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Raspados Choko: Conoce el origen de los raspados más ricos de Culiacán

Doña Choko siempre se ha caracterizado el cariño que le tiene a sus clientes.

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Raspados Choko: Conoce el origen de los raspados más ricos de la Culiacán

Por la calle José María Morelos, entre Antonio Rosales y Rafel Tenorio, en el centro de Culiacán, se encuentran Raspados Choko, los cuales cuentan con más de 20 años de experiencia, en los que los culichis han cautivado con su sabor.

Doña Choko como popularmente se le conoce a la dueña del lugar, comenzó hace 23 años con una mesa y 5 sabores de raspados, los cuales se colocaron en el gusto de las personas, quienes empezaron a pedir más sabores.

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“Empecé, pues jugando la verdad, con una mesita y cinco saborsitos, vainilla, tamarindo, rosa y ciruela, así sucesivamente me fui subiendo como la humedad, y la gente empezó a venir, y me decían, oiga señora Choko porque no mete más sabores si tiene buen sazón” compartió para una entrevista para El Sol de Sinaloa.

En un local que sus padres le heredaron, un abanico de techo, una mesa, y un refrigerar donde guardaba las mieles de los sabores, empezó lo que sería el negocio de su vida. En este sentido las personas le seguían pidiendo más sabores, Choko se embarcó en el experimento en dar con distintos sabores.

Sin embargo, no solo se quedó en la venta de los raspados, ya que comenzó a vender distintos snacks, como cevichurros, tostiesquites, etc.

“Me costaba un poco dar con los sabores, echando a perder, pero me decía, tú puedes Choko tú puedes, y como te digo, la misma gente me fue empujando. Empecé al siguiente año a meter otra mesa, pintar el local, hacerlo más femenino, para tener un ambiente agradable”, comentó.

Un toque único

Conforme crecía el negocio, no se daba abasto sola con le negocio y comenzó a contratar a una empleada que le ayudaba en las ventas y así invertir más en su negocio.

Comenzó a decorar su lugar de trabajo para hacerlo un poco más acogedor para sus clientes, y sobre todo el transmitir a sus clientes lo que para ella significaba todo su trabajo.

Pintado y decorado con varios cuadros de la icónica actriz estadounidense Marilyn Monroe, cuya historia tiene un trasfondo de sufrimiento y esperanza, lo cual influyó en la mujer empresaria que es hoy en día.

“Has de cuenta que me inspiro su vida, a lo que llegó, lo que sufrió, una mujer nata, una belleza nata sin operaciones, yo admiro a las mujeres así, y para mí ella es un ejemplo de vida, que no creas que le fue muy bien, y eso fue lo que me hizo darme el enfoque con ello, yo me identifico mucho con ella”.

Su esposo siempre fue un pilar importante también en el negocio, ya que él se encargaba de hacer las compras, conseguir el mango.

“Mi esposo me ayudaba a hacer las compras, y yo madrugaba hacer las mieles, y yo las sigo haciendo, nadie mete mano, realmente a mí nadie me ayuda, pero ya tengo dos años que si me ayudan, ya que mi esposo falleció a causa de covid“.

“Donde voy a conseguir el mango, ya que le lo conseguía en los empaques. Pero todo lo he logrado, con lágrimas con lo que quieras, pero lo he logrado mantenerlo”, dijo.

Recetas únicas

Entre sus variantes productos, destaca uno en singular, el famoso Diablito, “Yo solo empecé con los sabores, por ejemplo el diablito es un secreto que tengo debajo de la almohada, le fui dando, le metí aquí, le metí allá, y si la cuento ya no será secreto”, comparte entre risas.

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Amor a lo que hace

Choko siempre se ha caracterizado el cariño que le tiene a sus clientes, ya que para ella el convivir con las personas que llegan a su negocio es una parte esencial del trabajo, haciendo de esto una estancia agradable.

“Lo importante para mí es estar en la mesa con mis clientes, con mis jóvenes, y por allá gritan –Tía Choco-, y le digo ay mis niños me dan vida, me gusta ser empática, y hay que enseñárselos a los jóvenes”, compartió.

A pesar de que es un negocio competitivo, Raspados Choko siguen en el gusto de las personas, convirtiéndose en uno de los negocios más populares de la ciudad, no solo por su ubicación, sino por su sabor y autenticidad de la señora Choko.

“Se ha de oír un poco exagerado, pero es mi pasión, mi negocio que el de vivo porque de él vivo, hay veces en que quiero tirar la toalla, porque realmente no tengo alguien quien más me ayude, pero siempre me gusta seguir adelante” finalizó.

Aunque siempre hay competencia en el ámbito laboral y cada vez existen más negocios, Choko se ha sabido mantener en el gusto de la gente, no solo con sus sabores únicos, sino por la humildad y empatía que derrocha.

Pues para Choko más que ¿un negocio, tiene un trasfondo de esfuerzo y cariño a lo que hace, y el legado que quiere dejar.

Más de Doña Choko

María del Socorro Díaz González, alias Choko nació en Culiacán, Sinaloa en el año de 1954, en una reconocida clínica ubicada dónde hoy es el restaurante Los Portales. Ha pasado toda su vida en la capital sinaloense, y desde hace 23 años ha cautivado a los culichis con sus rapados y snacks que ofrece.

Redes sociales

Raspados Choko siempre está activo en redes sociales, compartiendo sus productos, así como momentos únicos con sus clientes.

Instagram: raspadoschoko

Facebook: Raspados Choko

Omar Acosta | El Sol de Sinaloa

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