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Infamia: Ciro Murayama hace una crítica a la izquierda mexicana como novelista

Ciro Murayama relata que esta novela es un proyecto que había permanecido en el tintero desde hace 20 años.

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Infamia: Ciro Murayama hace una crítica a la izquierda mexicana

Tras nueve años de haber sido consejero del Instituto Nacional Electoral (INE), el economista Ciro Murayama debuta como escritor de ficción con la novela Infamia (Planeta, 2023). En ella, se narra la historia de un académico de ciencias sociales, quien ha encontrado en la morgue a su amigo, el Diablo, presunta víctima de asesinato.

El hecho desencadena una ola de recuerdos que llevan al académico a repasar su historia compartida como universitarios, así como los posibles caminos personales e ideológicos que condujeron a su guía hacia su trágico final. Un viaje que, según afirma el mismo Murayama, “es el microcosmos de una generación de la izquierda mexicana posterior a 1968”.

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“En esta obra he querido abordar una época de México que me parece muy importante y que ha sido muy poco visitada, sobre la que no hemos hecho una reflexión lo suficientemente amplia, ni desde las ciencias sociales ni desde la cultura en general. Hay mucho alrededor de 1968, escritos, cine, literatura, teatro.

Pero… ¿qué pasó después con las generaciones que nacieron, sí, en un México autoritario, pero que les tocó vivir la vida democrática, de la que incluso la izquierda se vio beneficiada hasta llegar al poder?”, explica Ciro Murayama, en entrevista con El Sol de México.

Una izquierda sin crítica

Así, cuenta el escritor, las vidas de los personajes de esta novela que introduce al lector hacia el interior de los sentimientos y reflexiones de una “generación que abrió los ojos”, luego de ser testigo y partícipe de eventos sociales que marcaron la historia reciente de nuestro país:

El movimiento estudiantil de 1986, la pandemia del sida, el terremoto de 1985, el levantamiento zapatista; pero también del mundo: el régimen Castrista en Cuba, las guerrillas en Sudamérica, la desaparición de la Unión Soviética, entre otros.

En esos testimonios, asegura, Murayama, que la trama refiere a las diferentes izquierdas universitarias, “con todas sus corrientes, de lo más variopintas, algunas estalinistas, otras más abiertas, reformistas y democráticas”. “Un mural disperso”, al que quiso cuestionar para proponer una reflexión sobre cómo es que esa izquierda hecha de varias izquierdas llegó al poder.

“Creo que ha sido una izquierda que llegó al poder con una serie de lastres intelectuales y políticos, que en los personajes generan tristeza y desencanto. Fue una izquierda incapaz de deslindarse de los atropellos autoritarios que ella misma cometió“.

“Ahora tenemos una izquierda con grandes atisbos autoritarios y por lo tanto poco comprometida con las libertades de las minorías, con la democracia que se va alejando de los ideales de la ilustración”, reflexiona el exfuncionario del INE, quien afirma que realiza esta crítica y reflexión para “proponer una alternativa éticamente solvente”.

“¿Por qué escribo de la izquierda? Porque me duele, porque yo creo que a México le hace falta una izquierda verdaderamente democrática. La verdad es que la derecha nunca me ha seducido ni política ni intelectualmente, ni me he sentido parte de ella; la izquierda es el mundo del que vengo y al que pertenezco”, agrega.

“Yo no concibo una juventud sin un cierto componente de rebeldía, de descubrimiento y autodescubrimiento, de exploración y desafío; pero también de fiesta y erotismo. Sin embargo, algo que al final marca a los personajes de esta novela es el desencanto por el plano político, su profunda decepción con lo que parte de sus compañeros terminaron haciendo”, afirma.

La literatura es libertad

Murayama relata que esta novela es un proyecto que había permanecido en el tintero desde hace 20 años, desde que tuvo la oportunidad de estar en contacto con el medio cultural e intelectual de país, gracias a que era editor de la revista Nexos.

Sin embargo, fue hasta que comenzó la pandemia que durante las noches y las madrugadas, una vez terminaba sus labores diarias como consejero, comenzó a escribir de lleno, “casi como una liberación del encierro”.

“La literatura es lo que nos permite el mayor ejercicio de libertad y de creatividad. En el mundo académico, hay que seguir ciertas pautas que son más rígidas aunque hay ensayos muy amenos de leer“.

“En mi experiencia, como consejero del INE, puedo decir que en ese trabajo hay dos palabras de orden que deben ser guía ‘responsabilidad’, pues tus acciones tienen grandes consecuencias, que pueden afectar el proceso de unas elecciones, y la otra “autocontención”, pues en discusiones no puedes decir lo primero que se te ocurra. En cambio la ficción, para mí ha sido todo lo contrario”, finaliza el autor, quien comenta que continuará escribiendo literatura.

Kevin Aragón | El Sol de México

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