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Videoacademia Penitenciaria de México: Libertad al interior de los penales femeniles

Las activistas Tatiana Ortiz Monasterio y Vanessa Coppel crearon la Videoacademia Penitenciaria de México.

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Videoacademia Penitenciaria de México: Libertad al interior de los penales femeniles

Al filósofo Aristóteles se le atribuye la máxima de que sólo quien ha superado sus miedos será verdaderamente libre.

Conscientes de ello, las activistas Tatiana Ortiz Monasterio y Vanessa Coppel crearon la Videoacademia Penitenciaria de México, una escuela en línea diseñada para que las mujeres que están privadas de la libertad puedan cambiar su concepción de ellas mismas y de la violencia.

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“La historia es bonita, porque nosotras conocimos la cárcel yendo a ayudar, de voluntarias. Empezamos poniendo un taller de costura en Almoloya de Juárez. Y así, cosiendo y bordando, nos dimos cuenta de que no era suficiente, porque había algo más valioso, que la presencia de algunos amigos que nos acompañaban y que compartían con ellas su conocimiento…”.

“Así fue como nos dimos cuenta de que había una necesidad de ellas, de obtener conocimiento, de cambiar, de transformarse, y así comenzamos a llevar mucha gente, hasta que se nos agotaron los contactos, pero siempre rondaba por nuestra cabeza la idea de conectarnos con ellas a través de una pantalla, para hacerlo más fácil”.

Suena como una novela que terminará en final feliz. Pero tratar de ingresar a las cárceles mexicanas y crear un puente con el exterior no fue fácil. Ambas mujeres comentan a El Sol de México que se encontraron con muchos obstáculos antes de ver cristalizada su idea:

“Cuando se lo planteamos a las autoridades del Estado de México nos tiraron de locas, nos dijeron que eso era absolutamente imposible, que cómo íbamos a poner internet, y les dijimos que lo mismo nos dijeron antes de hacer el taller de costura, por lo que nos dejaron hacer una prueba y así nos dieron el espacio durante un mes…”.

“Eso fue hace tres años y desde ese momento que prendimos la pantalla, nunca hemos dejado de transmitir la vida penitenciaria de México todos los días, de lunes a viernes, con esta escuela diseñada para las mujeres en reclusión del país, para transformarse, crecer y que no sólo salgan a triunfar y ser mejores personas, sino a que puedan estar más tranquilas ahí dentro, mientras eso sucede”.

Es así como, a través de la Fundación Plan B, este proyecto ha hecho posible transmitir las clases en línea de manera simultánea en 23 penales femeniles de diez estados del país, desde Oaxaca hasta Nuevo Leónpasando por Querétaro, Jalisco, Estado de México, Guanajuato, Quintana Roo y Chihuahua, lo que ha permitido la capacitación del 30 por ciento de la población penitenciaria femenil.

De acuerdo con Ortiz Monasterio, este proyecto ya beneficia a 12 mil 410 reclusas que están en los diversos penales estatales y esperan que para 2026, se implemente el programa al 100 por ciento.

Los cursos y talleres que se imparten buscan brindar contenido que transforme la vida de las mujeres y que les den la oportunidad de restaurar su dignidad, para que tengan una verdadera reinserción social al salir de la cárcel.

Los lunes se imparten clases de meditación, yoga y herbolaria; los martes se ofrece un taller de emprendimiento; los miércoles hay clases de historia del arte y de redacción y escritura creativa, además de un taller de lectura; los jueves hay talleres de revaluación y recuperación emocional y los viernes son de movimiento con baile y ejercicio.

Buscan sumar esfuerzos

“Ojalá este espacio sirva para hacer una reflexión acerca de que todos somos responsables de que México sea más seguro, todos tenemos un espacio para hacer algo, entonces si alguien conoce personas que quieran ayudar aquí, son bienvenidos, hay un mundo de posibilidades. Nosotras somos un equipo muy chico de cinco mujeres, y entre todas hacemos todo esto, por lo que estamos recibiendo donativos de la sociedad civil, ya sea en efectivo o en especie”, añade Tatiana.

Parte esencial de este proyecto es también “Dona 1 hora”, un programa de donativos mediante videoconferencias en vivo sobre temas útiles para la reinserción social de las mujeres privadas de la libertad. Los expertos en cualquier tema donan su conocimiento a través de videoconferencias en vivo y la Vidoacademia las transmite en los penales.

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Algunos casos de éxito

Durante la presentación a los medios de la Videoacademia, Tatiana y Vanessa se enlazaron vía Zoom con todos los penales a los que llegan diariamente, y dieron espacio para que algunas reclusas compartieran sus testimonios.

Así escuchamos a Carolina Marín, una mujer que dijo que el hecho de tener contacto con gente que está libre y que no las considera obsoletas y les dedica una hora de su tiempo, es para ellas la mejor oportunidad del mundo.

Carla, una reclusa de Tlaxcala dijo que a sólo un mes de haber ingresado al programa, ha podido cambiar su perspectiva de muchas cosas.

Desde Chalco, una interna llamada Perla dijo que los talleres la han ayudado a comprender que muchas de ellas están ahí por una serie de situaciones que a veces vienen desde su infancia o incluso desde su concepción.

Una mujer que permanece presa en el Estado de México destacó la dignidad humana con la que son tratadas en ese penal, y una persona transgénero reclusa en el estado de Guanajuato dijo que con este programa ha aprendido que toda la gente que pasa por su camino puede ser su maestra.

Además de los testimonios que vimos y escuchamos vía Zoom, al lugar de la presentación asistió Lupita, una mujer que estuvo recluida durante cinco años y quien fue alumna de la Videoacademia mientras su hija, que entonces tenía sólo diez años de edad, se hizo cargo del resto de la familia. Ahora ambas están juntas de nuevo y trabajan en este proyecto junto con Tatiana y Vanessa.

“Estoy orgullosa de haber estado en la cárcel. Siempre he dicho que agradezco a Dios por haberme llevado a ese lugar, ya que si no hubiese llegado ahí, no estaría ahorita en este lugar”.

“A lo mejor se escucha feo, sobre todo para quienes no se imaginan lo que es tener un proceso dentro de un penal, pero yo veo lo positivo de todo esto y lo positivo para mí es que aprendí a amarme y a amar a los demás”, compartió.

La libertad interior

Durante estos años de trabajo conjunto, Tatiana y Vanessa también han podido ayudar a que algunas mujeres dejen la cárcel, aunque subrayan que esa no es su tarea principal, porque esos son procesos mucho más complicados.

“Lo que ofrecemos es libertad. Es un proyecto de libertad interior, que es donde más encarceladas podemos estar… El propósito máximo que tenemos es poder liberar a otros de la sensación de dolor y de sufrimiento en el que viven”.

Finalmente, Tatiana destaca que la Videoacademia Penitenciaria de México favorece la construcción del tejido social y que ésta les brinda herramientas a las mujeres para que sean ellas mismas las voceras en la prevención de la delincuencia y la violencia.

“Hacemos este proyecto sin pensar en política, sin pensar en regiones y sin pensar en nada, más que ir todos juntos de la mano para ayudar… Eso es lo que sucede en la video academia penitenciaria”, puntualiza Tatiana.

Alejandro Castro @djconchaytoro | El Sol de México

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