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El Extranjero

Renuncia de Shinzo Abe es un duro golpe para Japón y Asia

El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, renunció a su cargo por motivos de salud, y tras la noticia, las bolsas del mundo reaccionaron

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El ahora ex primer ministro de Japón, Shinzo Abe, llegó al poder en el 2012, ha estado 2 mil 799 días al mando.

La bolsa de valores de Japón registró una caída tras darse a conocer la dimisión del primer ministro Shinzo Abe por motivos de salud, que, según los medios locales, habría provocado preocupación entre los inversores sobre un posible final de la política fiscal y monetaria impulsada por el mandatario.

El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio cayó brevemente más de 2 por ciento y cerró su sesión del viernes con un retroceso de 1.41 por ciento comparando con el día anterior, hasta situarse en los 22.882,65 puntos. Por su parte, el índice Topix cayó un 0.68 por ciento hasta ponerse en 1.604,87 puntos. Mientras tanto, el yen se fortaleció en un 0.3 por ciento tras la noticia de la renuncia.

Abe tiene reputación de conservador y nacionalista y se le conoce por impulsar la economía del país a través de un plan tildado de agresivo y conocido como Abenomics.

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Durante sus años a la cabeza del gobierno, fortaleció la defensa de Japón e incrementó el gasto militar.

El artículo 9, si se toma literalmente, prohíbe el mantenimiento de un Eejército, pero por los cabildeos de Abe se amplió y reinterpretó para permitir que haya unas fuerzas armadas encargadas de la autodefensa.

A principios de esta semana, Abe se convirtió en el primer ministro con más tiempo de servicio continuo en la historia de Japón. El líder nipón, quien llegó al poder en el 2012, ha estado 2 mil 799 días al mando, rompiendo el récord de 2 mil 798 días establecido previamente por Eisaku Sato.

Se disculpó ante el pueblo japonés por no poder terminar su mandato, que debía concluir en septiembre de 2021. En 1977 Abe se graduó en ciencias políticas en la Universidad de Seiki y se trasladó a Estados Unidos para seguir estudiando en la Universidad del Sur de California. Al volver a Japón en 1979 empezó a trabajar en la empresa siderúrgica Kobe Steel.

El primer ministro fue la estrella de la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro cuando desfiló ante una multitud en el Estadio Maracaná como el personaje de los videojuegos Super Mario de Nintendo.

La divertida invitación de Abe a los próximos Juegos Olímpicos de Tokio fue un gran éxito entre los espectadores brasileños, y para una audiencia televisiva mundial.

Pero, Abe ya no estará presente, al menos no en carácter oficial, cuando se inauguren los pospuestos juegos el 23 de julio de 2021, tras anunciar su renuncia al cargo a causa de un problema cardiaco crónico. Además, lleva años padeciendo colitis ulcerosa, una enfermedad inflamatoria del colon crónica, pero su estado ha empeorado recientemente, según confirmó.

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Irónicamente, el primer ministro japonés con más años en el cargo habría estado en el palco privado junto al presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, si la justa se hubiera inaugurado hace un mes y no hubiera sido víctima de la pandemia de Covid-19.

“Creo que esto no hará mucha diferencia”, señaló Jeff Kingston, quien enseña política japonesa en la Universidad de Temple de Tokio, en un correo electrónico. “Los Juegos Olímpicos se beneficiaron de su respaldo, pero ahora la situación está mucho más allá del control del primer ministro. A su sucesor quizás no le importe mucho, pero gran parte depende del COI, del comité organizador de Tokio y de las federaciones deportivas de todo el mundo”.

Abe dijo que era “desgarrador” irse con tantos planes sin acabar. El más visible, al menos para el público fuera de Japón, eran los Juegos Olímpicos.

En 2013, el primer ministro estaba en primera fila en Buenos Aires cuando el entonces presidente del COI, Jacques Rogge, abrió un sobre para anunciar a Tokio como la sede de 2020, superando a Estambul en la votación final.

Fue Abe quien aseguró a los miembros del COI que el colapso de tres reactores nucleares en 2011 por un sismo y un tsunami estaba “bajo control”. De hecho, no lo estaba en su totalidad y Japón sigue lidiando con el desastre nuclear en la prefectura de Fukushima.

“Creo que es probable que esto sea desconsolador para Abe”, escribió David Leheny, quien enseña política en la Universidad de Waseda en Tokio, en un correo electrónico.

Leheny dijo que Abe se va sin ningún avance significativo sobre temas en donde se menciona el rol de las mujeres, enmiendas a la Constitución o políticas económicas.

“Creo que los Juegos Olímpicos habrían sido una cosa importante que él podría señalar y decir ‘sí, yo hice eso. Hice que sucediera’. Todavía podría hacerlo y pensar que quienquiera que sea el siguiente primer ministro estará seguro de que Abe tiene un lugar importante en los Juegos Olímpicos, pero no será lo mismo que estar a cargo para recibir a la gente”, añadió.

No existe ninguna garantía de que los Juegos Olímpicos se celebrarán. El COI y los organizadores han dicho que se llevarán a cabo, pero hasta ahora no han dicho cómo va a ocurrir eso.

Hay dudas sobre cuarentenas, que se permita la presencia de aficionados, vacunas y en torno a la logística para llevar a 15 mil 400 atletas olímpicos y paralímpicos de manera segura a Tokio. Eso sumado a miles de funcionarios, personal y miembros de los medios de comunicación, y al hecho de que el control del brote es muy diferente en países y territorios representados por 206 comités olímpicos nacionales.

Los organizadores locales de los Juegos Olímpicos de Tokio han dejado de sostener conferencias de prensas habituales para dar actualizaciones sobre el progreso y se prevén pocos detalles en los próximos meses y hacia 2021.

En su carrera política tomó decisiones controvertidas como negar que las llamadas mujeres de consuelo durante la Segunda Guerra Mundial fueran obligadas a trabajar en los burdeles, o visitar el santuario de guerra Yasukuni en 2013 provocando la ira de Corea del Sur y de China.

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