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Seguridad

El tráfico de la totoaba es un negocio con ganancias como el de la cocaína

Hay toda una compleja cadena que es posible gracias a una red transnacional controlada por el “Cártel del Dragón”

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Una investigación revela cómo a la par de este problema, los jóvenes de los pueblos pesqueros “buchonean” por la fiebre de la totoaba, las negociaciones trilaterales están paradas, no hay trabajos de inteligencia, las judicializaciones están en picada, y la procuración ambiental solo tiene encías, evidenciando así las fallas del sistema judicial en México

Una de ellas, la más importante por su precio, es la del pez totoaba, cuya vejiga natatoria valorada en el mercado a precios similares a los de la cocaína, se ha vuelto tan demandada en restaurantes de élite de los tres países que ya es un problema de seguridad nacional.

La abogada Aideé Lara recibió una llamada la mañana del 16 de agosto de 2014. Su fuente le dijo que, a la salida de Mexicali, Baja California, habían detenido a tres ciudadanos chinos que llevaban vejiga natatoria del pez totoaba, una especie traficada desde la Reserva de la Biósfera del Alto Golfo de California, en México, hasta China, cuyo costo en Asia se equipara al de la cocaína.

Aideé, quien era subdirectora de delitos federales de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), cumplía su primera semana para poner orden contra los traficantes de totoaba, frente a las carencias penales en el área jurídica de Profepa.

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Se dirigió hacia las instalaciones de la entonces Procuraduría General de la República (PGR) en Mexicali. Después de un ir y venir sin información de la ubicación de los aprehendidos, los agentes presentaron a Li Yuan Chua y Zhang Jingzan.

En las instalaciones, Aideé se percató que faltaba un detenido. Al acercarse, uno de los chinos arrestados, temeroso, le platicó de manera voluntaria que “el patrón” fue liberado por los policías gracias a un soborno cuantioso, pero no dijo cuánto. Sólo él fue trasladado junto con su jefe inmediato, el dueño de un restaurante de comida china en Tijuana.

Chua y Jingzan hablaban español, incluso con groserías, aunque al llegar la noche y ser llevados a declarar, desconocieron el español y comenzaron a usar el mandarín.

La subdirectora buscó a un traductor, pero no lo encontró. El abogado defensor de los chinos llevó a un representante de la comunidad china en Baja California, quien comenzó a traducir para las autoridades, pero al parecer no lo que realmente dijeron. Finalmente, llevaron su proceso en libertad.

Las vejigas natatorias o buches, como las que transportaban Chua, Jingzan, y “El patrón”, han sido motivo de disputas entre grupos criminales de pesca furtiva en los poblados del Golfo de Santa Clara, Sonora, y en San Felipe, Baja California.

Todo para que se convierta en una sopa gourmet o la enmarquen en sus hogares como símbolo de poder, como lo demandan las élites en China, a unos 13 mil kilómetros de esta zona, y que ha derivado en la casi extinción de la vaquita marina al quedar atrapada en las redes de pesca de totoaba.

Ahora quedan menos de 10 ejemplares de este cetáceo endémico del Alto Golfo de California, según el Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita (Cirva).

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Toda esta compleja cadena es posible gracias a una red transnacional controlada por el “Cártel del Dragón”.

Aunque esta estructura no se autodenomina de esa manera, las narraciones de las fuentes consultadas atinan a llamarla así por el carácter de sus operaciones.

Se integra de chinos, estadunidenses y mexicanos en China, Estados Unidos y México, quienes asentaron una estructura en Mexicali, Baja California, donde algunos empresarios del giro restaurantero y de distribución de producto marino, son quienes se organizan con intermediarios, pescadores furtivos y autoridades de distintos niveles, de acuerdo con documentos internos, 50 solicitudes de información, una treintena de entrevistas a funcionarios y ex funcionarios de alto nivel, pescadores furtivos, líderes pesqueros, y un recorrido de 12 días en las áreas de influencia.

Esta investigación fue realizada por Naguales, un colectivo periodístico integrado por Alejandro Melgoza, Andrés Estrada y Enrique Alvarado, para Diálogo Chino, Emeequis, El Sol de México y CONNECTAS con el apoyo del International Center for Journalists (ICFJ) en el marco de la Iniciativa para el Periodismo de Investigación en las Américas.

El Sol de México

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