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La Opinión

El nuevo partido de Felipe Calderón puede ser “un peligro para México”

El partido de Felipe Calderón puede ser de ultraderecha como Vox en España, el Tea Party en Estados Unidos o Alternative für Deutschland en Alemania

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El nuevo partido de Felipe Calderón puede ser “un peligro para México”

Todo parece indicar que durante 2020, México Libre, el partido con el que Felipe Calderón y Margarita Zavala buscan regresar a la escena política, cumplirá con todos los requisitos que estipula el INE y obtendrá su registro oficial.

Salvo que ocurra algo inesperado, México Libre estará listo para competir en las elecciones intermedias de 2021, en las que se renovará la Cámara de Diputados a nivel federal y algunos estados votarán por un nuevo gobernador o por los legisladores de los congresos locales.

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¿Qué nos cabe esperar de este partido político? A continuación, se presentan algunos posibles escenarios como respuestas tentativas a esta pregunta: 

A. A fin de cuentas, México Libre no logra obtener el registro oficial ante el INE debido al desprestigio que sufre la imagen de Felipe Calderón por su relación con Genaro García Luna, quien fue su secretario de Seguridad Pública y ahora está siendo juzgado en Estados Unidos por presuntos vínculos con el Cártel de Sinaloa.

B. México Libre obtiene el registro, pero se convierte en uno de los clásicos partidos pequeños del sistema político mexicano, como el Partido Verde o el Partido del Trabajo, esos que luchan por sobrevivir en cada elección, esos que se tienen que aliar con formaciones políticas más grandes y cuya representatividad en los cargos de elección popular es mínima.

C. México libre obtiene el registro, compite en la elección de 2021 y le va relativamente bien, pero su presencia en la boleta electoral resulta contraproducente respecto a su objetivo, que es convertirse en una verdadera oposición al proyecto político de López Obrador. Así pues, el voto opositor se diluye entre las distintas opciones partidistas y el votó de derecha se divide entre el PAN y ellos mismos, por lo que la oposición queda aún más fragmentada, debilitada y disminuida que ahora.

D. Ocurre más o menos lo mismo que en el escenario anterior, pero eso les hace entender a México Libre y al PAN que tienen un ideario afín y una agenda similar, por lo que deciden competir en coalición en la elección presidencial de 2024.

E. México libre obtiene el registro y protagoniza un ascenso meteórico. En la elección de 2021, desbanca al PAN como la fuerza opositora principal y como la primera alternativa para los votantes de centro-derecha y de derecha.

Al día de hoy, algunos de estos escenarios pueden parecer más probables y otros más remotos, pero todos son posibles y es difícil pronosticar qué ocurrirá realmente. Yo me inclino por la opción C, pero no me comprometería a defender esta previsión sin reservas.

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Sin embargo, hay otro escenario que, aunque no se antoja muy factible, sería el más preocupante.

En 2006, cuando la intención de voto de AMLO estaba en su pico más alto y parecía que el entonces candidato perredista iba a ganar la elección presidencial, el equipo de campaña de Felipe Calderón ideó el slogan “López Obrador es un peligro para México”.

La difusión de esta idea fue clave para equilibrar los papeles y para que Felipe Calderón llegara a la presidencia, tras obtener el triunfo en una de las elecciones más cerradas y controversiales de la historia de México.

Catorce años después, el partido que encabeza Calderón puede ser “un peligro para México”, ya que puede convertirse en una formación política de ultraderecha, similar a lo que son Vox en España, el Tea Party en Estados Unidos, Alternative für Deutschland en Alemania o la Agrupación Nacional de Marine Le Pen en Francia.

Lo más preocupante sería que esta fuerza ultraderechista se erigiera como una verdadera alternativa electoral con posibilidades reales de obtener una buena cantidad de diputaciones en 2021 y de competir por la presidencia en 2024.

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Esta posibilidad se ve bastante lejana en este momento, pero podría llegar a ocurrir por los siguientes motivos:

1) En cualquier elección, cuando el ambiente político-social está polarizado, los votos se suelen ir a los extremos (es decir, a la izquierda o a la derecha) y las opciones moderadas o centristas se vuelven menos atractivas para los electores. Este factor es aún más relevante si se toma en cuenta que el discurso de AMLO funciona como catalizador de la polarización.

2) La oposición tradicional (el PAN y el PRD) está sumamente debilitada, por lo que ha dejado vacíos de poder que otra fuerza política (en este caso, México Libre) puede ocupar.

3) Calderón y Zavala no son ultraderechistas, pero sí mantienen relaciones cercanas con o defienden valores afines a los movimientos provida, la Iglesia

católica, los grupos empresariales conservadores y las asociaciones a favor de la familia tradicional. Además, los principales defensores de la estrategia de seguridad que Calderón impulsó durante su sexenio se ubican en el extremo derecho del espectro político.

4) En Brasil, un país muy parecido a México, Jair Bolsonaro llegó a la presidencia con una agenda ultraconservadora y un discurso cuasifascista, en parte, por el desencanto de muchos ciudadanos con la izquierda. En México, puede haber un desencanto similar en ciertos sectores de la población si el gobierno de AMLO sigue avanzando por el mismo rumbo (nulo crecimiento económico, concentración del poder en la figura presidencial, agravios constantes a los “adversarios” del régimen, etc.).

5) Con tal de defender su posición privilegiada, muchos sectores sociales son capaces de votar por una opción de ultraderecha sin importar las consecuencias para el resto de la sociedad. Como botón de muestra, basta ver el caso de Trump en Estados Unidos. Muchos empresarios lo apoyaron a pesar de su perfil racista, misógino y antidemocrático, ya que su política fiscal era favorable para las grandes compañías. Lo mismo hizo buena parte de la clase trabajadora blanca de los estados del Medio Oeste tan sólo porque Trump prometió defender sus intereses.

Por Jacques Coste Cacho

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