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La Opinión

El Grupo Wagner desnuda a Vladimir Putin 

Los pocos logros que ha alcanzado el Ejército de Putin estuvieron encabezados por el Grupo de Wagner, una organización paramilitar, de mercenarios o contratistas

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Hace un poco más de tres años el presidente de Rusia, Vladimir Putin firmó las enmiendas constitucionales que le aseguraban su permanencia en el poder, al menos hasta 2036, pero parece que ese plan o meta se comenzó a desmoronar el día que decidió volver a invadir a Ucrania. 

En 16 meses de combates, el Ejército ruso nunca ha podido mostrar a plenitud su prestigio demoledor, por el contrario, los malos resultados han comenzado a caer en cascada, incluso los ataques a Moscú –el corazón del poder político ruso– con drones dejó ver la vulnerabilidad creciente de ese poder castrense. 

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Los pocos logros que ha alcanzado el Ejército de Putin estuvieron encabezados por el Grupo de Wagner, una organización paramilitar, de mercenarios o contratistas, como mejor les quiera llamar, que nació bajo el cobijo del mandatario ruso para realizar el trabajo sucio a su favor. 

Precisamente esta organización sanguinaria, encabezó las operaciones para consolidar la anexión de Crimea en 2014 y a partir de ahí comenzó a operar en otros países de África y Medio Oriente, con unos cinco mil combatientes, en su mayoría veteranos de los regimientos de élite y fuerzas especiales de Rusia. 

Las operaciones en otras partes del mundo de Grupo Wagner siempre habían respondido a los intereses del presidente Putin, por ejemplo, en África permitían los flujos migratorios hacia Europa con la finalidad de crear crisis migratorias importantes, que de muchas maneras beneficiaban a los intereses de Moscú. 

Ahora, en la nueva invasión de Rusia a Ucrania, el Grupo Wagner, encabezó las primeras ofensivas en Donetsk y Lugansk, pero esta vez reforzados, al grado de que hoy cuentan con unos 50 mil elementos, lo que los hizo ganar prestigio y destacar por encima del Ejército ruso, una tendencia que a la postre provocaría el desastre del pasado fin de semana. 

Liderado por su jefe, Yevgeny Prigozhin, este Ejército privado se adentró en Rusia desde su campamento base en Ucrania, se apoderó de las instalaciones militares de la ciudad de Rostov del Don, en el suroeste del país, y avanzó hacia Moscú, llegando a estar a 200 km de la capital rusa. Así de temerarios y poderosos. 

Pero los problemas ya se venían presentando desde que se cumplió el primer año de la invasión, Prigozhin comenzó a criticar la efectividad del Ejército ruso y hacer público la falta de municiones y armamento para seguir enfrentando a las tropas ucranianas, que, dicho sea de paso, están provisionadas por los países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). 

Prigozhin es un personaje que comenzó sus negocios vendiendo hot dogs, de ahí el mote de cocinero o chef de Putin, luego fue adquiriendo más poder por dicha cercanía hasta convertirse en un empresario importante, y fue el encargado de crear y dirigir al Grupo Wagner. 

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Pero esa misma condición le fue haciendo cosechas un poder muy importante al interior de Rusia, al grado de ponerse al tú por tú con la cúpula militar, que cuenta entre sus filas con unos 800 mil efectivos, pero según muchos especialistas muy mal preparados. Los resultados creo que hablan por sí solos. 

El 23 de junio, Prigozhin afirmó que la justificación de Rusia para su guerra en Ucrania era una mentira y solamente una excusa para que el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, se promocionara a sí mismo. Aunque, este personaje amigo cercano de Putin parece que tiene los días contados, tras el intento de motín de Wagner. 

Hoy parece que la rebelión de los mercenarios y su líder es la punta de lanza de la inevitable debacle de Putin y sus aspiraciones expansionistas, es verdad que muchos rusos apoyan su proyecto, pero hay muchos jóvenes que no comulgan con su guerra y con esos planes expansionistas que han derivado en una ruptura de vínculos familiares con los ucranianos. 

Hay más, porque esa decisión de tratar de quitarle más territorio a Ucrania o ponerla bajo control ruso, aceleró la anexión de nuevos países a la OTAN, como Finlandia en abril de este año. Puede decir el Kremlin que el daño estaba calculado, pero en el plano mediático parece que Occidente se hace más fuerte y los aliados de Rusia comienzan a escasear. 

El principal aliado de Moscú es, sin duda, China que ha expresado su apoyo directo a Putin, pero no se ha involucrado directamente en el plano bélico, luego estarían Bielorrusia, Arabia Saudita e Irán, de este lado de América el apoyo está basado en la grilla venezolana y nicaragüense, gallos sin navajas. 

El siguiente paso de Putin será determinante para recomponer el camino de sus metas, de lo contrario estaríamos viendo el ocaso y fin del último zar de Rusia. O usted ¿Qué cree?  

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