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El Extranjero

Así afecta la débil coyuntura económica a las empresas alemanas

El FMI estima que la economía de Alemania se contraerá un 0.3% en 2023, y será la única que lo haga entre más de 20 países. Ello afecta a las empresas

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MÚNICH, Alemania. La economía de Alemania atraviesa tiempos difíciles, pues el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que se contraerá un 0.3 por ciento este año, y será la única que lo haga entre más de 20 países y regiones examinados, con sus consecuencias para las empresas.

Mientras la inflación se debilitó en julio, pero se mantiene en un nivel comparativamente alto, la subida de los tipos de interés encarece el crédito y el número de insolvencias empresariales ha aumentado.

Al mismo tiempo, la producción industrial cayó de forma significativa en junio, lo que en opinión de Jörg Krämer, economista jefe del Commerzbank, hace presagiar malas cifras de producción en los próximos meses.

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También el presidente del instituto de investigación económica Ifo, Clemens Fuest, dijo en julio que “la situación de la economía alemana se oscurece“, tras dar a conocer el índice de clima empresarial que elabora su entidad.

Los efectos concretos de la sombría situación económica se muestran en tres empresas de distintos tamaños y sectores:

Brücklmaier, la panificadora

Sebastian Brücklmaier nació en el seno de una familia de panaderos y confiteros que regenta el negocio desde 1883. A sus 31 años encarna la sexta generación al frente de la marca Brücklmaier.

La firma emplea a unas 70 personas en cinco sucursales en Múnich y tres en los alrededores. Su facturación ha aumentado debido a la inflación, pero las ventas han bajado ligeramente. En general, el sector de la panadería se ve poco afectado por las fases económicas, posiblemente por tratarse de un producto de primera necesidad, señala Sebastian Brücklmaier.

El panadero destaca como sus principales problemas los elevados costes de los locales, “especialmente en Múnich”, así como de las materias primas, sobre todo desde el inicio de la guerra de Ucrania. Debido al aumento de los precios, algunos clientes recurren a productos de tiendas de descuento, dice Brücklmaier, que lamenta la mentalidad alemana de ahorrar en la alimentación por encima de otros aspectos.

Pero su dificultad más grave es la escasez de mano de obra para cubrir la plantilla. “Antes, los empresarios podían elegir a sus empleados”, dice, mientras que ahora la situación se invirtió.

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BASF, el gigante químico

La empresa química BASF también sufre las consecuencias de la recesión económica y de los precios comparativamente altos de la energía en Alemania. En febrero, la firma, que cotiza en el principal índice bursátil alemán, el DAX, anunció recortes en su planta principal de Ludwigshafen. BASF suprimirá dos mil 600 empleos en todo el mundo, casi dos tercios de ellos en Alemania.

En su sede central, la empresa va a cerrar varias plantas químicas de alto consumo energético -para amoníaco, por ejemplo- debido a la subida del precio del gas. Con el programa de ahorro, los costes fijos deberían reducirse en unos mil millones de euros anuales (1.090 millones de dólares) a partir de finales de 2026. El grupo ya ha rebajado sus previsiones de ventas y beneficio operativo ajustado para este año.

El CEO de la firma, Martin Brudermüller, se ha quejado en repetidas ocasiones del elevado coste de la energía y del exceso de regulación en Europa. De hecho, BASF invierte ahora más en el importante mercado chino.

Hasta 10 mil millones de euros se invertirán en el nuevo centro de Zhanjiang, en la provincia de Guangdong, que se convertirá en el tercer centro de producción mundial de BASF, después de Ludwigshafen y Amberes.

Würth, la empresa comercial

El grupo comercial de herramientas profesionales Würth ha experimentado un fuerte crecimiento en los últimos años. En 2022, las ventas aumentaron alrededor de un 17 por ciento y la empresa rozó la barrera de los 20 mil millones de euros. El resultado de explotación también aumentó con fuerza. La empresa es conocida por sus materiales de montaje y fijación, por ejemplo, tornillos.

Pero tras los seis primeros meses del año, el rápido crecimiento ha perdido algo de fuelle. “Después de dos años de ventas y resultados operativos récord, la ralentización económica se está haciendo ahora evidente”, dijo el CEO de la firma, Robert Friedmann, a mediados de julio.

En el primer semestre, las ventas aumentaron solo un 5.9 por ciento en comparación con el mismo periodo del año anterior. El resultado de explotación bajó de 720 a 680 millones de euros. Entre otras cosas, la empresa aduce como causa la subida de los tipos de interés de los préstamos, que inhibe la demanda en el sector de la construcción. Pero también influyen el aumento de los costes y la incesante presión sobre los precios.

Sabina Crisan, Alexander Sturm y Robin Wille /DPA

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