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El camino de las playas Manzanillo a Caleta de construyó por “cooperacha”

Los ciudadanos del viejo Acapulco cooperaron para convertir un sendero de muy difícil acceso entre rocas y arbustos, en un camino turístico

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ACAPULCO, Guerrero. Las playas de Caleta y Caletilla son las más populares del puerto de Acapulco, pero pocos saben que el camino que se abrió y que pudo comunicarlas con la de Manzanillo se construyó gracias a una cooperacha que hicieron los viejos acapulqueños.

Ubicadas en la zona del Acapulco tradicional, estas playas que, en una época del viejo Acapulco, llegaron a convertirse en el centro de la diversión y descanso para grandes personalidades del espectáculo del séptimo arte, los deportes y la política durante las décadas de 1950 y 1960.

Sin embargo, durante 1900, la única forma de transportarse de la entonces singular población de pescadores de Acapulco a las playas de Caleta y Caletilla era a través de un sendero de muy difícil tránsito, pues rocas y arbustos impedían que se utilizara y realmente eran pocos los que se atrevían a caminarlo.

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La forma más segura fue a través de la vía marítima, zarpando del puerto y dándole la vuelta a la península de Las Playas hasta llegar a esta franja de arena. Por cierto, según los cronistas de la ciudad, antiguamente, a las dos playas se les conocía solamente como Caleta, diminutivo de Cala que significa lugar de fácil desembarque.

A medida que el pueblo de pescadores incrementaba su número de habitantes, otra playa, también empezó a ser concurrida, pero para poder llegar se tenía utilizar un camino accidentado y encarpado, por lo que era sumamente peligroso.

Sí, se trata de Manzanillo, lugar que pudo abrirse por los trabajos que iniciaron en la década de 1920, los cuales estuvieron a cargo del General Federico Berlanga, jefe de operaciones en las regiones de la Costa Grande y Chica.

Fue quien mandó construir un camino para comunicar directamente a la ciudad de Acapulco con la playa Manzanillo. Este camino ascendía y rodeaba el cerro La Pinzona, para luego descender hasta la altura de la playa, lugar que, por cierto, fue fuente de inspiración y nació el hermoso bolero “Vereda Tropical”.

Una vez que se tuvo este camino, tocó a otro militar concluirlos, se trata de otro general de nombre Alberto F. Berber quien termina la obra, pero todavía no existía comunicación terrestre de Manzanillo hacia las playas de Caleta.

Según documentos históricos, en el año de 1928, siendo presidente de la República Plutarco Elías Calles, se informó que haría una visita oficial al puerto de Acapulco, por lo que la Cámara de Comercio de la ciudad, autoridades militares y civiles, así como la población en general acordaron recaudar una colecta que serviría para preparar una ceremonia de bienvenida.

Las aportaciones fueron importantes y las autoridades se comunicaron con el personal de la presidencia para verificar la fecha exacta de la llegada del presidente Calles, pero el vocero les anunció que se cancelaba su visita y fue cuando por consenso se voto a favor de continuar el camino de la playa Manzanillo a Caleta.

Por lo que se da la orden de utilizar estos recursos para cubrir los gastos de la obra, pero para ahorrar costos se instruye al general Rodolfo Sánchez Tapia reunir a un grupo de soldados y se exhorta a los acapulqueños a integrarse a estos trabajos de manera voluntaria.

No fue fácil, pues en el proceso se tuvo que demoler grandes rocas y hacer un trazo lineal a la orilla del mar, hasta que en 1949 este camino se concluyó y se pudo recorrer desde Playa Tlacopanocha a las playas de Caleta.

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Con el paso del tiempo se le nombró avenida de Caleta, se trataba de un camino rustico, pero años más tarde se convertiría en la Avenida Costera Miguel Alemán: En un principio esta obra se catalogó de una gran importancia para un destino que empezaba a florecer.

El primer hotel de lujo fue El Caleta, construido sobre un cerro y cerca de los acantilados, proyecto que estuvo a cargo del arquitecto Trujillo y fue construido por etapas por el ingeniero Jaime Farill Novelo.

Se concluyó finalmente su edificación en 1955. En su época de esplendor se le consideró como una obra que envuelve a la playa de Caleta, la playa más visitada por el turismo nacional e internacional, incluido el presidente de Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy.

En la actualidad, Caleta y Caletilla son las playas más famosas y visitadas en el puerto guerrerense, especialmente por vacacionistas procedentes de otras entidades del país, por su calmo oleaje y escasa profundidad, pero también por su extraordinaria belleza.

Celso Castro / El Sol de Acapulco

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