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Guanajuato

La falta de lluvias pega a cultivos de melones en Irapuato

“Con que no se pierda la fe, vamos a seguirle”, dijo un campesino de maíz

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IRAPUATO, Guanajuato. A pesar de la falta de lluvias y de que las condiciones climáticas van contra todo buen pronóstico, los agricultores no pueden parar sus labores en el campo, donde lo mismo hay afectaciones a los cultivos de melón que de maíz.

Tanto José como su familia se dedican al trabajo de las tierras, el cual han dividido en diferentes tipos de cultivo. Explicó que si bien los granos son lo que más se ve en la zona norte del municipio, también ha optado por otros cultivos como el de melones, de los cuales perdió alrededor de la mitad por el clima y la falta de agua.

“Hay poca agua y nadie que ayude; somos los únicos responsables de nuestra pérdida, ahorita el melón ya cumplió su ciclo de vida, pero se obtuvo sólo la mitad de lo que debió salir”, explicó en entrevista el campesino.

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José comentó que ya era momento de empezar a trabajar la siembra de maíz y limpiar lo que quedó del melón, el cual durante un recorrido se pudo ver que era aún gran cantidad lo que terminó por echarse a perder, debido a la falta de agua.

Aunque el pozo se encuentra a menos de 500 metros, José comentó que era poca agua la que da y la misma que tienen que hacer todo lo posible por optimizar, pues saben que una sobreexplotación de los recursos podría agravar las cosas, por lo que trabajan a veces el doble o triple por hacer rendir lo poco que tienen.

“Los años en que llovía mucho ya se acabaron, ahorita estamos a la espera de que caiga, aunque sea poquita agua, lo que alcancemos a regar, ya con eso, pero lo que queremos es que llueva”.

Expuso que el tema económico también es otro factor en contra, pues un bulto con 70 mil unidades de semilla de maíz cuesta alrededor de los cinco mil pesos y a eso se le tiene que aumentar alrededor de 20 mil pesos más sólo para la etapa inicial de los cultivos; al final, lo poco que cosechan es mal pagado, todo esto sin recibir el apoyo que antes tenían, sobre todo por parte del gobierno federal.

“Para los apoyos ponen muchos requisitos, los papás eran los ejidatarios y ya se van ellos y piensan que se acabó todo, pero la tierra ahí sigue y se sigue trabajando”.

La situación es difícil y José entiende que debe cuidar la naturaleza de la cual todos recibimos beneficios; sin embargo, ve con tristeza cómo se olvidan de la agricultura y no sólo eso, sino que también hay quienes buscan arrasar con árboles antiguos en la calle Lerdo, en Arandas, sólo por conseguir unos pesos de leña.

“He llegado hasta al pleito con la gente que viene a cortar árboles, no ven que vamos de mal en peor, me dicen que sí son míos y yo les digo que míos no son, pero de ellos tampoco, los árboles son para todos y deben respetarlos”.

El agricultor se ha dedicado a mantener limpia el área donde aquéllos árboles se encuentran, también a manera de prevenir incendios que puedan afectar al mismo arbolado, esto sólo como una pequeña medida de cuidado y amor a la tierra.

Fernanda Garduño | El Sol de Irapuato

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