción, y manifestó la inquietud de Washington acerca de Taiwán, así como sobre la región de Xinjiang, donde se concentra la minoría uigur, el Tíbet o Hong Kong.

Los dos países tienen también posiciones opuestas en el conflicto de Ucrania, donde Washington ha venido apoyando militar y financieramente a Kiev, mientras que China ha evitado condenar la invasión rusa y quiere presentarse como un mediador.

Blinken dijo en ese sentido que Beijing ha reiterado su promesa de no enviar armas a Moscú. “China nos ha asegurado a nosotros y a otros países que no está entregando y no entregará ayuda letal a Rusia para utilizarla en Ucrania”, pero no hay que olvidar que desde que se vetó el gas y petróleo ruso su principal comprador es y sigue siendo el gigante asiático.

En el plano tecnológico, hay que recordar y traer a esta colisión los duros golpes de Estados Unidos a Huawei y a la red social TikTok, bajo el argumento que proporcionan información confidencial de los usuarios al gobierno chino, por eso han saboteado su compra y consumo.

Prácticamente, todos los socios de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se han alineado con Washington en dejar de usar la red social TikTok y la Unión Europea en su conjunto ha sugerido que todos los países deberían de hacer lo mismo.

Fue hasta 2021, que después de casi tres años de arresto domiciliario en Canadá, la directora financiera de Huawei -e hija del fundador del gigante tecnológico chino- fue liberada y viajó a China tras años de tensiones diplomáticas sobre su caso.

Meng Wanzhou fue detenida bajo acusaciones de fraude en diciembre de 2018 a petición de Estados Unidos, cuando llegó a Canadá.

Washington alegaba que Meng engañó al banco HSBC sobre la verdadera naturaleza de la relación de Huawei con una empresa llamada Skycom, poniendo al banco en riesgo de violar las sanciones de Estados Unidos contra Irán.

De lado chino, el gobierno ha comenzado a tener mayor presencia en América en el continente de Estados Unidos, su más reciente fichaje fue Honduras, que acaba de abrir su embajada en el gigante asiático, pero esa influencia ya está en Brasil, Argentina, por citar algunos países. Lo cierto es que ambas potencias deben elegir entre el diálogo y la confrontación, la cooperación o el conflicto; es verdad que la decisión pasa por sus intereses, pero también podrían encontrar un punto medio, que parece ser lo que más le conviene al mundo. O usted ¿Qué cree?

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