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El Extranjero

Los migrantes hondureños pagan hasta 12 mil dólares para que los lleven a Estados Unidos

El negocio de los polleros deja importantes ganancias, uno de ellos asegura que obtiene un millón de solares mensuales

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Los cientos de migrantes de Hoduras, El Salvador, Guatemala con el sueño de llegar a Estados Unidos prefieren hacerlo a través de las caravanas, porque si contratan un pollero les cuesta entre 5 mil dólares (lo más barato) o 12 mil dólares. Ese último precio fue provocado por la política antiinmigrante del presidente estadounidense, Donald Trump. 

Hondureños consultados por el diario guatemalteco La Prensa dijeron que los coyotes elevaron los precios desde la llegada del mandatario estadounidense en 2017.

“La ventaja que tiene uno si viaja con un buen coyote llega en menos de diez días y viaja seguro, los riesgos son mínimos, ellos conocen las rutas y lo llevan a uno en automóviles”, señaló en Guatemala un migrante hondureño que dijo llamarse Omar Montes.

El negocio del tráfico de personas hacia Estados Unidos implica un red de traficantes integrado por jefes y colaboradores; armas logística, autos y transacciones bancarias. Las operaciones fundamentalmente están centradas entre Centroamérica y Estados Unidos.

Hace 30 años, el negocio era casi exclusive de mexicanos, pero ahora también participan hondureños, salvadoreños y guatemaltecos.

La agencia Associated Press recogió en los últimos meses decenas de testimonios de migrantes y de algunos “coyotes” o “polleros” en varios puntos de las rutas en Centroamérica y México que muestran que el tráfico es un negocio próspero que ha sabido adaptarse a las nuevas necesidades.

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En la mayoría de los casos, los entrevistados pidieron no ser identificados: los migrantes para no cerrarse puertas de nuevos cruces, los “coyotes” por ser parte de un negocio ilegal.

En el territorio que Manuel (un coyote) administra, dice que ganan en torno a un millón de dólares al mes. La cifra es una mínima parte de un negocio multimillonario que la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito calcula en 4.000 millones de dólares al año. El gobierno mexicano lo eleva a 6.000 millones.

El Instituto Nacional de Migración dice tener identificadas a 18 redes de esas mafias que operan en nueve ciudades del país.

Incluso se habla de que el precio del cruce para internarse en Estados Unidos comenzó a incrementarse, superando a veces los 12 mil dólares desde Centroamérica, un monto normalmente pagado por los migrantes mediante pequeños depósitos en cuentas distintas para que las transferencias no sean detectadas.

Desde 2011,  la Oficina de las Naciones Unidas para el Control de las Drogas y la prevención del Delito, denunció que el tráfico de inmigrantes es mucho más lucrativo en México que el tráfico de drogas. Tan sólo en 2010 el tráfico de indocumentados en la frontera con los Estados Unidos dejó ganancias de 6 mil 600 millones de dólares, lo que supera considerablemente los beneficios del narcotráfico.

De acuerdo con un estudio de la Comisión Nacional de Derechos Humanos presentado en 2018, siete de cada diez personas migrantes son de nacionalidad hondureña, uno de cada diez salvadoreña, al igual que guatemalteca.

En conjunto, la población centroamericana entrevistada en la Encuesta Nacional de Personas Migrantes en Tránsito por México involucra al 94.4 por ciento del total. El restante 5.6 por ciento señaló pertenecer a diversas nacionalidades: haitiana, cubana, rusa, congoleña, entre otras.

El mismo informe detalla que en el caso de las personas migrantes centroamericanas entrevistadas, las causas trabajo y económicas, así como las razones de violencia e inseguridad dan cuenta de las profundas condiciones de pobreza, desigualdad y desintegración del tejido social, especialmente en el denominado Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, El Salvador y Honduras).

Para las mujeres, las principales causas por las cuales decidieron salir de su país son la inseguridad y la violencia 46.6 por ciento, y las razones económicas pasan a segundo plano 32 por ciento. En contraste, los hombres migrantes señalaron en primer lugar las causas económicas y de trabajo 51 por ciento y en segunda instancia la violencia e inseguridad 35.7 por ciento.

De acuerdo con un reportaje del diario español El País, los coyotes hondureños trabajan para el Cártel Jalisco Nueva Generación, considerado uno de los más poderosos de México según la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés).

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Los polleros Javier, Pedro y Ramón (nombres ficticios) explican al diario español cómo funciona un oficio que aprendieron desde adolescentes. Los tres son hijos de padres polleros y han “movido” gente desde los 12 años. “Pero mire, ha cambiado mucho. Nosotros hemos tenido que hacer contactos acá en México”.

En San Pedro Sula, Honduras, enganchan a familias y les cobran alrededor de 3,500 dólares por persona. Pero el precio varía, han llegado a cobrar hasta 12 mil dólares. El objetivo de estos muchachos es llevarlos hasta una “base” en Sonora.

Los tres están fichados en México y en Estados Unidos como traficantes de personas, pero aseguran que cuando los detienen aquí —les ha sucedido al menos una vez a cada uno— utilizan sus contactos y pronto están fuera. “A mí no me da miedo que me agarren, yo sé que ellos mismos nos sacan”, platicó convencido Javier.

Pedro platicó que en ese trabajo ilegal le toca hacer varias “chambas” en la corporación de traficantes a la que pertenece.

Explica: hay “cruzadores”, quienes fungen como guía para los migrantes al momento de atravesar la frontera; “subidores”, los que llevan a los ilegales de la entrada de Estados Unidos a su destino; “transportistas”, con la tarea de trasladar a los indocumentados de la casa de seguridad hasta la franja fronteriza; y los “reclutadores”, es decir, el primer contrato.

Las caravanas centroamericanas se convierten en la opción más viable, para quien no puede cubrir los hasta 224 mil pesos que cuesta el intento de llegar a Estados Unidos por una vía más segura. De lo contrario, enfrentan a un verdadero calvario.

Por: Alfonso López Orrante

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