El Triángulo Norte vive violencia y muerte  

Si usted se pregunta ¿por qué? La migración procedente del Triángulo Norte nunca para, pues las razones son muchas, pero una que siempre fomenta esa tendencia es, sin duda, la inestabilidad y corrupción de los gobiernos en turno, para ser más específico Guatemala, El Salvador y Honduras son países con democracias débiles.   

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, no es el primero en esa región que gobierna con mano dura, pero tarde o temprano esa forma de proceder termina en tragedia, por el constante abuso de las autoridades que actúan con manos libres llevándose a su paso todo lo malo y lo bueno. 

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Es innegable que Bukele tiene una lucha férrea contra las maras o pandillas, pero esa misma inercia ha provocado un sinnúmero de abusos a los derechos civiles de miles de personas que nada tiene que ver con la violencia y delincuencia que generan las pandillas.  

Sin deberla ni temerla muchos de ellos ya están fichados o presos lo que les limita su desempeño en el mundo laboral, por poner un ejemplo. 

También, no se puede negar que los índices de asesinatos en el país centroamericano cayeron a su nivel más bajo, eso es una muy buena noticia para los salvadoreños, pero a la vez está abriendo la puerta para que Bukele comience una era dictatorial por encima de la Constitución y de las reglas democráticas que se supone imperan en un país libre.  

Hoy pese a todo, Bukele buscará la reelección en el marco de la legalidad de lo que él entiende como democracia, eso ya lo hemos vivido en Cuba, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Rusia, China, Bielorrusia, Siria, Irán y en muchos otros países.  

El partido familiar Nuevas Ideas fue fundado por el propio Bukele y es presidido por Xavi Zablah Bukele, primo del mandatario, el mismo Presidente nombró a los integrantes de la Corte Suprema, el 1 de mayo, los legisladores destituyeron y reemplazaron a cinco jueces de alto rango y al fiscal general. Esto ocurrió el primer día que el mandatario contó con el control de la Asamblea. 

La abogada penalista independiente Tahnya Pastor reconoció que la reelección estaba prohibida, pero “ahora la Sala lo avaló. Lo que no quieren entender algunos, si la Constitución lo dice es cierto, pero hay una habilitación vía Sala y ese es un tema superado y ya no hay ninguna discusión al respecto”.  Esa es la democracia salvadoreña. 

El gobierno buscó a toda costa, borrar sus arbitrariedades con unos Juegos Centroamericanos, que para desfortuna de los atletas no tuvieron el reflector que les hubiera gustado y por consecuencia Bukele no puedo distraer o anular las críticas a sus medidas ampliamente antidemocráticas. 

En el caso de Guatemala, las cosas no pintan mejor después de una primera vuelta sorpresiva de las elecciones presidenciales, donde se impuso la exprimera dama Sandra Torres, quien se divorció en su primer intento por llegar al poder en 2011 para poder contender por la Presidencia, pero hasta la fecha no lo ha logrado. 

La sorpresa de esa primera vuelta, la dio el candidato presidencial por el partido Semilla, Bernardo Arévalo, hijo del presidente Juan José Arévalo, que encabezó la “primavera democrática” de Guatemala, tras la caída del régimen del general Jorge Ubico en 1944, quien le propone a los guatemaltecos “la posibilidad real de poner fin al sistema de gobiernos corruptos que captan las instituciones y que son la causa del deterioro económico, social, político que tiene Guatemala en los últimos 20 años”.  

Pero, la bocanada de esperanza por el avance de Semilla se interrumpió la noche del viernes 30 de junio, cuando nueve partidos políticos acudieron a la Corte de Constitucionalidad para denunciar vicios e inconsistencias en los resultados de las votaciones y pedir un amparo que dejara en pausa la adjudicación de cargos hasta que las discrepancias se resuelvan.  

Cómo va ser posible que Arévalo sea el que le va a pelear en segunda vuelta a Torres la Presidencia, simplemente es inconcebible para la clase política guatemalteca, ni siquiera estaba considerado con posibilidades, por eso hay que corregir el error aunque la gente haya votado por él y para ese juego se prestó de manera muy consciente la autoridad electoral.  

Resultado, el presidente Alejandro Giammattei sorprendió a los guatemaltecos al publicar un comunicado en el que afirmó que respetará el plazo de cuatro años para el que fue electo mientras aún no se oficializan los resultados de las elecciones generales del 25 de junio. 

Ante “campañas de desinformación y rumores absolutamente falsos y tendenciosos”, escribió el presidente, “respetuoso del plazo constitucional para el cual fui electo democráticamente, mi período constitucional finaliza el 14 de enero de 2024, plazo improrrogable que respetaré, tal como juré hacerlo al asumir el cargo”. ¿Usted le cree? 

Honduras se cuece aparte, es casi un narcoestado cimentado por Juan Orlando Hernández, acusado por tres cargos de narcotráfico en Nueva York, Estados Unidos, quien comenzará a ser juzgado a partir de febrero de 2024, el hermano del exmandatario, Antonio Hernández, ya fue condenado a cadena perpetua por los mismos cargos. 

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Esa herencia maldita la recibió la presidenta Xiomara Castro, esposa del expresidente y depuesto Manuel Zeleya, quien ha comenzado a tomar medidas similares a Bukele utilizando los estados de excepción y la fuerza policíaca para tratar de contener a las maras, que no sólo han aumentado la violencia en las calles, sino dentro de las prisiones, como sucedió en la reciente tragedia en un penal de mujeres, que dejó 46 muertas por un pleito entre pandillas rivales. 

No hay que olvidar que las principales caravanas migrantes se han organizado desde Honduras que buscan de manera infructuosa, casi siempre, llegar a Estados Unidos, sin duda por los altos niveles de pobreza, la ingobernabilidad y los abusos policiacos que fomentan la salida de los hondureños. 

El actual gobierno de Xiomara se enfrenta a 21 asesinatos por día, además de la presencia de las pandillas Mara Salvatrucha y Pandilla 18 que imponen el terror en las ciudades y mantienen el control de amplios territorios, el país centroamericano sufre la violencia del crimen organizado, principalmente el narcotráfico, cuyos grupos ven en la nación un importante centro de operaciones y tráfico. 

Ese es el panorama del Triángulo Norte, que padece una violencia extrema de la que tiene conocimiento Estados Unidos, Naciones Unidas y otros organismos, pero que no hacen nada más que dar discursos huecos que no ayudan a frenar nada en una parte del mundo donde las pandillas y el narcotráfico dictan el día a día. O usted ¿qué cree?