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La Opinión

El segundo tirador

El reportaje de Tim Golden fue por venganza del segundo tirador.

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El pasado miércoles 7 del mes en curso, la llamada “prensa tradicional” rivalizó seriamente el papel del Presidente de todos los mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, sobre la relación con los periodistas y los medios de comunicación y los cuales –una vez más– lo acusan de practicar la censura.

Todo porque desde “la mañanera” de ese día aseguró que el fallido intento de relacionarlo con el narco, a través del reportaje –sin pruebas– que presentó el periodista Tim Golden, “fue en venganza por el caso Colosio; lo armaron por lo del segundo tirador”, teoría que reveló el propio primer mandatario.

Desde el Salón Tesorería el presidente López Obrador expuso su teoría respecto a las razones para que el periodista Tim Golden publicara la investigación de la DEA (Administración de Control de Drogas), donde lo investigaron por presuntamente recibir dinero por parte del Cártel de Sinaloa para financiar su campaña electoral en el 2006; indagatoria que, a falta de pruebas, quedó en el archivo muerto.

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Por lo anterior, y tras afirmar que Tim Golden tiene una estrecha relación con el expresidente Carlos Salinas, con quien incluso “salía a correr y además era amigo de Otto Granados (exgobernador de Aguascalientes)”, AMLO dijo que le gustaría que el periodista le explique cuáles fueron sus razones para hacer una publicación sin respaldo.

Atando cabos, AMLO dijo que resulta extraño que trascendiera la teoría del segundo tirador en el caso Colosio y que exista una denuncia abierta por la que la Fiscalía General de la República (FGR) solicitó la orden de aprehensión.

El autor de esta columna era empleado en 23 de marzo de 1994 del licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz, quien es oriundo de Torreón, Coahuila, y autorizó mi acreditación como reportero por El Universal Gráfico para cubrir periodísticamente la campaña política del licenciado Luis Donaldo Colosio Murrieta; y por ello tuve el destino de estar en Tijuana el fatídico jueves 23 de marzo del 1994.

Mientras se realizaba el mitin político de Lomas Taurinas, este tecleador se encontraba en su habitación de un hotel, redactando las notas para el diario vespertino del día siguiente.

Los elementos de Comunicación Social del PRI me dijeron que no habría transporte a Lomas Taurinas; pero horas más tarde un trabajador de prensa extranjera tocó a la puerta de mi habitación informándome que el candidato había sufrido un atentado (un disparo), y desapareció por los pasillos.

En tanto, con esa información, corrí por mi grabadora, libreta y pluma; salí a la recepción y abordé el primer taxi estacionado, y le pregunté al conductor a qué hospital se podría llevar a una persona con un disparo de bala, que tuviera toda la infraestructura como para salvarle la vida. Él tenía encendida la radio y estaba escuchando las noticias respecto al suceso.

Ese hombre me respondió que en la ciudad de San Diego estaba ubicado el Hospital Del Prado o el Notre Dame, pero era del lado americano, y me preguntó si tenía pasaporte y visa americana. Le respondí que no. Entonces le dije: “Del lado mexicano, ¿qué otro hospital hay?”. Y me respondió que el Hospital General del Tijuana del IMSS, por lo que le pedí que me llevara inmediatamente para allá y partimos a toda velocidad.

Fueron 15 minutos de trayecto, aproximadamente, pero se me hizo una eternidad. Le pagué el servicio al taxista, quien me dejó en la parte trasera de nosocomio, en el área de urgencias, en donde había una fila de personas, y ahí me formé por instinto. Le pregunté a la persona adelante de mí: ¿Para qué es esta fila?”, Y ella me dijo: “Para donar sangre al candidato”.

Fuimos avanzando de a poco, y justo cuando me tocaba entrar, fui detenido por un elemento de seguridad que me dijo: “Hasta aquí, ya no se requiere de más donadores”. Pero unos minutos después recibió una contraorden y me dejó pasar. Al ingresar había un libro donde tuve que colocar mi nombre, edad, domicilio y tipo de sangre. O-RH negativo.

Minutos antes ya había llegado la ambulancia Delta 7, de la Secretaría de Salud, en donde fue reubicado de su camioneta Blazer el licenciado Colosio, para trasladarlo al área de urgencias del Hospital General de Tijuana.

Entre las personas que ayudaron al levantamiento y traslado del licenciado Colosio, estaban Miguel Ángel Zimbrón López, Roberto Merín Sandoval y Martín Salinas Reyes, escoltas del candidato; el general Domiro García Reyes, coordinador de seguridad; Rafael López Merino, del grupo Orden, Vallas y Porras; Enrique Méndez Álvarez, jefe de Información del Canal 33 Telemundo Tijuana; Humberto Francisco Ojinaga Ruiz, jefe del convoy y personal de seguridad y Juan Maldonado Pereda, coordinador regional del PRI en Baja California.

