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La renta de terrenos en San Luis Potosí deja más que plantar flor Cempasúchil

“Ya no es negocio”, dicen unos productores, otros prefieren producir espinaca, porque se obtienen mejores ganancias

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Foto: Juanita Olivo

SAN LUIS POTOSÍ, San Luis Potosí. Los campos de cempasúchil en el municipio de Soledad de Graciano Sánchez Lucen tristes, pues este año quienes cultivan esta conocida “flor de muerto” decidieron reducir la cantidad de cosecha y frente a la crisis económica ocasionada por la pandemia de la Covid-19, tuvieron que rentar y vender sus terrenos de siembra.

Así lo mencionó el señor Gerardo García, quien desde hace cinco años se dedica a la venta de esta flor tradicional e identitaria de la festividad de Día de Muertos, y quien dijo que “ya no es redituable su venta pues desde la llegada de la pandemia, ya que se redujo la cantidad de festividades en torno a esta fecha, las cual ha perjudicado considerablemente nuestra entrada económica”.

“Las escuelas ya no hacen sus festivales y en los cementerios la afluencia ha ido decreciendo. Entonces no hay a quien venderles las flores”, dijo.

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Este año, mencionó Gerardo, un poco más de 35 por ciento de la siembra de esta flor se redujo, ocasionando pérdidas considerables. “A pesar de que el costo por ramo lo vendemos por debajo de su precio, la gente ha dejado de venir a comprarnos, incluso la central de abastos ha reducido la compra de estas flores”.

Asimismo, recalcó que para el 20 de octubre ya se tenía vendida toda la cosecha en años anteriores, situación que hoy día ha dejado de suceder. “Ahora ya no viene la gente más que para tomarse fotos y como ya no son muchos campos de cultivo destinados para la cosecha del cempasúchil, son pocos los que llegan a venir”.

Don Gerardo indicó que la siembra de la semilla de esta flor requiere una inversión económica considerable, que en ocasiones -después de este año y medio de pandemia-, es difícil sacarle una ganancia.

“Se invierten mil pesos por cada puño de semillas que tardan más de tres meses en darse la cosecha, la inversión de riego, aunado al cuidado de estas flores no nos deja nada de ganancia. Este año las coseché para que se viera vistoso el camino, ya ni siquiera pienso en que se puedan vender, ya no conviene como antes”.

Debido a las bajas ventas de cempasúchil en este municipio, fraccionarias encontraron una oportunidad de inversión en los terrenos de cosecha del municipio de Soledad de Graciano Sánchez.

Ahora, dónde antes existieron campos de color azafrán, ya se observan los cimientos de casas que ocuparán estos espacios, inversión -según lo mencionado por diversos agricultores- fue mucho más redituable que continuar sembrando y comercializando la flor de muerto”.

“Muchos vendieron parte de sus tierras porque este año de pandemia fue difícil y lo perdieron todo. Otros los rentan para que otros cosechen otro tipo de productos”, señaló.

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Gerardo prefirió, como muchos productores de este municipios, comenzar a cosechar espinaca en esta temporada, pues a diferencia del cempasúchil, es mucho más económico y su venta es más alta.

La espinaca nos ha salvado de perder lo invertido en la cosecha de cempasúchil. No requiere tantos cuidados ni mucha inversión, se da todo el año y se vende muy bien en la Capital y otros Estados”, comentó.

El precio máximo por pieza de espinaca a la venta regular en supermercados y la Central de Abastos es de 20.27 pesos, y su venta directamente con cada productor, refirió Gerardo son de siete pesos menos.

“Tenemos más ganancias con la cosecha de espinaca. El cempasúchil es muy mal pagado y quienes nos compran le ganan hasta el triple del precio al que los vendemos’.

La espinaca que se cosecha aquí es muy bien vendida, siempre hay clientes y es un producto muy solicitado, su comercialización es estable y cada manojo tiene un costo de inversión de cinco pesos”.

En Soledad de Graciano Sánchez la tierra es fructífera, y a pesar de que estos últimos años de pandemia ha repercutido negativamente en la economía de los agricultores locales, han encontrado otras maneras de salir adelante, aunque el cempasúchil ya no florezca como antes.

Alejandra Ruiz | El Sol de San Luis

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