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Inclasificables

El crochet es una técnica que despierta la imaginación y sirve de terapia

Amigurumis, mantas, vestidos y recreaciones de piezas pictóricas son algunas de las obras que se realizan a través de esta obra

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TAMPICO, Tamaulipas. El crochet es una de las técnicas de bordado más longevas de la historia, es una manifestación artística que encamina a sus exponentes a despertar su imaginación, transmitir emociones y desconectarse de la cotidianidad.

En el Día internacional del Crochet, el 12 de septiembre, se celebra el bordado, que es una técnica milenaria convertida en símbolo artesanal, pero muy versátil.

Marisa Ortiz Oliva, a lo largo de 10 años ha llevado su amor por el bordado a todo tipo de espacios, tales como la plaza de las artes o el taller Bordarte.

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Marisa recuerda que sus padres fueron una fuerte influencia para que ella se adentrara en el mundo del arte bordado. Sin embargo, el crochet llegó a su vida cuando terminó la universidad, esto en una época en la que estaba buscando trabajo.

“Tuve un lapso, y para como entretenerme empecé a explorar diferentes actividades y esta fue la que me enamoró desde el principio” señaló.

En este sentido, la arquitecta de profesión asegura que lo que más le atrapó del crochet fue su versatilidad. “Puedes hacer prendas de ropa, accesorios, cosas para la decoración del hogar. Cortinas, manteles, portavasos, puedes hacer cosas que son simplemente decorativas”

Marisa también destaca que esta técnica es más sencilla de aprender y que permite crear piezas en un tiempo más corto.

“Tú le das la forma al hilo como tú quieras. En el crochet tu puedes empezar desde donde tú quieras a hacer la forma, y lo que vas tejiendo va quedando”, explicó la artista.

Marisa comparte que contrario a lo que el público puede pensar, el arte crochet es una herramienta ideal para realizar obras tanto clásicas como contemporáneas.

Una gallina pintadita gigante, una cobija de Mario bros, portavasos de equipos de futbol, mandarlas y cuadros y recreaciones de dibujos son solo algunas de las piezas que ella ha creado con esta técnica y de la que más se siente orgullosa.

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“Es lo que mucha gente no sabe, que puedes hacer cosas contemporáneas, que puedes hacer cosas modernas, he tenido alumnas jovencitas que se hacen prendes bien locochonas. Entonces eso es lo que a mí me gustaría que supieran” asegura.

Marisa describe al crochet como una terapia ocupacional, emocional y física, en la que sus exponentes pueden agilizar su mente y evitar cualquier tipo de deterioro mental.

“Siempre estamos ansiosas, siempre estamos preocupadas por algo, siempre estamos a la carrera y entonces, cuando mis alumnas se toman su tiempo de agarrar el gancho, agarrar el estambre y ponerte a tejer, es como una desconexión”

En este sentido, ella recomienda a sus alumnas en transmitir sus emociones en cada pieza que crean; esto lo logran al pensar en esa persona especial a quien le regalarán el producto final.

Además de contribuir al bienestar físico y mental de una persona, el crochet también ayuda al reciclaje y a brindar apoyo a los sectores más vulnerables de la sociedad.

Tomando en cuenta esto, Ortiz Oliva recuerda que en 2017, ella y sus alumnas crearon cobijas que fueron destinadas para los damnificados del sismo ocurrido en Ciudad de México.

Por otro lado, Itzel y Gaby Amador Rocha son dos docentes conocidas por destacar que esta actividad contribuye al cuidado del medio ambiente, sobre todo por darle una segunda oportunidad a materiales textiles.

Llegamos a conocer el crochet cuando quisimos hacer un proyecto con trapillo y de ahí empezamos a tejer de todo; estambre, hilaza, hilo para macramé, cordón, entre otras obras, compartieron ambas hermanas.

Las artistas hicieron hincapié en que el crochet debe ser transmitido de generación en generación. Además de ser algo que apoya al reciclaje, es una actividad sana que lo pueden realizar niños, adolescentes y adultos.

Las hermanas Amador Rocha, han formado parte de diversos proyectos creativos y que han colaborado junto a Barco Museo del Niño, mientras que Marisa Olivas invita a todas las exponentes del crochet a traspasar sus conocimientos a hijos, nietos, hermanos y demás personas que formen parte de su círculo cercano.

Víctor De Sampedro | El Sol de Tampico

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