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Baja California

El Pardito es el refugio para pescadores de Baja California Sur

Crearon zonas protegidas que les permiten disminuir los efectos de la pesca furtiva

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LA PAZ, Baja California Sur. Es un lugar habitado por un pequeño grupo de familias de pescadores llamado El Pardito, una de las pocas islas habitadas en el Golfo de California, que es utilizado como refugio pesquero para bajar el impacto negativo por la pesca furtiva en un ecosistema único y extraordinario.

En El Pardito se han enumerado más de 300 especies de moluscos, peces, mamíferos y crustáceos en sus aguas.

La historia de este lugar se remonta a 1916, cuando un joven llamado Juan Cuevas Ramírez habitante de La Paz decide buscar una isla solitaria donde vivir al estilo de Robinson Crusoe. Después de haber navegando a remo y vela, explorando diferentes sitios en las costas e islas de cercanas a La Paz, Juan Cuevas elige, finalmente, este islote para habitar.

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Decidió nombrarlo El Pardito por el color de su tierra, hay quienes también lo conocen como Coyote. Vivió solo por un tiempo y fue uno de los últimos buceadores de perlas, ya que en ese entonces las conchas de madreperla ya comenzaban a escasear. Al poco tiempo de vivir en esta zona conoce a Paula Díaz y decide llevársela a este lugar solitario, así es como se empezó a poblar el lugar.

Esta pequeña isla o islote de aproximadamente una hectárea de extensión, está situado a unos 150 kilómetros al noreste de La Paz, entre las islas San Francisco y San José. Tiene una vista espectacular desde la cima, al norte se ve la isla San José; al sur, la de San Francisquito, y de frente, se extienden los acantilados de la costa.

Como resultado del aumento en la demanda de productos del mar, en este lugar surge la idea de crear refugios pesqueros, una iniciativa que consiste en que los pescadores aparten ciertos puntos donde normalmente realizan sus actividades como sitios de veda, especialmente aquellos donde se da la crianza y reproducción de algunas especies clave para el equilibrio marino.

Junto con las autoridades de las comisiones nacionales de Acuacultura y Pesca de México (Conapesca) y de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) y el apoyo de la Asociación Civil Niparajá, los pescadores acordaron no llevar a cabo acciones de extracción en estos refugios para que el ecosistema florezca y con ello, crear un impacto positivo a la vida marina, así como a su trabajo de pesca.

La idea, además, es que el excedente de animales de esos santuarios pase a poblar las zonas “vacías” de alrededor, brindándole a los pescadores la oportunidad de conseguir una pesca más abundante, pero asegurando que una parte del ecosistema que les da sustento esté protegido y boyante.

Con visor, aletas, cuchillo y gancho, pescadores de la zona logran pescar: callo de hacha, almeja reina (que es como la chocolata, pero con la concha más roja), madreperla y caracol burro, todo para el consumo de los pescadores que viven en esta isla o del turismo que llegue, también exportan grandes cantidades de pescado a La Paz.

Pobladores aseguran que, años atrás era más fácil pescar debido a que se encontraban todo tipo de especies, conforme pasan los años van encontrando menos peces, situación que les ha llevado a cuidar y valorar el mar y especies marinas debido a que, son el principal sustento de familias que habitan en El Pardito.

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Pescadores van y vienen en sus lanchas, aunque el camino es cansado, no se dan por vencidos y tratan todos los días de pescar grandes cantidades para transportar a la ciudad de La Paz

El tiburón es la especie que más les gusta capturar, la forma de hacerlo es colocando un flotador suelto en el mar con un anzuelo, cuando llegan los tiburones quedan atrapados.

Puedes visitar este sitio que pertenece a municipio de La Paz, aunque debes saber que, en el Pardito no hay hoteles ni restaurantes, si deseas conocer el lugar puedes acampar, conocer a pescadores que se encuentran habitando en el lugar y degustar de la pesca que estas mismas personas obtienen, aprovechas y comes fresco.

En 2021, el proyecto El Color de la Memoria del fotógrafo Leonardo Luna y el artista plástico Ulises Martínez, retrataron la historia de pescadores que habitan en este paraíso, donde pobladores señalan que se les ha llamado locos por vivir en una zona apartada, pero aseguran que viven felices y tranquilos, no tienen miedo a los malos tiempos ya que, en cualquier lugar les puede pasar algo. Hoy se dedican a cuidar del mar.

Adriana Márquez | El Sudcaliforniano

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