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El Extranjero

La historia de Wuhan en la pandemia de Covid-19

Días y noches en Wuhan muestra a médicos valientes que cuidan a los enfermos con Covid-19 en hospitales donde la situación parece bajo control

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Wuhan fue la primera ciudad del mundo en sufrir la pandemia de Covid-19 a finales de 2019.

Días y noches en Wuhan, un documental que refleja la vida de las personas comunes en Wuhan, provincia de Hubei, en el centro de China, durante la epidemia de Covid-19, se estrenó en Beijing. La pieza llega cuando el mundo roza los 100 millones de contagios y 2 millones 100 mil muertos.

La ciudad del centro de China fue a finales de 2019 la primera del mundo en sufrir lo que entonces era un misterioso virus asesino. Y el 23 de enero de 2020, cuando el balance oficial daba cuenta de 17 muertos, el régimen comunista ordenó un confinamiento para frenar la epidemia.

El documental es el trabajo colectivo de 30 directores de cine y consiste en imágenes filmadas en la primera línea de la Covid-19, incluidas las salas de cuidados intensivos de los hospitales. Cuenta las conmovedoras historias de cómo las personas en Wuhan se ayudaron entre sí ante la epidemia.

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En Wuhan se vivieron momentos realmente angustiosos al principio. Nadie sabía qué estaba ocurriendo, la gente fallecía, los diagnósticos eran dispares y el personal sanitario aquejaba la falta de efectivos. 

Al capturar momentos de la vida de la gente común durante el período inolvidable para la ciudad, la película alaba el espíritu humanitario de quienes contribuyeron a la lucha contra la Covid-19, dijo Cao Yin, quien presentó la película.

La realización narra como las estaciones de tren y los aeropuertos cerraron, al igual que los comercios, las carreteras quedaron bloqueadas y el transporte paralizado, ante la emergencia sanitaria, que luego el 11 de marzo de 2020 fue declarada pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

Durante 76 días, la metrópoli quedó aislada del mundo, con los habitantes encerrados en casa por miedo al virus y los hospitales saturados por la cantidad de pacientes.

Un poco más de un año después, la ciudad, epicentro de la epidemia, parece un remanso de paz sanitaria si se compara con muchos lugares del mundo. Ha vuelto la diversión a las discotecas y los jóvenes saborean la libertad, mientras que buena parte del planeta vive bajo toque de queda y medidas de distanciamiento.

Porque aunque Wuhan no ha registrado nuevos casos de Covid-19 desde mayo pasado, la amenaza del virus sigue ahí. En las últimas semanas, varias regiones chinas han vuelto a confinar a parte de su población después de brotes epidémicos limitados, pero ahora con nueva fuerza por las mutaciones de Reino Unido y Sudáfrica.

De los 107 contagios reportados actualmente, 56 se localizaron en la provincia de Heilongjiang, emplazada al norte de China, mientras que Beijing y el sector financiero de Shanghái registraron tres nuevos casos. 

En Beijing, las autoridades competentes están realizando test masivos entre su población, y Shanghái decidió hacer las pruebas del Covid-19 a todos los equipos sanitarios de la ciudad, además de declarar en riesgo medio las ciudades pertenecientes al distrito de Baoshan.

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El documental titulado “Días y noches en Wuhan“, muestra a médicos valientes que cuidan a los enfermos en hospitales donde la situación parece bajo control. La película evita detenerse en las muertes y el pánico que se apoderó de la ciudad al comienzo de 2020.

“Es una buena película, pero no lo aborda en profundidad”, opina Dong Chanchan, una espectadora. “A mucha gente le gustaría olvidar el dolor. Pero las cosas sucedieron, debemos aceptarlo objetivamente”, dice la joven. De las 4 mil 635 muertes por coronavirus registradas oficialmente en China, la gran mayoría se produjeron en Wuhan.

Además, la llegada la semana pasada de un equipo de la OMS, recordó que la ciudad está en el centro de la investigación internacional sobre el origen del virus y las decisiones que tomaron las autoridades chinas para tratar de detener su propagación, es difícil que en poco tiempo Wuhan desaparezca del imaginario colectivo global.

Con el Año Nuevo chino a la vista, el 12 de febrero de 2020, las autoridades no quieren volver a repetir el error que acabó con muchos chinos volviendo a casa para esta festividad el pasado año, lo que acentuó la propagación del virus a nivel mundial.

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