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Baja California

Habrá abundancia de pescado en 2022 por el varazón de calamares en la costa de Loreto

Se considera un evento aislado y se atribuye a la escasez de alimento para esa especie, pero otros pronostican abundancia de esta pesquería para el verano del 2022

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Foto: Pilar Higuera

LA PAZ, Baja California Sur. Una reciente varazón de calamar al norte del puerto de Loreto levantó amplias expectativas sobre el regreso de una de las pesquerías sociales más importantes del estado.

Sin embargo, se trató de un evento aislado, atribuible a la falta de alimento para esta especie que al requerir de grandes cantidades de comida y no encontrarlas en el sitio, siguió con su ruta migratoria.

La causa de este retiro sería la baja temperatura en esa zona costera atribuible al fenómeno de La Niña, toda vez que para que exista abundancia de esta y otras pesquerías, se requiere de aguas más cálidas.

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No obstante, por el tamaño de los calamares varados, de más de 50 centímetros, y con base en experiencia anteriores, este primer arribo sería el principio de una temporada abundante para el próximo año, una vez que los organismos están alcanzando su madurez y regresando al Golfo de California, a la zona donde tradicionalmente arriban durante el verano, y que abarca las costas de la heroica Mulegé y Santa Rosalía.

En mayo de 2020 se registró la presencia de esta especie en el Golfo de California, aunque con tallas muy pequeñas y de apenas 200 gramos por individuo.

Pese a que su desarrollo es muy rápido y pueden alcanzar su peso óptimo para la explotación en un periodo de 40 días, los cardúmenes siguieron su ruta migratoria, también por la falta de alimento suficiente, especialmente de sardinas.

La última temporada de calamar fue en 2014 con el precedente de hasta 180 mil toneladas por año en temporadas anteriores, trabajando desde junio hasta diciembre; frente a las costas de Santa Rosalía, más mil pangas iluminaban la noche, debido a que se trata de una actividad nocturna, y se utilizan lámparas para atraer al calamar.

Día y noche, siete plantas calamareras ubicadas en Mulegé y en Santa procesaban el producto para su exportación al mercado asiático de Corea y China, y en menor medida para el consumo nacional, una pesquería que detonó en el año 2006 a nivel industrial generando miles de fuentes de trabajo, aliviando la entonces crítica situación económica de Santa Rosalía, luego del cierre total de la minera El Boleo.

De 2006 a 2014, la captura de calamar estuvo en manos de pescadores ribereños que en promedio sacaban una tonelada por marea; durante ese periodo el precio y la producción permanecieron estables, hasta que en ese año el entonces titular de la Comisión Nacional de Acualcultura y Pesca (Conapesca), Ramón Corral, otorgó permisos de calamar a la flota de barcos de Sonora.

De tal modo que para esa temporada más de 100 barcos con bodegas de hasta 80 toneladas cada uno incursionaron en la actividad y aunque no afectaron la disponibilidad del recurso, saturaron el mercado y de 10 pesos el kilo se desplomó a menos de cinco.

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Estiman abundancia para el próximo verano; se procesaban hasta 180 mil toneladas por año en Mulegé y Santa Rosalía

Más de mil familias resultaron afectadas, debido a la falta de compradores, los pescadores ribereños que en temporadas anteriores sacaban una tonelada al día, tuvieron que limitar sus capturas a 300 kilos como máximo.

Pilar Higuera, líder cooperativista y permisionario del corredor pesquero Loreto-Santa Rosalía, informó que la baja temperatura del agua en esta zona no sólo ahuyentó a los calamares sino también ha disminuido las capturas de escamas de la que dependen más de mil familias.

Explicó que esta especie retorna de manera cíclica a aguas del Golfo de California en cantidades abundantes aproximadamente cada 10 años, de tal manera que para 2022 estaría de regreso; de un momento a otro el Golfo se va a llenar de calamar, indicó.

Detalló que aun cuando esta especie se ubica desde las costas de La Paz hasta bahía de Los Ángeles en el vecino estado de Baja California, los sitios de mayor congregación están frente a Mulegé y Santa Rosalía, donde se inicia su explotación entre mayo y junio y termina hasta diciembre, cuando los vientos del norte no permiten trabajar.

Señaló que tratándose de una pesquería relativamente nueva en el país, el consumo nacional va en aumento debido a es un producto muy barato; en el mercado asiático también hay condiciones favorables debido a que en la actualidad los chinos y los coreanos también aprovechan la cabeza que antes se desechaba.

En ese sentido, consideró que para la próxima temporada el precio del calamar pueda estabilizarse entre 15 y 20 pesos el kilogramo y que 46 por ciento de este animal es filete, 20 por ciento cabeza y 18 por ciento aleta.

Elías Medina | El Sudcaliforniano

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