En el mundo las pistolas taser han salvado la vida de 275 mil personas, según Axon

Si bien el uso de la fuerza es parte importante de la seguridad pública, también lo es el respeto de los derechos humanos y la evasión de daños innecesarios. Por esta razón, el taser (Dispositivos Electrónicos de Control) se ha convertido en una alternativa segura y efectiva a las armas letales en situaciones de seguridad pública.

“Una arma letal, como una pistola, puede causar un daño irreparable cuando un policía se encuentra en una situación de tensión en la que exista presión de utilizarla aún cuando no sea necesario. Esto puede resultar en lesiones graves o incluso la muerte de una persona, generando miedo y desconfianza hacia las instituciones policiales”, afirma Alex Polit, director de Axon para Latinoamérica. 

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En 2022, el taser salvó a más de 275 mil personas de la muerte o lesiones corporales graves, según el último informe de Axon, compañía especializada en la manufactura de armas no letales.

Estos equipos se han utilizado más de 5 millones de veces en el campo a nivel global y, de acuerdo con un estudio de la compañía que examinó más de 1201 casos de uso, el 99.75 por ciento no resultó en lesiones graves.

Menor daño irreparable

Las armas de fuerza intermedia, como los taser, se utilizan para controlar o detener a una persona sin causar un daño irreparable, así como a disuadir a los delincuentes de continuar con conductas que pongan en riesgo la vida humana. Según datos de Amnistía Internacional, cada día más de 500 personas en el mundo mueren a causa de las armas de fuego, mientras que alrededor de 2 mil personas sufren heridas por balas diariamente.

Para evitar ser parte de estas estadísticas, los gobiernos deben trabajar en regulaciones del uso de armas letales durante intervenciones policiacas, así como equipar a las fuerzas de seguridad con alternativas no letales que los ayuden a neutralizar las situaciones de peligro. De lo contrario, la ley se puede prestar a interpretaciones dañinas. 

“La situación del uso de armas letales en México, por ejemplo, ha sido un tema delicado en los últimos años, considerando que la Ley Nacional Sobre el Uso de la Fuerza, publicada en 2019, otorgaba a las autoridades acceso a armas de fuego, sin especificar cómo y cuándo podían ser utilizadas”, comentó Polit.

“Dicha norma ha sufrido algunas modificaciones desde entonces, pero sigue existiendo un riesgo de interpretación por parte de las autoridades, que podrían hacer un uso indebido de la fuerza durante una movilización o una detención”, recalcó. 

El uso de la fuerza por parte de la seguridad pública debe ser un recurso excepcional, limitado y regulado por la ley, y siempre orientado a garantizar el bienestar de la población y el respeto a los derechos humanos; y el empleo de armas de fuerza intermedia en lugar de armas letales es sin duda una opción más segura y efectiva para las fuerzas policiales. 

La sociedad debe exigir que los agentes de seguridad pública actúen con profesionalismo, ética y respeto, y serán las mismas autoridades las responsables de regular y equipar a sus agentes con herramientas efectivas pero no necesariamente letales.

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