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Baja California

La política no es arena de la UABC, “pero en ocasiones hay que entrarle”, dice Luis Enrique Palafox Maestre

Luis Enrique Palafox Maestre, rector de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), llega en un momento de agitación política y social

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TIJUANA, Baja California.— Luis Enrique Palafox Maestre, rector de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), sabe que llega en un momento de agitación política y social.

Su antecesor, Daniel Octavio Valdez Delgadillo marchó para demandar al ex gobernador Francisco Vega el pago de aportaciones adeudadas, así como se despidió enfrentado con el Congreso local que decía demandar transparencia de la universidad. Y en su gestión vivió la sacudida de una nueva ola de feminismo, que está poniendo a prueba todo.

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Palafox Maestre tomó protesta el pasado 27 de enero y en entrevista con El Sol de Tijuana dice que encuentra una institución financieramente “sólida” y académicamente “fenomenal”.

Con un presupuesto de cinco mil 500 millones de pesos este 2023 para sostener 146 licenciaturas y 76 posgrados, el nuevo rector reconoce que pueden mejorar su rendición de cuentas y lo hará, pero asegura que lo suyo no es hacer política.

La fortaleza de la UABC, agrega, es la formación de recurso humano que “aporta al desarrollo social y económico de Baja California y del país entero”.

Y quizá porque el nuevo rector fue entre otras cosas subdirector y director de la Facultad de Ciencias Químicas e Ingeniería, apuesta por promover la poco difundida labor científica de la universidad.

“He planteado como uno de los principales retos darle mayor visibilidad a la universidad en el ámbito internacional, para que sea reconocida como una universidad a nivel global”, afirma.

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¿El reto sigue siendo recibir a todos los egresados de preparatoria?

—Estamos muy cerca de cerrar esa brecha. Tenemos una oferta de 25 mil 750 espacios para licenciatura de manera anual. La demanda oscila entre los 28 mil y 30 mil aspirantes.

La brecha más grande se da en los programas educativos del área de salud. Programas como Medicina, Odontología, Enfermería y Nutrición.

Por eso ampliar la oferta como en los últimos dos años en las áreas de salud representó un beneficio muy grande para los jóvenes de Baja California.

—¿Por qué no pueden ampliar la matrícula en Ciencias de la Salud?

—Por una parte es un tema presupuestal, también estamos limitados en cuanto a la capacidad hospitalaria en el estado.

Particularmente los estudiantes de Medicina y Enfermería después del cuarto semestre requieren espacios formativos clínicos en los hospitales públicos de la entidad y estamos a tope, según me comentan la Secretaría de Salud y el Instituto Mexicano del Seguro Social.

Requerimos que se incremente la capacidad hospitalaria para tener más espacios en los hospitales, más plazas de internado de pregrado y de servicio social para incrementar la oferta de espacios en el área de medicina.

—¿Es suficientemente transparente la universidad con su presupuesto?

—La universidad de manera continua está siendo auditada tanto por la federación como por el estado, por otra parte tenemos órganos internos de control. La Auditoría Interna y nuestra normatividad nos comprometen y nos obligan a publicar los estados financieros que están auditados por un contador público independiente. Además deben estar aprobados por el Consejo Universitario.

Las cuentas de la universidad están a la vista de toda la comunidad: la universitaria y la comunidad general.

Todo es perfectible y hay oportunidad de publicar la información de manera más digerible para la sociedad en general. Hay un compromiso moral de informar de manera clara para que no se use esta falta de entendimiento como un pretexto para cuestionar la transparencia y la rendición de cuentas de la universidad.

Además contamos con lo que nos exige la ley en términos de una Unidad de Transparencia en la que cualquier ciudadano puede hacer consultas concretas sobre cualquier duda que pudiera tener.

Nosotros en un ejercicio de transparencia, sin estar obligados, enviamos al Congreso de la Unión los estados financieros auditados en conjunto con los de otras universidades públicas estatales por medio de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES).

¿Hoy le deban participaciones gubernamentales a la universidad?

—Además de la relación cordial y de respeto que tiene el ejecutivo del estado hacia la Universidad, debo decir y reconocer que no hay un solo adeudo del gobierno del estado a la institución. Las aportaciones llegan de manera, diría yo, más que puntual. El 21 por ciento del presupuesto de la universidad está conformado por recursos propios. Del 89 por ciento restante, un 50 por ciento lo integra el recurso del estado y el otro el recurso federal.

