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Sonora

Kevin Cerda: el gimnasta sonorense que se entrena en casa para ir a las Olimpiadas

De triunfar en copas del mundo y estar por calificar para las Olimpiadas en Tokio, el atleta de alto rendimiento ahora entrena confinado por la pandemia, pero su objetivo no ha cambiado: buscar la calificación olímpica

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Kevin Cerda, gimnasta olímpico
Al gimnasta Kevin Cerda la pandemia no lo detiene para seguir entrenando. Crédito: Cortesía

HERMOSILLO, Sonora. El caballo se impone ante lo que debería ser el orden del pequeño departamento. Los sillones y el comedor se amontonan donde no estorben, porque aquí sólo el equipo tiene cabida y no se admite más que un par de colchones, una bola de magnesia y un gimnasta.

De triunfar en copas del mundo, panamericanos, centroamericanos, universiadas, nacionales y estar por calificar para las olimpiadas en Tokio, Kevin Cerda ahora vive el encierro. Con lo poco que tiene a la mano y que consiguió prestado para poder entrenar, trabaja para no perder la forma ni la cordura.

Durante el confinamiento por la pandemia de Covid-19, el gimnasta sonorense permanece en casa.

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“Yo me encontraba en Ciudad de México, ni siquiera estaba en Hermosillo porque me estaba preparando para un campeonato continental, que es una competencia que va a repartir dos plazas para juegos olímpicos”, dijo el gimnasta de 25 años y estudiante de arquitectura, “yo estaba totalmente concentrado y enfocado en buscar una de esas plazas. Incluso me salí un semestre de la escuela para irme a entrenar, para dedicarme cien por ciento al deporte”.

Kevin Cerda vivía y entrenaba en el Centro Nacional de Desarrollo de Talentos Deportivos y Alto Rendimiento (CNAR), donde todo estaba en aparente control hasta que ocurrió el primer contagio de coronavirus: todos tuvieron que irse a sus casas. Pero él no quiso dejar de entrenar y, en lugar de regresar a Hermosillo, se fue a Querétaro. Realmente esperaba que la contingencia no fuera grave y que el continental no se cancelara. No podía perder esa oportunidad.

“Yo no estaba de acuerdo en regresar a Hermosillo porque, imagínate, yo llevaba ya tiempo entrenando para la competencia y no quería dejar de entrenar, pero me convencieron”, narró el deportista, “y le dije a mi papá: no estoy de acuerdo con lo que estás diciendo, pero, siento que si no te hago caso, va a pasar algo malo. Cuando me vine a Hermosillo, fue cuando se cancelaron los vuelos y nadie podía salir de ningún lado, fue el momento crítico. Si me hubiera quedado una semana más, creo que ahorita estuviera en Querétaro”.

Kevin acondicionó su casa para poder seguir entrenando y perder condición. Crédito: Cortesía

Por suerte, la gimnasia es un deporte que, en buena medida, se practica con el propio peso del cuerpo y eso fue lo que él hizo en un principio para mantener el acondicionamiento físico. Pero lo difícil es mantenerse como gimnasta de alto rendimiento cuando no se tiene equipo, particularmente, porque es de dimensiones grandes y muy costoso como para tenerlo en casa.

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“Tengo la fortuna de que la Codeson (Comisión del Deporte del Estado de Sonora) me prestó un aparato: un caballo con arzones”, dijo Kevin, “el director nos dijo a mi entrenador y a mí que fuéramos al gimnasio con guantes y cubrebocas para checar qué podíamos usar. Y sí, le pedí ayuda a un amigo que tiene un pick-up, subimos el caballo, unos colchones y me lo traje a la casa”.

Hace un año, el gimnasta sufrió una lesión importante en el hombro que lo llevó a una cirugía. Durante su recuperación, iba al gimnasio a ver a sus compañeros. Desde la banca, cerraba los ojos e imaginaba los movimientos. La sensación de la barra fija, tener los pies en el aire.

Esa experiencia, aseguró, lo mantiene con tranquilidad ahora que sus entrenamientos son más ligeros. No hay lugar para albergar a la desesperación.

“Bien se sabe que el músculo tiene memoria”, dijo el gimnasta, “más cuando llevas toda tu vida entrenando. Tú regresas y el músculo se adapta, pero lo que más tarda en adaptarse es tu mente. Eso es el noventa por ciento. Entonces, estoy tratando de mantenerme enfocado”.

A diario, Kevin Cerda se levanta temprano y empieza su rutina. Sabe que no puede detenerse porque, cuando se enfría, las viejas lesiones brotan y todo duele. Un café lo despierta. Dedicarle tiempo a la limpieza de la casa, lo despeja.

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“Dicen que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes. Probablemente, regresemos muchísimo mejor, con más ganas de entrenar. Ya salimos de la rutina -yo creo que todos en el mundo- así que volver a la rutina puede ser algo agradable. Quiero regresar en cuanto se pueda, en cuanto haya oportunidad y entrenar con todo. Vamos a replantear, a ver el tiempo que tenemos, todavía tenemos mucho de qué hablar. Pero el objetivo va a ser el mismo: buscar la clasificación olímpica”, dijo el gimnasta.

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