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Sonora

Aumentan zonas protegidas por ciudadanos en Sonora

Ambientalistas buscan preservar la biodiversidad sonorense

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HERMOSILLO, Sonora. Ante el impacto del cambio climático y el aumento de la urbanización en Sonora, las áreas naturales cada vez se ven más comprometidas y en riesgo de desaparecer o reducirse considerablemente, algo que colectivos ambientalistas señalan como un problema que debe atenderse y priorizarse.

Además de las áreas naturales protegidas por la Ley con las que cuenta el Estado, de acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la entidad también suma poco más de 10 Áreas Dedicadas Voluntariamente a la Conservación (ADVC), es decir, espacios que las propias comunidades han determinado proteger.

La reciente controversia por la que atraviesa el Río Cocóspera, con una obra ferroviaria en proceso, ha puesto sobre la mesa nuevamente la importancia de proteger la biodiversidad en territorio sonorense, la cual es sumamente compleja y de vital importancia para todas las áreas en donde se encuentra, así lo señala Alfonso Gardea Béjar.

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“Quiero destacar la importancia que tiene Sonora en esta confluencia de los diferentes ecosistemas. Si te fijas, aquí en Sonora tenemos toda la flora y fauna que viene del trópico hacia el Norte, y la flora y fauna que viene hacia abajo. Entonces aquí, en el Aros (río) puedes encontrar guacamayas y cotorras serranas, una es tropical, la otra vive en los bosques fríos.

Puedes encontrar pumas y jaguares; puedes encontrar águila real y águila calva. O sea, tenemos una riqueza enorme, y siento que sería importante poder reconocer todo eso”, señaló.

El investigador y doctor en Ciencias por la universidad de Oregon, puntualizó que cada vez son menos los recursos asignados por parte de la Federación para la conservación de todos estos espacios naturales, lo que pone en riesgo su mantenimiento, puesto que las pocas comunidades que se hacen cargo de estas áreas se ven impedidas para hacer frente a las obras de urbanización.

“Hay que considerar que en nuestro país no tenemos los recursos para hacer proyectos de conservación sólidos de largo aliento, esa es una realidad y los presupuestos lo demuestran, más allá del discurso hay que ver cómo se refleja en el presupuesto, y en el presupuesto nos dice que cada vez hay menos.

Entonces, todos estos esfuerzos que nacen a partir de la sociedad y que están reconocidas por la propia Ley, como son las áreas voluntariamente dedicadas a la conservación, representan una estrategia de conservación que no deberíamos minimizar”, detalló.

Sin importar que se traten de predios pequeños o áreas de gran extensión, dijo el también investigador del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), se les debe dar la misma importancia y apostar a su cuidado y conservación por el bienestar de los ecosistemas de la entidad.

Atacar el cambio climático desde otra perspectiva

Por su parte, Sergio Müller, ambientalista y coordinador de estrategia de Caminantes del Desierto, apuntó que actualmente hay una tendencia de hablar de cambio climático y realizar acciones en contra de él, con la búsqueda de opciones de energías limpias, como las plantas fotovoltaicas o las plantas eólicas, sin embargo, poco se habla de enfrentar la otra crisis planetaria, es que la pérdida de biodiversidad.

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Señaló que, de acuerdo con algunos estudios, desde 1970 a la fecha se ha perdido cerca del 60 por ciento de la fauna del planeta, por lo que es importante que se realicen estrategias que estén enfocadas en conservar la biodiversidad.

“Todo lo que hagamos en beneficio de conservar la biodiversidad tiene un beneficio positivo para contrarrestar el cambio climático; en cambio, las acciones que hagamos para contrarrestar el cambio climático no siempre tienen un beneficio para la biodiversidad”, refirió.

El ambientalista recordó que El Aribabi fue la primera ADVC creada en la entidad por ciudadanos preocupados por el medio ambiente. De ahí, le siguieron el resto, que en su mayoría están siendo preservadas por organizaciones ambientalistas, tanto nacionales como binacionales, quienes entienden la importancia de mantener estos espacios para no afectar los ecosistemas.

“Por eso es tan importante El Aribabi porque es un buen ejemplo de lo que deberíamos estar replicando en el resto del país y, pues, lo que está haciendo el gobierno es minimizar el esfuerzo individual y vulnerando el esfuerzo colectivo”, resaltó.

En semanas anteriores, colectivos ambientalistas han llevado a cabo una serie de manifestaciones y vigilias en Hermosillo y otros municipios de la entidad, con la finalidad de crear conciencia sobre la importancia de conservar las áreas naturales, principalmente las ADVC, donde sus comunidades hacen un esfuerzo por no perder el trayecto que se ha logrado avanzar con el paso de los años.

Manuel Velázquez | El Sol de Hermosillo

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