Angela Merkel dejará un socavón en Europa

Durante las próximas semanas y meses el Viejo Continente va a comenzar a padecer la falta de un verdadero liderazgo, que de la cara en todas los problemas que padecerá la Unión Europea, con la inevitable partida de la canciller alemana Angela Merkel.

Ella por si sola representa la estabilidad del bloque europeo, sin duda es una política que supo cosechar su poder al grado de que durante sus 16 años en el poder no se tomaba una decisión en Alemania y Europa si no era avalada por Angela Merkel, y es que el cúmulo de poder que alcanzó lo cosecho a base de buenas decisiones.

En sus cuatro periodos como canciller alemana asumió el rescate financiero de Grecia tras la crisis económica mundial de 2008, enfrentó la crisis de los refugiados de 2015 recibiendo a un millón de migrantes ante el recelo de sus vecinos y batalló la peor crisis que ha atravesado su país desde la Segunda Guerra Mundial, por cuenta de la pandemia de coronavirus. 

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No solo eso, durante su paso por el poder tuvo que liderar con personajes de todo tipo, desde el misógino primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, pasando por el presidente de gobierno de España, Mariano Rajoy, involucrado con su partido por sobresueldos; o el mismísimo rey Juan Carlos acusado de desvío de fondos.

Hasta más recientemente el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, un personaje sin tacto y con complejo de Cesar o el arrebatado y singular primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, quien pese a todas las advertencias sacó a su país del bloque europeo, una decisión que hoy padece.

La verdad es que la llegada de Angela Merkel a la cabeza de la cuarta economía del mundo, la puso en un escenario de codo a codo con otros grandes líderes mundiales de aquella época como el estadounidense George Bush, el presidente ruso, Vladimir Putin, el premier británico Tony Blair y el presidente galo Jacques Chirac. 

Cabe decir que Blair y Chirac estaban en su ocaso político, de manera que el relevo de mando en Europa apuntaba para Merkel, de quien se alabó su diplomacia y su estilo negociador.

Física de profesión, Angela Merkel viró hacia la política con la caída del Muro de Berlín en 1989, un parteaguas de su carrera. En 1990 se convirtió en diputada del Bundestag, la Cámara baja del Parlamento alemán. Fueron años de intensa lucha política a favor del clima y la reducción de gases efecto invernadero.

Para el año 2000 fue elegida como presidenta de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania, el partido con el cual logró formar exitosas coaliciones de gobierno que comenzaron en el 2005. En dicho año, Merkel se convirtió en la primera mujer alemana en ser escogida para el cargo político más alto de su país: el de canciller. 

Una lideresa que a fin de año dejará el mando y el poder que ninguna otra mujer ha tendido en el mundo moderno, ahora el problema es que la Unión Europea se queda huérfana de liderazgo, pues el líder francés Emmanuel Macron no tiene el poder y el enigma para ocupar ese difícil encargo.

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Baste recordar que hace unos cuantos días, Macron fue agredido por tercera ocasión por uno de sus ciudadanos con un huevo. En la campaña de 2017, fue la primera vez que recibió un huevazo y luego en junio pasado un hombre le dio una cachetada, esos antecedentes lo dejan fuera de los zapatos de la canciller alemana.

Y la verdad no hay más hacia donde voltear, ni siquiera el liderazgo dentro de Alemania está asegurado, hoy los posibles cancilleres buscan desesperadamente alianzas con los partidos pequeños para lograr consensos que los coloque en ese cargo, pero nadie tiene nada seguro, así es el tamaño del socavón político que deja la partida de Merkel.

También hay que recordar que antes de que estallara la peor crisis sanitaria que ha vivido este mundo en este nuevo siglo y que tiene en una encrucijada a las grandes potencias, Merkel sufrió al menos en tres ocasiones cuadros de temblores que fueron un misterio de salud, pero que sin duda fueron cuadros de problemas neurológicos importantes, que ahora tendrá todo el tiempo del mundo para atenderse.

El asunto es que Angela Merkel se va y deja un bloque con las secuelas de una crisis por COVID-19, que va desde buscar la forma de relanzar las economías de la zona, amortiguar y enfrentar los problemas sociales que dejaron los confinamientos, los problemas de desabasto por las restricciones, las nuevas negociaciones con Reino Unido en materia comercial.

Además, enfrentar y contener a Putin, ella tuvo que condenar y castigar sus atrocidades con la anexión de Crimea y el intento de homicidio del opositor Alexéi Navalny  entre otras muchas cosas o las presiones de China y Estados Unidos por el liderazgo mundial, que dicho sea de paso ella si tuvo.

Es una mujer que dejará una huella y cargará con una leyenda desde el primer minuto que deje el cargo, en esta nueva era donde las mujeres están consolidando sus derechos y la equidad, Merkel es un ejemplo a seguir no solo por mujeres también por hombres.

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En 2017, la canciller alemana viajó a México y lo que más llamó la atención de su visita fueron sus declaraciones sobre libre comercio y las negociaciones, en ese entonces, del TLCAN y que la migración ilegal no se soluciona construyendo muros como el que deseaba construir Trump, en la frontera con México, y por su puesto que sabía de lo que hablaba su país estuvo dividió por 28 años y nada bueno salió de eso.

La canciller alemana también se volverá referente obligado en la cátedra moderna de alguien que le interesa el ámbito político y de liderazgo, esa carrera tiene mucho de donde aprovechar. Sin duda el mundo necesita más Angela Merkel, pero la verdad no se dan en maceta. O ¿usted qué cree?