:)

Inteligencia Artificial

Joselo Rangel cumple 21 años de ser músico y escritor

Un pintor y músico que lleva la escritura desde la infancia, con textos que van desde la ciencia ficción hasta el cuento infantil

Published

on

Foto: Roberto Hernández

TEPOZTLÁN, Morelos. Joselo Rangel, se define como un escritor al que le interesan las historias más que la forma, el resultado final y que el trayecto de las mismas lleven a un lugar diferente al inicial.

Amante de las novelas, el integrante de Cafe Tacvba cuenta que cuando comenzó a escribir fueron los cuentos los que se dieron de manera formal natural y dijo que aunque siempre hay elementos fantásticos, “en mis historias no es precisamente fantasía lo que escribo“. 

“Me gusta agregar algún elemento fantástico que le dé sentido a la historia”, abundó.

Lee: La cantante chilena Mon Laferte es un ícono de inspiración para las reclusas de Cajeme

Reconoció poseer una tendencia hacia el humor, “no es precisamente un humor que yo est´é buscando, sino un humor que va surgiendo en el momento, pero es hasta que tengo la retroalimentación de los lectores cuando me dicen que se rieron mucho con mis historias, que me doy cuenta de ese humor”.

“También, para mí es súper importante conectar con otras personas en cualquier actividad, ya sea escribiendo una canción o un cuento, o ahora que me estoy iniciando en la pintura”, abundó.

Dijo que hay autores con los que conecta y autores con los que no, por lo que busca ser una persona diferente al final del libro que cuando comenzó.

Ese cambio, apuntó, puede ser algo tan simple como aprender una palabra o tener una sensación o algún sentimiento que no había experimentado antes. 

Tras reconocerse como un fan de los memes porque es un lenguaje que conecta de manera inmediata, señaló que así también busca que su trabajo conecte con la gente.

Comentó que su interés por escribir vino a los 10 años, cuando acudió al cine y vio La Guerra de las Galaxias “y me empieza a interesar todo lo que tiene que ver con la ciencia ficción, pero a diferencia de otros niños que tenían acceso a los juguetes más modernos, a mí lo que me interesaba eran los libros”.

“En mi casa había muchos libros de ciencia ficción, porque a mi papá le gustaba eso, además de los temas de cosas paranormales o relacionadas con Ovnis. También había una revista que se llamaba Duda, que era como un cómic en el que cada semana había un tema distinto acerca de ovnis o de extraterrestres”, refirió.

Lee: Ser solista ya no es prioridad, asegura Lidia Ávila, ex OV7

Señaló que de adolescente empezó a leer más literatura universal, contemporánea, mexicana o latinoamericana, pero al final siempre regresa a la ciencia ficción.

Reconoció cada vez que termina de leer un libro, “en vez de sentirme satisfecho, a veces lo que me genera es un sentimiento de pensar que quiero escribir algo similar o quizá algo mejor… Y esas dos sensaciones son las que me llevaron a escribir mis propios textos”.

Aseguró que escribe “por el amor que le tengo a los libros y a las historias desde muy pequeño, las ganas de siempre estar presente de alguna forma en el mundo de la literatura y bueno, al final también mis canciones son pequeñas historias o cuentos”.

Joselo mencionó que su libro “Crócknicas marcianas”, de Editorial Universitaria, 2011, surgió a partir de una iniciativa de la Universidad de Guadalajara, que quería sacar una colección de libros de músicos que también escribieran. 

También está “One Hit Wonder”, de Almadía, 2015, que surgió en un momento “en el que me empezaba a cuestionar que más que hacer crónica o ser una especie de periodista, a mí lo que más me interesaba o me interesa hacer es la ficción”.

“Ya teniendo la experiencia de publicar una columna semanal en un periódico, se me ocurrió hacer un blog (Textos Mutantes), donde me puse como objetivo publicar un cuento cada semana, así que al cabo de un año de haber abierto el blog ya tenía 52 cuentos publicados ahí, que al final son casi todos los que conforman el libro”, relató.

Joselo contó además de su libro “Cuba Stone”, de Tusquets, 2016, escrito luego de un viaje a esa isla y que trata de una crónica del concierto de los Rolling Stones en La Habana en abril de 2015.

Pero no había un pase especial ni pase de backstage ni nada de esas cosas, pues se trataba de ir al concierto como cualquier asistente, apuntó.

“He de confesar que sí extrañé un poco no tener un pase especial de backstage, porque estar parado todo el día fue muy cansado, pero valió la pena y la experiencia estuvo increíble. Lo complicado fue que al regresar y tenerme que poner a escribir la reseña pensaba, ¡en que me metí!, no soy cronista y mucho menos periodista”, aseveró.

Pero estuvo muy bien, anotó, porque tuve que aprender mucho de cómo escribir en esos géneros para poder hacer mi reseña en el tercio del libro que me correspondía, ya que está dividido en tres partes: una escrita por Javier Sinay, que es un escritor argentino, y la otra por Jeremías Gamboa, un escritor peruano, a los que curiosamente no conocí en el concierto en La Habana, sino hasta tiempo después.

Lee: Will Joseph Cook, un músico que escribe entre la felicidad y la introspección

Indicó que en 2018 apareció “Los Desesperados”, de Planeta, la historia de una banda de rock que va a un table dance donde descubre que una de las bailarinas se parece a la novia del vocalista.

“Para seguir con esa historia lo primero que hice fue inventarme una banda de rock con la alineación de un vocalista-guitarrista, bajista y baterista”, y que lleva ese nombre porque así es como nos “sentimos todas las bandas al comienzo de nuestras carreras”.

Eso es por la necesidad que tenemos los músicos de conectar, que más que éxito lo que quieres es tener un público al que le gusten y que amen tus canciones, apuntó.

Al avanzar la historia, añadió, terminé haciendo un cuento por cada uno de los integrantes… Y casi sin proponérmelo siguieron apareciendo más personajes: fans de la banda, secres, etcétera.

Pero Joselo también tiene en su haber el cuento infantil ilustrado “La niña aburrida”, de Planeta Junior, publicado en 2020, escrito gracias a sus hijas Luciana y Úrsula, “a las que siempre a la hora de ir a dormir les leía o inventaba un cuento”.

La historia surge a partir de una anécdota con Úrusla, la más pequeña y en ese entonces de cuatro años, a quien por falta de tiempo y en broma, la mandó a jugar con el espejo.

Joselo precisó que este libro está ilustrado por Nori Kobayashi, una chica ilustradora peruana de ascendencia japonesa, muy fan de Café Tacvba y que habia hecho dibujos de cada uno de los integrantes.

“El mío, que me gustó mucho, era un oso con lentes sentado en un sillón, leyendo, y pues al verlo lo primero que pensé es que quería trabajar con ella de alguna forma”, y al final sucedió para el libro, añadió.

Jorge Negro Hipólito

Publicidad

Trends

Publicidad