Ya dentro del Hospital General Tijuana supe que fue lesionado a las 17:12 horas (local) y su ingreso al Servicio de Urgencias del Hospital General fue a las 17:20 horas, aproximadamente 8 minutos de trayecto de Lomas Taurinas al nosocomio, y en ese entonces la doctora Rosalinda Guerra Moya era la directora.

Una vez ya en plancha, el de la voz, con la manga de la camisa remangada para que insertaran la aguja y me extrajeran medio litro de sangre O-RH negativo, y en ese momento pregunté quién era la jefa de enfermeras y que, si podría venir.

Al parecer llegó a mi lugar Yolanda Bolaños Politrón, jefa de enfermeras del Hospital General de Tijuana, a quien le pregunte: ¿Usted recibió al licenciado Colosio, y cómo lo vio usted? Y ella me respondió: “Yo lo vi sin signos vitales; pero está usted aquí donando sangre… Yo no sé qué van a hacer los médicos en el quirófano”.

Le pregunté dónde estaba el quirófano y me dijo que se ubicaba en sexto piso, y que se podía subir por el elevador o bien por las escaleras. Tuve que subir por las escaleras, pues el elevador estaba bloqueado; y cuando llegué al piso, toqué la puerta y me abrió un elemento del Estado Mayor Presidencial que me impidió el paso; pero en ese momento frente de mí estaba el abogado Liébano Saénz (cercano colaborador del candidato) a quien le grité por su nombre y eso hizo que el guardia volteara, y fue el momento en que di un salto y pude ingresar al pasillo, justo a unos tres metros de la puerta del quirófano.

Pasaron horas, que se hicieron días, desde el inicio de la intervención quirúrgica a la cabeza del licenciado Colosio y que, aproximadamente 40 minutos después de que se inició la cirugía, el licenciado Colosio falleció en el área de quirófano.

La Nota de Ingreso del expediente clínico refiere que el licenciado Colosio ingresó al Hospital General de Tijuana a las 17:20 horas (local); y que entró por medio de ambulancia y lo describe médicamente de la siguiente forma: abdomen con herida en cuadrante superior izquierdo penetrante, de aproximadamente 4×6 cm de diámetro, con anillo de tatuaje, piel fría, diaforético (con sudoración excesiva); se reporta muy grave.

Fue a las 20:45 horas tiempo de Tijuana cuando el Director de Información y Propaganda del PRI, licenciado José Liébano Saénz, se sube a una mesa y da lectura –ante los representantes de los medios de comunicación ahí presentes– al parte médico en donde se anuncia de manera oficial la muerte del candidato del Partido Revolucionario Institucional, Luis Donaldo Colosio.

Ahí le pido a Liébano Saénz que me dé el parte médico, quien accede y me lo entrega de propia mano. Al día siguiente viajo a Magdalena de Quino, a los funerales, y después me piden que me entreviste con el licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz, y ya en el Distrito Federal, en sus oficinas de la calle de Iturbide número 7, él me dice que tendré que darle seguimiento a este caso, porque Colosio era su amigo y su hermano.

En ese momento le digo que hubo dos tiradores en Lomas Taurinas, porque tengo el parte médico, y a mi regreso tuve la suerte al viajar junto a un médico que, al verme llorar, le mostré el documento y me dijo que necesariamente hubo dos personas que accionaron armas contra el candidato.

El presidente y director de la compañía El Universal, Juan Francisco Ealy Ortiz, me pidió que le entregara el parte médico y me dijo que tomara una semana de descanso. Al regresa a las instalaciones de El Universal, el licenciado Sevillano me informó que “por instrucciones de arriba ya no trabajaba más por honorarios para la empresa periodística”, y me quedé desempleado.

Hoy a punto de cumplirse 30 años del magnicidio, ahí está el “parte médico” en poder del Juan Francisco Ealy Ortiz, donde se expone que hubo dos disparos de arma –¡un segundo tirador! –…

Hasta aquí con Los Pozos de Carlos Pozos. Y si desean que le haga su pregunta al Presidente de México en la conferencia de prensa “mañanera”, por favor háganmela llegar al correo: lordmolecularedacció[email protected], vía X a: @lordmoleculaoficial, o bien, visiten nuestro portal https://www.lordmoleculaoficial.com/ así como también pueden ver mi Canal Lord Molécula Oficial.

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