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Mateo, Antonio y Jorge son una familia que ejerce sus derechos de matrimonio igualitario en la Ciduad de México

Gracias al movimiento LGBTTTIQ+, Mateo, Antonio y Jorge son una familia que ha ejercido sus derechos al matrimonio igualitario a la adopción

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Gracias al movimiento LGBTTTIQ+, Mateo, Antonio y Jorge son una familia que ha ejercido sus derechos al matrimonio igualitario a la adopción y a la paternidad, un logro en la Ciudad de México que se busca replicar en otras entidades.

Mateo es un niño feliz de 11 años, que extiende al máximo sus brazos para abrazar a Antonio Medina y Jorge Cerpa, de quienes dice estar agradecido por su amor y porque son sus padres.

Hace 19 años Antonio y Jorge se conocieron. En 2007 fue la primera pareja gay en el entonces Distrito Federal, y de Latinoamérica, que dio formalidad a su relación al firmar su registro de sociedad de convivencia en Iztapalapa. Para 2010, con un vínculo fuerte y estable, y ya con la Ley de Matrimonio Civil Igualitario, lograron casarse.

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Un año después, pensaban más en salir de viaje que en ampliar su familia; sin embargo, por un tema de violencia familiar, de hacinamiento y con tres hijos más, una mujer embarazada buscaba dar a su hijo en adopción. Antonio se enteró por su hermano y tras ello se entrevistó con la persona, quien quería que el bebé tuviera una mejor vida.

“Le dije: ‘¿usted tendría alguna reticencia o algo si la pareja que quisiera adoptar a su hijo fuera una pareja gay, una pareja de dos hombres?’ La señora, pues te das cuenta cuando alguien piensa, dijo ‘no’ automáticamente, respondió: ‘¡no, de ninguna manera! Yo lo único que quiero es que mi hijo esté en una familia que le pueda dar lo que yo no le puedo dar’”, recordó Antonio.

Así, Antonio dejó su trabajo de 15 años como periodista para encargarse desde febrero de 2011 sólo de los trámites ante el DIF y la Procuraduría capitalina para legalizar la adopción del bebé y evitar cualquier problema burocrático. El 22 de agosto nació Mateo.

Gracias a la lucha de activistas, de mujeres y hombres, desde los años 70, gracias a ellos y a ellas, es que hoy las parejas del mismo sexo podemos usufructuar, gozar, vivir una relación estable con nuestras parejas, con el ser que amamos y construir una familia.

“Somos una familia que deviene de una lucha social y una lucha política a través de instituciones públicas que el beneficio es para un ser humano, que es un niño en situación de adopción”, dijo Antonio.

La pareja reconoce que a lo largo de su relación y matrimonio han discutido, tenido altibajos, que piensan diferente en algunas cosas, pero siempre hay consensos que los ayudan a estar unidos, uno para el otro, y siempre por el bienestar de su hijo.

Jorge destacó que a nivel de derechos, el matrimonio les ayudó en materia de seguridad social, así como para, en algún momento, heredar el patrimonio que han construido.

A nivel personal realmente no cambió nada, no fortaleció, no debilitó sino al contrario“, dijo con una sonrisa, como la que luce feliz en sus fotos colgadas en su sala con Antonio y en otras con él y Mateo.

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El secretario Nacional de Diversidad Sexual en el PRD sostuvo que si bien el matrimonio igualitario en la Ciudad de México es un logro replicado por otras entidades, y él ha podido ejercer su derecho a formar una familia, México aún está atrasado en materia de derechos de la comunidad LGBTTTIQ+.

Explicó que en México sólo 14 entidades reconocen el derecho de adopción de parejas del mismo sexo. Además, resta por lograr el derecho a adquirir una propiedad de manera conjunta, el acceso a seguridad social, a la identidad de género y las infancias trans. Todo ello causa que las personas viajen a otros estados para ejercer éstos.

“¿Por qué tienes que moverte en tu propio país para acceder a derechos? Eso es lo que nosotros creemos que tenemos que seguir avanzando, pero hay temas que tienen que ver con la justicia, nivelar el asunto de la seguridad social en todo el país, el tema de la adopción entre parejas del mismo sexo en el rubro de matrimonio igualitario, que sólo ocho estados prohíben las terapias de conversión. No todo es matrimonio”, agregó Antonio.

Todo esto lo tiene muy claro Mateo, a quien sus padres no le ocultan nada, pues es consciente que hay niños que pueden ser discriminados o sufrir bullying por tener dos papás o dos mamás. Él pidió respetar a las personas y llamó a los niños a vivir con seguridad.

“Que no tengan (otros niños) pena de expresar nada, al fin son vidas que se tienen que respetar, son seres humanos y todos debemos tener los mismos derechos por igual, no por ser adoptados, no porque tengan dos papás, dos mamás, y siempre deben estar seguros de lo que son y de cómo están viviendo y no tratar de ocultar nada”, afirmó mientras sostiene con fuerza las manos de Antonio y Jorge, sus dos padres.

Jonathan Castro | El Sol de México

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