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La Opinión

Reaparece la represiva Policía de la Moral en Irán

La Policía de la Moral regresó de una suspensión de labores, luego de que se desatará una ola de protestas en contra de la represión a las mujeres en Irán

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Fiel a su estilo el régimen de Irán espero 10 meses a que las aguas se calmaran y volvió a hacer de las suyas, al reprimir a todas las mujeres que salgan a la calle sin velo, como lo hizo con la kurda Mahsa Amini, quien murió bajo el arresto de la Policía de la Moral.

Las autoridades iraníes anunciaron una nueva e implacable campaña para obligar a las mujeres a llevar el pañuelo islámico en la cabeza, y la Policía de la Moral regresó de una mínima suspensión de labores, después de que se desatará una ola de protestas en contra de la represión a las mujeres iraníes. 

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Las protestas desaparecieron en su mayoría este año, tras una intensa represión en la que murieron unos 500 manifestantes y casi 20 mil  fueron detenidos y 7 ejecutados. Pero muchas mujeres siguieron ignorando las normas oficiales de vestuario, especialmente en la capital, Teherán, y otras ciudades.

La Policía de la Moral apenas se veía patrullando las calles y en diciembre hubo incluso algunos reportes, de que el cuerpo había sido desmantelado, algo que casi nadie en el mundo creyó, porque un gobierno teocrático y arcaico como el de Irán, siempre ve a las mujeres como personas de segunda clase.

Durante toda la crisis, las autoridades insistieron en que las normas no habían cambiado. Los clérigos que gobiernan el país ven el hiyab como un pilar de la revolución islámica que les llevó al poder, y consideran un atuendo más informal como un indicio de decadencia occidental.

No sólo eso, mientras la Policía de la Moral se mantuvo en segundo plano, las autoridades emplearon la tecnología de punta para seguir presionando, acosando, hostigando y castigando a todas aquellas mujeres que se resisten a llevar el velo islámico en público. 

Las medidas van desde monitoreo en las calles, en el transporte público hasta sanciones y bloqueos bancarios por desobedecer la ley islámica. Pero también cada vez hay más mujeres que ya no están dispuestas a seguir subyugadas a radicalismos absurdos de un Ayatolá Alí Jamenei que vive en otra realidad.

El general Saeed Montazerolmahdi, vocero de la Policía, dijo el pasado domingo que la Policía de la Moral volvería a notificar y después detener a las mujeres que no llevaran el hiyab en público. 

En Teherán, ya se ven a hombres y mujeres de la Policía de la Moral patrullando con toda impunidad las calles en camionetas marcadas y con olor a tortura.

La Policía detuvo a Mohammed Sadeghi, un actor joven y relativamente desconocido, en una redada en su casa que él parecía haber emitido en medios sociales. 

Antes había compartido un video que respondía a otro video en internet que mostraba la detención de una mujer por la Policía de la Moral. “Créanme, si yo veo una escena así, podría cometer un asesinato”, dijo. 

El sitio web del diario semioficial Hamshahri, afiliado al gobierno local de Teherán, dijo que había sido detenido por instar a la gente a utilizar armas contra la Policía.

La batalla por el hiyab se convirtió en la bandera de las protestas el pasado otoño, cuando las mujeres jugaron un papel clave en las manifestaciones, en rechazo a los extremismos que son sometidas, pero también a una teocracia que se resiste a la modernización o que ya es poco atractiva para los jóvenes. 

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Las marchas no tardaron en incorporar llamadas a derrocar a los clérigos que gobiernan Irán, a los que la mayoría de jóvenes inconformes acusan de ser corruptos, represivos y alejados de la realidad. El gobierno iraní atribuyó las protestas a una conspiración extranjera, sin ofrecer pruebas.

Varias celebridades iraníes se sumaron a las protestas, como cineastas y actores destacados de la reconocida industria cinematográfica del país. Varias actrices iraníes fueron detenidas, tras mostrarse en público sin hiyab o expresar su apoyo a las marchas.

En un caso reciente, la actriz Azadeh Samadi fue vetada de redes sociales y ordenada por un tribunal a recibir tratamiento psicológico “desorden antisocial de la personalidad”, después de aparecer en un funeral hace dos meses con una gorra en la cabeza.

La reactivación de la Policía de la Moral, puede ser también el inicio de una nueva revuelta social, que no dude será reprimida con violencia por el régimen, pero también puede encender la mecha en todo Irán para tratar de quitar a un gobierno que está instalado en el poder desde la llamada Revolución iraní, de 1979. 

En febrero de 1979, Teherán era un caos. El sah Mohamed Reza Pahlavi, el autócrata cuyo gobierno era respaldado por Occidente, había huido en enero para exiliarse y había dejado atrás un consejo regente que se tambaleaba. 

Mientras, el 1 de febrero regresó de su exilio en París el gran ayatolá Ruhollah Jomeini, el padrino de la revolución. En el plazo de 10 días, exactamente el 11 de febrero de 1979, las manifestaciones callejeras tiraron al gobierno del sah.

Hace 44 años los iraníes ya estaban hartos del reinado del sha, hoy también esa sociedad ya está hasta el tope del Ayatolá y es posible, por qué no, que necesiten o quieran un nuevo cambio de gobierno, quizá un modelo democrático, no estaría mal. O usted ¿qué cree?  

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