:)

La Opinión

Comienza la guerra en el Congreso español  

El conservador Alberto Núñez Feijóo, que se somete a un debate de investidura en el Parlamento español, se dio el pasado domingo un baño de poder popular

Published

on

El conservador Alberto Núñez Feijóo, que se somete a un debate de investidura en el Parlamento español, se dio el pasado domingo un baño de poder popular luego de que miles de personas se volcaron a las calles de Madrid para respaldarlo y evitar que el izquierdista Pedro Sánchez del PSOE continúe en el poder.  

Pero hablando en plata política, Feijóo tiene casi opciones nulas de éxito, pero usará la Asamblea para criticar las cesiones de Sánchez a los independentistas catalanes para tratar de mantenerse en el poder. Lo que entre otras muchas cosas le abriría la puerta de regreso a España a Carles Puigdemont. 

Lee: ¿Ya tienes tu testamento? Esto es lo que piensan los mexicanos del documento

Si el candidato del Partido Popular (PP) fracasa en las votaciones, será el turno del actual jefe de gobierno, Pedro Sánchez para someterse a la confianza del Congreso. Y el precio a pagar para que esos siete votos se conviertan en un sí para el líder socialista es alto. La exigencia de Puigdemont más sensible es la puesta en marcha una ley de amnistía que borre los delitos cometidos por el independentismo en 2017.  

Desde que el rey le encargó presentarse al examen del Parlamento en tanto que ganador de las elecciones legislativas del 23 de julio, el líder del PP (derecha) ha intentado infructuosamente conseguir los cuatro votos que le faltan para ser investido como presidente del gobierno.  

Para ello, tendría que ganarse el respaldo de algún partido regional, algo incompatible con el apoyo que ya le garantizó la extrema derecha de Vox, que dirige Santiago Abascal, un extremista de derecha que le sigue guardando culto a Francisco Franco y que recibió asesoría de Steve Bannon, jefe de campaña de Donald Trump cuando ganó su primera Presidencia en Estados Unidos.  

Puede ser que las propuesta política de Vox sea muy seductora para la sociedad española, pero es altamente cuestionable en su descreimiento de la crisis climática. Sostiene que las políticas ambientales, enmarcadas en la Agenda 2030, se han impuesto sobre la realidad y “castigado” a productores agropecuarios, pymes y a los ciudadanos de grandes urbes.  

“Frente al fanatismo climático prescrito desde Bruselas secundado por el Gobierno de España, Vox propone acabar con las medidas restrictivas de las Zonas de Bajas Emisiones para garantizar la libertad de movimientos, suprimir los impuestos verdes y derogar las leyes climáticas para avanzar en la soberanía energética e industrial”. ¿No le recuerda al gobierno de Trump en Estados Unidos o al de Jair Bolsonaro en Brasil? 

Difícil de creer que Vox le entregue su apoyo a Feijóo a cambio de nada, sólo para echar del poder a Sánchez y que van a decir los ultraderechistas que los apoya, que por cierto cada vez son más. Se escucha la oferta muy sencilla y fácil para que no tenga un plan secundario.  

“Aunque me cueste la Presidencia del gobierno, voy a defender que España es un conjunto de ciudadanos libres e iguales” y no aceptará el “chantaje” de los partidos regionales catalanes, afirmó Feijóo ante unos 40 mil seguidores en una zona céntrica de Madrid. La pregunta es: ¿será suficiente esa manifestación de fuerza en las calles? Ya lo veremos esta semana. 

Durante su discurso dijo “pasaré o no por la presidencia del gobierno, ahora o pronto, pero en lo que a mí respecta lo que quedará para España será libertad, igualdad y dignidad”, subrayó el político de 62 años, ante el público que coreaba “presidente, presidente”. 

No todo está perdido, pese a ser probablemente derrotado, el debate de investidura le puede servir a Feijóo “para presentarse con un programa y con una alternativa y contrastando muy claramente con Sánchez” de cara al futuro, le dijo a la agencia AFP Astrid Barrio, profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de Valencia. 

El líder de la derecha ha dedicado las últimas semanas a atacar al presidente del gobierno saliente, por las concesiones que éste tendría que hacer a los independentistas catalanes para retener el poder. Critica principalmente la amnistía para todos los encausados por el intento secesionista de Cataluña en 2017 que exigen los partidos independentistas de esa región a cambio de sus votos. 

La amnistía “no cabe en la Constitución”, ha reiterado Feijóo, dice que es “un ataque a las leyes y a la división de poderes injusto y amoral”. Y si Sánchez la acepta, sería “un fraude agravado”, ya que el líder socialista la rechazaba hasta ahora, cuando le son indispensables los apoyos de los independentistas catalanes. 

El debate de investidura se abrirá hoy con un discurso del líder conservador, y las votaciones serán el miércoles, cuando el candidato necesita una mayoría de 176 de los 350 diputados, y el viernes, donde le bastarían más sí que no. Salvo sorpresa mayor, no tendrá los apoyos necesarios. 

Lee: La realidad virtual y aumentada son los desafíos que debe superar la seguridad informática: ESET

Sin investidura, empieza un plazo de dos meses al término de los cuales se convocarían nuevas legislativas, en enero según los plazos legales, a menos de que Sánchez logre formar gobierno antes. 

Sánchez cuenta con adjudicarse los necesarios apoyos de los partidos independentistas Izquierda Republicana de Cataluña (ERC) y Juntos por Cataluña (JxCat), como ya ocurrió en días pasados cuando una socialista fue elegida como presidenta del Congreso o se levantó la prohibición de expresarse en catalán, gallego o vasco en el hemiciclo, otra exigencia de los separatistas. 

Pero aprobar la amnistía, que abarcaría a personas huidas de la justicia española por los eventos de 2017, como Puigdemont, el expresidente catalán instalado en Bélgica, es una tarea de alto voltaje político para Sánchez. 

Aunque Sánchez, que indultó en 2021 a independentistas catalanes en prisión por la fallida secesión, aún no ha sentado posición públicamente sobre la amnistía, sí afirmó que será “coherente con la política de normalización y estabilización de la situación política en Cataluña” que ha seguido desde su llegada al poder en 2018. 

Hay que ver en las próximas horas, como se mueven los hilos de la política en España, lo único que está ciento por ciento claro es que el futuro de ese país europeo está en manos de dos grupos radicales los ultraderechistas de Vox, quien según entregan su apoyo a cambio de nada, y los secesionistas catalanes. La verdad no está fácil la cosa. O usted ¿Qué cree? 

Publicidad

Trends

Publicidad