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Guanajuato

Guanajuato enfrenta la peor sequía en 75 años

La situación de las presas de la Cuenca Lerma-Chapala es crítica

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CELAYA, Guanajuato. El periodo de sequía que enfrenta el centro del país este año no tiene ningún precedente en los registros de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), que datan de más de 75 años, informó el presidente del Consejo de la Cuenca Lerma-Chapala, Roberto Castañeda Tejeda.

Expuso que la situación de las presas que tiene el sistema de la Cuenca, las cuales se encuentran en una condición crítica, tres de ellas registran niveles muy por debajo de lo mínimo registrado en su historia.

Mencionó el caso de la presa Allende, que está a un 8.0 por ciento de su capacidad, pero además está llena de lirio, lo que provoca que a la vista se observe completamente seca, además de la laguna de Yuriria, uno de los cuerpos de agua más importantes del estado con una capacidad de 181 millones de metros cúbicos y ahorita está al 12 por ciento de su capacidad de almacenamiento y por último el lago de Cuitzeo que está completamente seco.

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Destacó que las presas más grandes de la cuenca son la presa Solís y la Tepuxtepec, las cuales están en un nivel aceptable, la primera al 55 por ciento y la segunda al 70 por ciento.

Sin embargo, explicó que esa agua está reservada para el riego de punteo, es decir, el primero del ciclo agrícola primavera-verano del distrito de riego 011, para dar cumplimiento al decreto que se administra en el consejo.

“Esa agua no se puede usar para un propósito diferente, es un modelo que garantiza que este distrito en su versión más crítica, que es ésta, pueda acceder al menos a 470 millones de metros cúbicos”, agregó.

Indicó que una vez realizado ese único riego, las dos presas antes mencionadas quedarán con un 25 por ciento de su capacidad, lo que las colocará en una situación muy complicada.

Los productores de aguas superficiales que pertenecen a los distritos, 011 y 085, no sembraron en el ciclo otoño-invierno, pues en Guanajuato, están acostumbrados a dos ciclos agrícolas, sin embargo, ante la crítica situación hídrica, decidieron garantizar el agua para el ciclo primavera-verano y sacrificar el otoño-invierno.

Agregó, que la otra arista de esta situación es que si comenzara a llover en el mes de junio como se pronostica, apenas comenzaría el proceso de recuperación, por las condiciones de la tierra y de los almacenamientos, cuando se tiene una secuencia de periodos tan secos, las superficies se encuentran igual y por tanto, las primeras lluvias apenas serán para infiltrar la tierra y que empiece a tomar humedad y entonces sería hasta las lluvias de finales de agosto cuando podría escurrir agua y comenzaría el relleno de los cuerpos de agua.

Sin embargo, enfatizó que este escenario sólo será posible si las precipitaciones logran alcanzar al menos la media registrada históricamente en las épocas de lluvia que es de 620 milímetros, ya que actualmente los niveles pronosticados por la Comisión Nacional del Agua, están por debajo de la media, lo que advierte que será un año muy difícil.

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Dijo que, si se analiza a través del tiempo cómo ha sido la tendencia de lluvias en el estado de Guanajuato durante los últimos 70 años, lo que se observa es una gráfica oscilatoria con periodos de 10 años, donde aparecen cuatro años con porcentajes de lluvia en la media (620 milímetros) y luego aparecen tres años con mayor abundancia de lluvia por encima de la media y posteriormente vienen tres años secos, que es el momento por el que está atravesando actualmente la entidad.

Finalmente, reconoció que catalogar este periodo como la peor sequía que hemos enfrentado, tiene que ver con el crecimiento poblacional, “en 1920 en México había 12 millones de habitantes, cien años después hay 130 millones de habitantes, lo que representa un crecimiento del mil por ciento y con la misma agua, cada habitante de este país ha cuadriplicado su huella hídrica directa e indirectamente.

Pues todo lo que hacemos, lo que usamos y en lo que nos movemos a diario requiere agua”, ante esto, convocó a una gran cruzada por la conciencia en el uso de este recurso no renovable, agregó.

Lynnett Rubio / El Sol del Bajío

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