¿El presupuesto ha crecido conforme a las exigencias?

No se ha ido ajustando con base al crecimiento que ha mostrado la universidad, lo cual ha representado cada vez un reto mayor para la institución.

Es parte de las líneas de acción que he planteado para esta administración, aparecerá en el Plan de Desarrollo Institucional que presentaré el próximo mes de junio: la generación de recursos propios.

¿La universidad tiene un papel político?

—La universidad es una institución académica y tratamos hasta donde el contexto nos permita, que nuestras aportaciones sean académicas.

Desde luego hay circunstancias que de repente nos llevan a una arena política, que no es nuestro fuerte ni nuestra prioridad institucional, pero en ocasiones hay que entrarle.

Muchas veces representa un riesgo para la institución porque no es nuestra vocación, y más cuando se avecinan tiempos políticos fuertes, vienen procesos electorales.

La comunidad universitaria está conformada por más de 75 mil personas, ciudadanos con alta responsabilidad cívica y ética que tienen derecho a emitir su voto y como personas responsables la mayoría de los universitarios ejerce ese derecho. Cada quien dentro de su preferencias personales lo puede hacer, pero buscamos que la universidad como institución no llegue a esos frentes políticos.

¿Ya hubo acercamientos con el Congreso local?

—Ha habido comunicación con algunas diputadas y diputados de manera aislada, no con el Congreso como tal. Hubo una invitación de mi parte que quedó abierta, una invitación verbal a la anterior presidente de la Mesa Directiva para que visiten la universidad.

Para darles a conocer todo lo que hacemos y como representantes de la sociedad de Baja California en el Congreso puedan tener mayor información de lo que aporta para el estado.

¿Comparecería si lo requieren, como fue llamado el exrector?

No veo ninguna necesidad en este momento de acudir al Congreso del estado a comparecer. Hay mecanismos para que la Universidad comunique e informe. Los estados financieros se envían de manera oportuna a las comisiones de fiscalización.

¿Cómo actuará su administración ante la violencia por razones de género que se ha denunciado dentro de la universidad?

Habrá una política de cero tolerancia a cualquier evento que atente contra la integridad de la comunidad universitaria, y muy particularmente de las mujeres. Es importante señalar que el programa debe institucionalizarse y las denuncias deben proceder por los mecanismos institucionales que hemos implementado, entre ellos los comités para la prevención y atención a la violencia de género. Hay un protocolo ya establecido que está constantemente siendo revisado porque como tal debe de evolucionar.

Hay confusión porque la expectativa de ciertos grupos feministas es que se tomen los pronunciamientos en los “tendederos” como denuncia, y a partir de ahí se proceda. Nuestra normatividad nos impide hacer eso, por eso estamos trabajando en promover la cultura de la denuncia y hemos avanzado de manera significativa en los últimos tres años.

Hemos logrado que se “desnormalicen” ciertas conductas como el uso de estereotipos de género. Esto actualmente se denuncia en los comités y se procede con sanciones que van acorde a la severidad de la falta.

Sin embargo, este proceso nunca termina, las mismas formas de violentar a las mujeres van evolucionando y como institución debemos ir avanzando en nuestros protocolos y formas de atender cada una de estas quejas.

¿Cómo garantizarán la seguridad de quien denuncie?

Es el principal inhibidor de la denuncia y nuestro protocolo considera entre sus rasgos principales la no revictimización. Los comités están conformados por personal que conoce el tema, que entrevistan de manera independiente, nunca confrontan a la víctima con el agresor o agresora, y de manera colegiada determina si hay una sanción.

En los últimos tres años desde que empezó el programa hemos recibido arriba de 300 denuncias de diversos órdenes en términos del espectro de violencia.

La mayoría han sido, que no es menos importante, violencia verbal, el uso de estereotipos de género, comentarios misóginos hacia las mujeres por parte de compañeros alumnos o inclusive de maestros.

El campus Mexicali ha presentado más denuncias, mucho tiene que ver con la cultura de la denuncia, seguramente también nos hace falta reforzar la difusión de los protocolos.

Adelina Dayebi Pazos | El Sol de Tijuana

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