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Guanajuato

El caldo de oso es una delicia típica de León que deleita a propios y a extraños

Se trata de una delicia frutal preparada en un carrito ambulante

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Foto: Ricardo Ortiz

LEÓN, Guanajuato. Entre las diferentes variedades de antojitos que se venden en los puestos ambulantes de esta ciudad se pueden encontrar papitas fritas, chalupas, la tradicional fruta en vaso y los caldos de oso, un “platillo” tradicional que combina los sabores dulces, agrios y picantes.

Para muchos, visitar León sin probar este coctel frutal significa no haber estado en esta ciudad, por lo que es rutina casi obligada hacer una parada en algún puesto ubicado en los diferentes barrios emblemáticos de León y su zona Centro.

Hay vasos de mango, sandía, melón, jícama y pepino; hay combinaciones con cebolla y piña, pero el caldo de oso va más allá, pues se trata de un aperitivo leonés con incluye vinagre de piña, limón, cebolla picada, chile piquín, chamoy, salsa y queso rallado.

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A esta mezcla de sabores se le agregan pedazos pequeños de fruta cortada como pepino, piña, jícama o mango.

Para los vendedores de frutas, el oficio al que se dedican es parte de tradiciones leonesas que han ido de generación en generación.

Rito Olmos, frutero de un puesto ambulante del Barrio del Coecillo, sigue la tradición de su padre y junto con sus hermanos posee varios carritos ambulantes.

“Tenemos trabajando esta tradición de vender fruta desde hace muchos años y gracias a Dios aquí andamos, preparando caldos de oso, fruta, chalupas, preparamos de todo”, comentó Rito mientras atendía su puesto ubicado frente al Jardín de San Juan.

El frutero encargado del puesto “Rito y Mago” comentó que si bien el platillo más tradicional es el caldo de oso, él ha creado alternativas con otros productos a las que a cualquiera se les haría agua la boca.

Incluso a la hora de picar la fruta, el arte del cuchillo que domina sale a relucir, pues cortar las porciones sin sufrir rasguño alguno tine su gracia.

Las papitas, el clamato y hasta los camarones son aperitivos extras que se pueden encontrar en los diferentes puestos, con precios van de los 25 a los 50 pesos, según el tipo de preparado, aunque algunos pueden llegar a los 100 pesos pero definitivamente es un platillo que lo vale.

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“Cuando vienen turistas o gente de fuera se les hace bonito y lo miran como una novedad porque en sus lugares de origen no hay fruteros y aquí les llama la atención la fruta con queso porque en otros estados no la trabajan y aquí se les hace raro pero la empiezan a probar y les gusta, me dicen que están bien sabrosas y bien buenas”, contó el comerciante.

Los clientes del puesto de ‘Rita y Mago’, ya acuden por excelencia a sus servicios porque saben que nadie imita sus sabores.

“Hay gente de otras ciudades que viene de visita a León y pasa al puesto a saludarnos y a decirnos que está muy rica nuestra fruta”, contó Rito.

El comerciante señaló que pese a que la fruta es de temporada todo el año, esta pandemia sin duda alguna también los golpeó, al igual a los miles de comerciantes leoneses.

“Sí afectó la pandemia, a todo mundo, pero todos estábamos igual con el mismo afectamiento, pero gracias a Dios por los años que tenemos, la poquita gente seguía viniendo y con eso sacamos para comer, estaba muy dura la situación”, dijo.

Contó que sus hermanos también tienen sus puestos en diferentes colonias de la ciudad, donde tienen a sus clientes fieles.

Jorge Hernández | El Sol de León

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